Consideraciones sobre la Umbanda:
La Umbanda es un conjunto de leyes que rigen la vida y la armonía del Universo. Como religión o como ciencia, en la Umbanda, tanto en la práctica ritualista material como en la esfera espiritual de las comunidades umbandistas, sólo se conoce una jerarquía: la de la evolución de cada Espíritu en los diversos planos de la Creación, y la vibratoria establecida por el mérito de cada uno. A par del conocimiento perfecto de la vida, la Umbanda aprovecha el ambiente material ofrecido por la vibración humana para abrir el verdadero camino de la sabiduría donde se aprende que la verdad o la realidad final del Universo es inmutable. Dentro de la concepción de que el aprovechamiento material ofrecido por el hombre es fuerza activa indispensable a la realización de la Umbanda, sobre el médium es que reposa integral responsabilidad, solamente excedida por su propia comprensión en cuanto a la misión que le es, por elección, auto-impuesta. La Umbanda es una síntesis expresiva de AMOR, SABIDURÍA, RESPETO, TOLERANCIA y RENUNCIA, tal cual nos deparamos a través del Evangelio de Jesús y de las enseñanzas cristicas a través de los maestros del amor. El umbandista de ella se sirve como medio de progreso y defensa, pero nunca como instrumento de ataque. Esta síntesis de concepción atiende tanto la uniformidad de las comunidades umbandistas, como directamente es subordinada a las manifestaciones de los diversos planos de la Creación, cuando son emanadas de una determinación Superior, Única y Universal.
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Dentro del argumento: “Dentro de la concepción de que el aprovechamiento material ofrecido por el hombre es fuerza activa indispensable a la realización de la Umbanda, sobre el médium es que reposa integral responsabilidad, solamente excedida por su propia comprensión en cuanto a la misión que le es, por elección, auto-impuesta”; encontramos la afirmación del Libro de los Espíritus, ítem número 132 que resume que la encarnación de los Espíritus como hombres es necesaria para mantener la marcha evolutiva del plano material mientras que a su vez, la realización de esta labor implica los medios que consecuente producen el desarrollo conjunto del propio Espíritu el cual atraviesa dificultades sujeto a los límites de la materia. También encontramos otra premisa que es la que afirma que cada Espíritu fue participe de la edificación del destino que como hombre iría a tomar, acto siguiente, sólo somos cobardes al huir, irresponsables al aplazar o rechazar y débiles al sucumbir.
ü El Caboclo de las Siete Encrucijadas recibió, del astral superior, la misión de purificar un culto, surgido en Brasil, entre la mezcla de la Pajelanza, Catimbó, Cabula y Macumba, que se distorsionaron a finales de 1880, hasta 1940, volviéndose instrumento de intereses personales, con magias negras y afines pecuniarios.
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Los diferentes cultos mágico-religiosos que acogían a los médiums y su delicada misión, al igual que otros tantos ejemplos en la Humanidad, había sufrido para aquel entonces una degeneración total permitiendo la introducción de vicios al culto que un tiempo atrás, disociado de estos factores degenerativos, servían a la evolución masiva de los Espíritus y no contribuían a su endeudamiento. 1880 marcaba la época, a varios siglos de proliferación de los mismos y su total desvío hacía los fines más terrenos y egoístas, creando las alianzas en rebeldía hacia el propio destino e imponiendo al de los demás lo que no concernía; nació entonces, el negocio del caos. Por tal razón siempre comento que el propósito de la Umbanda es purificación y por ello los elementos discordantes deben ser eliminados progresivamente, de lo contrario, no sería Umbanda y sí un elemento sumado a estos cultos, compartiendo sus mismos errores, vicios y finalmente, sucumbiendo ante el mismo destino final: la marginalización de los Espíritus, la Ley Divina y el Mundo Espiritual. Si bien el Espiritismo servía a este fin, su selectividad y alto preconcepto formando parte del tipo psicológico de sus integrantes rezagaba a toda la multitud que no se ajustaba al tipo social e intelectual elevado, donde se tenía que ser de muy alto estatus y se tenía que tener un dominio cultural y sobre las ciencias admirable, lo que no es una condición accesible a las Almas que se encarnaron con la dificultad por el estudio y que poseen en latencia su propio potencial; de aquí derivó el debate que produjo la humillación del dirigente de la Federación Espirita de Niterói, Brasil.
