Sobre la formación de los Siete Orixás Básicos de la Umbanda
En primer lugar es preciso comprender que con la “creación” de la Umbanda, como forma de culto, hubo una condensación y absorción de varios Orixás. Lo que podemos observar es que uno de los objetivos de la Umbanda es la simplicidad, tanto de culto como de rito. La comprensión básica de Orixá en la Umbanda es de un complejo de energías, manifestado en la tierra a través de la fuerza de la naturaleza creada por Dios. La Umbanda adora un único Dios, luego es monoteísta y los Orixás no son divinidades o semidioses, pero sí, complejos vibratorios y energéticos, creados y emanados del Astral Superior, traducidos aquí en la Tierra, como energías que emanan de la naturaleza las cuales manipulamos para nuestro propio equilibrio, buscando evolución espiritual a través de la caridad directa. Por eso es que en la Umbanda no se incorpora los Orixás, pero sí sus enviados o representantes (algunos los llaman falangeros). Espíritus que mantienen una fuerte ligación misionaria y fluidica con la fuerza original con la cual está ligado. Esos enviados de Orixá son los que incorporan en las sesiones o giras de Umbanda. Cada Orixá tiene como representante una fuerza o un reino de la naturaleza específico y consecuentemente con objetivos específicos para su actuación aquí en la Tierra, y como la naturaleza, trabajan en absoluta y total armonía entre sí. Se despliegan, se confunden, se transforman y se conjugan de manera armoniosamente simple y al mismo tiempo complejas. El origen de las siete fuerzas de la naturaleza viene de la fusión de los cuatro elementos básicos: agua, fuego, tierra y aire. Podemos entender mejor esta fusión, cuando de forma análoga nos reportamos a los colores primarios: azul, rojo y amarillo, que con el negro y el blanco dan origen a los demás colores. Por ejemplo: el color azul representa el elemento agua y el color amarillo el elemento aire. La mezcla de estos dos colores forma el color verde. El agua conjugada con el aire es fertilizante indispensable a la formación, manutención y expansión de las matas (verde). Así relacionándose esto a los Orixás, tenemos: Oxum – azul; Iansá – amarillo y Oxossi – verde. Para que el bosque de Oxossi sea formado precisamos de las aguas fertilizantes de Oxum y para que ella se expanda precisamos del aire de Iansá.
Los Siete Orixás Básicos de la Umbanda
Oxossi, Ogum, Xangó, Omulú, Iemanjá, Iansá y Oxum son los siete Orixás básicos de la Umbanda. Es importante subrayar que Naná es la Soberana de las Aguas, está presente en cuanto a la importancia, pero no en nivel de Regencia de Corona mediumnica, estando encima de los Orixás Iansá, Oxum y Iemanjá. Resalto que cuando hablo en Orixá Básico me estoy refiriendo a Orixá Regente de corona mediumnica (Orí = corona) en la Umbanda.
En la concepción de Umbanda Exu no es Orixá, pues no tiene regencia de Reino o fuerza de la Naturaleza y consecuentemente no rige corona de médium. Exu es mensajero de Orixá.
Siendo que Orixá es la traducción más evolucionada de nuestro sistema manifestado a través de las fuerzas de la naturaleza, no podríamos, nosotros, tener la más pura esencia de estos complejos etéreos y si la centella confusa que se refleja, manifiesta e influencia al médium, que viene traducida y decodificada en un lenguaje comprensible para nosotros.
La formación del arquetipo de cada uno depende del grado evolutivo del médium, y contribuciones dadas a su formación, tales como, nivel de consciencia de vida de acuerdo con su visión espiritual: calidad de aprendizaje hecha de encarnación a encarnación; historicidad cultural en esta encarnación; formación familiar y servicios prestados a la comunidad en forma de caridad. Cuanto más trabaja el médium en función de su mejoría como ser humano, mayor y mejor es la calidad de la influencia venida de las monadas del astral, pertenecientes a los regentes de la corona mediumnica, o sea, menos impurezas él absorberá, ya que sus sentimientos se tornarán fuerte filtro.
En la concepción de Umbanda Exu no es Orixá, pues no tiene regencia de Reino o fuerza de la Naturaleza y consecuentemente no rige corona de médium. Exu es mensajero de Orixá.
Siendo que Orixá es la traducción más evolucionada de nuestro sistema manifestado a través de las fuerzas de la naturaleza, no podríamos, nosotros, tener la más pura esencia de estos complejos etéreos y si la centella confusa que se refleja, manifiesta e influencia al médium, que viene traducida y decodificada en un lenguaje comprensible para nosotros.
La formación del arquetipo de cada uno depende del grado evolutivo del médium, y contribuciones dadas a su formación, tales como, nivel de consciencia de vida de acuerdo con su visión espiritual: calidad de aprendizaje hecha de encarnación a encarnación; historicidad cultural en esta encarnación; formación familiar y servicios prestados a la comunidad en forma de caridad. Cuanto más trabaja el médium en función de su mejoría como ser humano, mayor y mejor es la calidad de la influencia venida de las monadas del astral, pertenecientes a los regentes de la corona mediumnica, o sea, menos impurezas él absorberá, ya que sus sentimientos se tornarán fuerte filtro.
Buscando una mayor comprensión sigue un pequeño organograma:
Al respecto de cada Orixá, sus especialidades, reinos, colores y de la manera más armoniosa como se combinan trataré en capítulos posteriores.
Arquetipo 1. Modelo o patrón pasible de ser reproducido en simulacros u objetos semejantes. 2. Idea que sirve de base para la clasificación de los objetos sensibles. 3. p. ext. Cualquier modelo, tipo, paradigma. 4. Fil. Modelo o ejemplar originario, de naturaleza trascendente, que funciona como esencia y principio explicativo para todos los objetos de la realidad material.
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«Aparte del Espíritu protector ¿está unido un mal Espíritu a cada individuo, con miras a incitarlo al mal y darle ocasión de luchar entre el bien y el mal?
- "Unido" no es la palabra exacta. Bien es verdad que los malos Espíritus tratan de desviar del camino recto al hombre cuando se les presenta la oportunidad: pero si uno de ellos se apega a un individuo, lo hace por determinación propia, porque espera que el hombre le haga caso. Entonces se desarrolla una lucha entre el bueno y el malo, y la victoria corresponderá a aquel cuyo dominio el individuo entregue»
Libro de los Espíritus, cuestión 511.