ü Umbanda es el sinónimo de práctica religiosa caritativa, no teniendo cobro pecuniario; como uno de sus llamamientos, de los médiums y de las personas que frecuentan los Terreiros, mensualmente, han de contribuir espontáneamente para la manutención del mismo o para la realización de eventos de cuño religioso y asistencial a los más necesitados. Vivimos para la Umbanda y no de la Umbanda.
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Uno de los signos que indicaban la infección masiva de estos agentes degenerativos era la tendencia a lucrar (auge de la simonía), pues, apoyado de todos los argumentos, el comercio con lo espiritual se volvió una forma de vida apoyada por los mismos Espíritus, que atenidos a las condiciones sociales de Brasil, también aprendieron a comercializar el servicio espiritual causando complicaciones al proceso de desmaterialización y consecuente evolución de estos Espíritus, pues, abandonada la práctica de la caridad (poniendo en altruismo los recursos que Dios dispone a médiums y Espíritus para el auxilio de los demás) se cayó en el mismo problema que el materialismo donde se pasó a vivir disociado de Dios y preocupado por la expansión de las propias adquisiciones. La Umbanda debe, pues, proporcionar caridad y contagiar por la educación la necesidad de ayudar sin esperar un pago a cambio, no obstante, los recursos físicos cuestan dinero, por ello es que también depende de la caridad que es muy diferente de ponerle un precio obligatorio a los servicios.
ü La Umbanda no acepta la tesis defendida por adeptos de los cultos de nación, y que dice que sólo con el raspado y sólo con el sacrificio de animales es posible las hechuras de cabeza, y los asentamientos de los Orixás, pues, para la Umbanda, la reforma íntima, la fe, el amor, la caridad, los rezos y las oraciones son los mecanismos íntimos que activan a Dios, sus Poderes Reinantes (corporaciones Orixás), y los Guías y Protectores Espirituales en beneficio de los médiums y los frecuentadores de sus Templos. Inclusive, en Umbanda, tampoco existe “coronación de médiums”.
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La tendencia de los cultos y religiones anteriores al desarrollo espirita era de naturaleza materialista y por consiguiente, el hombre se ha especializado en el uso de la materia para la comunión espiritual; es ahí donde la honra, la simpatía, la comunión espiritual y otros tantos fines que persigue el intercambio espiritual se hacía bajo la tradición a través de ritual material. Pero el mundo es evolutivo, no podía quedarse estancado ni tampoco su población que es la que produce su avance. Esto trajo por consecuencia el descenso de conocimientos aclaratorios sobre el mecanismo de funcionamiento de los distintos métodos, señalando que no son los únicos para lograr el objetivo y que constituyen vías más engorrosas pero también más higienizadas, con lo cual, se estaría cultivando un mayor mérito y calidad del culto espiritual, al final, si cuesta más, el mérito es mayor por tanto el merecimiento y al abstenerse de los factores oscurecedores, se consigue llegar a un balance positivo en el cual el adeudamiento no es daño colateral durante el desarrollo espiritual.
ü La Umbanda no recurre a los sacrificios de animales para asentamientos mágicos, y no tiene en esa práctica legítima del Candomblé uno de sus recursos ofrecidos a los Poderes Reinantes del Divino Creador (Corporaciones Orixás) ni “demandatorios”, pues, recurre a las oraciones, rezos, desobsesiones, o si fuese preciso, ofrendas o entregas mágicas de flores, bebidas, frutos, jugos, alimentos, inciensos, velas, o sea, productos naturales y de elevada vibración en manipulaciones mágicas. La reforma íntima, fe, amor, rezos y oraciones son los principales fundamentos religiosos de la Umbanda y sus prácticas de entregas mágicas son exentas de materiales de baja energía vibratoria (sangre, huesos, carnes, etcétera…). La ofrenda como dadiva (es un presente, sin intenciones mágicas y mucho menos de agradar) es también una reverencia espontanea a los Sagrados Orixás y es recomendada su práctica a sus fieles, como forma espontánea de alegría y satisfacción.
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Tales métodos son productores y condensadores de fluidos de mayor calidad vibratoria la conforman las oraciones, rezos, y la desobsesión como vehículos de protección, comunión espiritual y liberación, y para fortalecer nexos se encuentra en la ofrenda el condensador predilecto mezclado entre fluidos graduados por la propia naturaleza como son las flores, bebidas, frutos, zumos de los distintos frutos y hierbas, alimentos, inciensos, velas y una lista extensa de productos generados a partir de la gestación natural en el medio terrestre libre de factores agónicos. Ya con esta síntesis, puede entenderse entonces que, el propósito del método umbandista persigue el saneamiento de los fluidos a partir del divorcio entre los hábitos y prácticas que fomentan la proliferación de los otros y que repercute con su influjo en la propia vida moral y física de las personas, siendo un factor que hace la diferencia al momento de una persona ser tentada al mal vivir o elegir la vía sufrida que conduce a la paz.
Umbanda además trae el conocimiento causal de cada elemento y suceso terrestre, explicando que, el Espíritu desde su origen atraviesa por los distintos organismos su propio pensum ejerciendo una función particular que le permite la maduración progresiva; algún día esos Espíritus animan a los animales, los cuales poseen su propia jerarquía y van ascendiendo hasta que estos sufren una transformación y nace el Espíritu humano. Esta concepción fue descrita por los primeros espiritas, cuando Kardec interrogaba a los Espíritus respecto a ciertos temas en la elaboración de la codificación espirita, luego, se siguió profundizando a través de otros trabajos y finalmente se difundió en todo Brasil, en la colectividad, Espíritus aclarando este hecho. Los animales son los Espíritus en su estado embrionario, neonatos e infantil; he ahí que instintiva e innata sea la idea de muchos seres humanos que encarnan hoy en la esfera terrestre de protegerlos y acogerlos, brindando una vida fácil y consentida a los animales en contraste a la tendencia del pasado cuando Espíritus de menor gradación espiritual poblaban la Tierra y sólo conocían el provecho material que aportan los animales (época de la religión material), dicho de otra forma, se les percibe y trata como se les percibe y trata a los embriones, neonatos e infantes de nuestra propia especie: necesitados de protección, apoyo y sustento. Los animales no son la especie elegida en la Tierra para que los Espíritus de cierto grado encarnen, pero sí son las incubadoras que acogen la gestación de Espíritus sometidos a procesos de maduración que más adelante conocerán la humanización tras haberse experimentado en los distintos estadios de la encarnación primitiva como los nativos que un día poblaron la Tierra y cuya inteligencia no separaba a la especie humana del resto de las especies animales. Esto hace que sea abominable la vía de la inmolación ritual para fines de honra y tributo a la divinidad cuando constituye la desgracia y perturbación de los Espíritus que creados por Dios, se encuentran en pleno desarrollo; la destrucción innecesaria es ilícita (Ley de destrucción, Libro de los Espíritus).
ü La Umbanda es todavía una religión difusa, debido a la incorporación masiva de médiums cuyas formaciones religiosas se procesaron en otras religiones, y cuyos usos y costumbres van siendo diluidos muy lentamente para no melindrear los conceptos y las posturas religiosas de sus adeptos, adquiridas fuera de la Umbanda, a través de milenios, pero respetadas por ella. Mas, todo eso es providencial, pues, cada uno trae para la Umbanda aquello que era necesario para la futura fundamentación doctrinaria, ritual, mágica, excluyendo solamente las supersticiones, mitos, fanatismos, dogmas, idolatrías y todo más que hiere la vivencia evangélica, a las enseñanzas cristicas, a la razón y al buen sentido.
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La parte más confusa de la Umbanda nace en el hecho de encontrar en ella una diversidad infinita de pensares y de lenguajes no autóctonos de la religión, y es por ello que se discrimina alegando que esta se hizo poseedora de sus elementos para formarse a sí misma y carece de identidad pero esto es sólo aparente debido a que ella aparece en un tiempo en donde la necesidad de crecimiento ya no era abastecida por los caminos espirituales distorsionados y otros que reprimían la propia mediumnidad en un periodo de la humanidad donde esta se hará progresivamente cada vez más cotidiana. El lema es “unión sin fusión”, por tener que tolerarse y coexistir en medio de esa diferencia nacida de esa diversidad, no obstante, que no es impedimento al cumplimiento de los objetivos caritativos primeros; puede decirse que todo aquel, que indiferente de su religión, practique la pureza de su propia creencia, se orienta a asemejarse al umbandista que desertó y se cobija dentro de la Umbanda porque esto es el resultado final que se produce tras la emigración de religiosos de estos caminos a este otro, porque la Umbanda no lo intentará extinguir pero sí le instará a quedarse y hacer proliferar los elementos más puros y nobles de su propia herramienta.
ü La Umbanda no es solamente mágica, sino que hace uso de la magia a fin de auxiliar a sus prosélitos, para cuando estuviesen fortificados, puedan ser doctrinados en la práctica del evangelio redentor y enseñanzas cristicas.
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Nadie conoce la generosidad de Dios en medio de la expiación y aquellos que se encuentran sobreviviendo, entre luchas y huidas, difícilmente hablará de las evidencias de la caridad y la certeza del Evangelio, por consiguiente, sólo puede esperarse a que las condiciones estén dadas y el individuo esté lo suficiente maduro y preparado, entonces, se le pedirá ser partícipe del aprendizaje y difusión; aquí la magia juega un papel importante debido a que, la ignorancia sobre los mecanismos que producen los distintos estados espirituales armónicos o no, es obstáculo a la hora de obtener individuos estables y debe ante todo proveer equilibrio y esto se hace a través de la magia, sumando y restando, multiplicando y dividiendo hasta armonizar y predisponer al individuo al contacto con conocimientos e ideas superiores.
ü La Umbanda no apresura el despertar mediúmnico o doctrinario de sus fieles, pues, tiene en el tiempo y en la espiritualidad dos óptimos recursos para conquistar el corazón y la mente de cada uno.
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Entendiendo la sapiencia de la Ley Cósmica, cabe mejor dejar al criterio de la Providencia el ritmo en que surgirán las condiciones para el mejor desenvolver del propio médium, por ello no es objetivo de la Umbanda dar origen a un fenómeno explosivo en ausencia de disciplina, sabiduría y los valores que harán funcionar de manera positiva la maquinaria mediúmnica. Amplificar la mediumnidad luchando contra el tiempo es igual que darle armamento a un aspirante a policía y su licencia sin haber aprobado el curso; consecuencia de eso la tenemos en abundancia y lo que más nos aflige es la ausencia de valores que otorguen dignidad a este recurso reflejado en el ejemplo como un arma y el poder otorgado al funcionario en ausencia de los elementos morales indispensables.
ü La Umbanda tiene en el “don paranormal de incorporación” su mayor fuente de adeptos, pues, la mediumnidad no depende de la creencia religiosa de las personas. Como la mayoría de las religiones condena a los médiums o los segregan, tachándolos de personas poseídas o desequilibradas, entonces la Umbanda no tiene que preocuparse, pues, siempre será procurada por las personas portadoras de facultades mediúmnicas, principalmente la de la mediumnidad psicomotora.
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Todavía el Espiritismo tras el fallecimiento de Allan Kardec, si bien seguía ilustrando sobre las cosas espirituales, desarrolló el prejuicio y comunidades que crearon vertientes dogmáticas que pasaron a discriminar los diferentes tipos de manifestaciones de la mediumnidad; gracias a eso la incorporación y actuación psicomotora por parte de los Espíritus, pese a ser un estado natural, es motivo de amedrentamiento alegando ser esto producto de criaturas inferiores y atrasadas marginalizando la dignidad de quienes la poseen y que se revisten muchas veces de la mayor nobleza por existir pero son víctimas de su propia sensibilidad. La mediumnidad es elegida y auto-impuesta, ninguno la recibe por error; todos la piden. Al pedirla, se gradúan los factores que harán eclosionarla y una vez que eso suceda, habrá que asumir control sobre ella para ejercitarla, educarla y poder utilizarla al fin deseado y que figura como la misión que la acompaña; todavía en 2016 hay religiones espiritas que acogen médiums y no les brindan conocimiento causa-efecto sobre la mediumnidad, los castigan sometiéndolos a dogmas y se les impone que para perseverar ahí deben ajustarse a los preceptos de esa religión lo que implica que deberán de realizar algo que no alcanza a llenarlos y muchas veces los destruye, no porque el camino no contenga lo necesario a su equilibrio y adelanto, sino por la negligencia espiritual e intelectual de quienes profesan este dogmatismo que no comprenden siquiera el medio a través del cual flexibilizar la rígida estructura para atender la primera necesidad del médium que es obtener equilibrio y dejar de ser víctima de su propia mediumnidad que no le fue conferida por Dios para amarrarlo a la agonía y su muerte y es por eso que es un crimen poner como condición al individuo un dogma para obtener su necesidad primera.
ü La reformulación de ciertos aspectos de la Umbanda no depende solamente de los escritores y dirigentes, que creemos tengan buena voluntad para externar aquello que piensan correcto. Simplemente todos solamente hacen aquello que sus mentes conciben como correcto. Creemos que nunca va a existir un codificador o incluso una codificación. La Umbanda es unilateral; si fuese para hacer un código, debería ser con todo el mundo junto e incluso todavía así tendría limitaciones. Lo que la Umbanda carece actualmente es de un reformulador, que irá a contribuir para la disciplina, coordinación y asentamiento doctrinario, calcado en las enseñanzas cristicas, en la razón y el buen sentido. Sabemos que solamente con las bendiciones de los Sagrados Orixás, con desprendimiento, humildad, Espíritu de caridad y mucho amor en el corazón, lo que alguien escriba, y en el momento correcto, fructificará. El hecho de no haber sido creada con una codificación ritual, fue fundamental para la consolidación de la Umbanda, pues, en ese caso lo fuese desde el inicio, el movimiento se estrecharía, volviéndose reservado solamente a algunos “escogidos e iniciados”, con rituales y liturgias codificadas, no permitiendo lo que viniese futuramente. La Umbanda da la libertad para que todos sus adeptos lean y estudien todos los libros sagrados del mundo, aceptando todo lo que es bueno y rechazando todo lo que es malo. Sería imposible concebir, una religión de porte de la Umbanda, ser perjudicada por la desinformación o solamente por el egoísmo de sus dirigentes y seguidores materiales. Todo ocurrió y ocurre de conformidad con las directrices de la Cúpula Astral de la Umbanda. Confiemos, y apostemos todos los esfuerzos para contribuir por la unificación doctrinaria de la Umbanda. Lo que realmente ocurrió, fue que el Caboclo de las Siete Encrucijadas, dictó “líneas maestras” a ser seguidas por todos; “líneas maestras” esas que permiten la esencia del trabajo umbandista, por eso, deben ser seguidas rigurosamente, lo que no ocurre prácticamente en la mayoría de los Terreiros de la actualidad.
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Uno de los problemas arraigados a las religiones y sus tradiciones hasta ahora desarrolladas está en el hecho de que transcurrido el tiempo, la necesidad de crecer se ve frustrada frente a rígidas paredes que conforman la estructura básica y el débil entendimiento de sus fundamentos que le permita crecer y evolucionar sin distorsionarse. Por ello tenemos en la actualidad religiones que siguen siendo un obstáculo al progreso por ser todavía retrogradas con respecto a los muchos siglos que persisten queriendo mantenerse igual muy a pesar de que la migración de los Espíritus asegura que constante vengan Espíritus más evolucionados con ideas nuevas que cada vez se adaptan menos a estos conceptos; he ahí que surge el auge de la modernidad espiritualista frente a la ortodoxia anticuada que no se adapta para rendir frente a la necesidad espiritual de nuevas generaciones y que no son fruto del capricho colectivo sino de necesidades añadidas arraigadas a masas de Espíritus diferentes a los que existían cuando dichas religiones funcionaban. Umbanda conoce este hecho y lo demuestra con frecuencia en las propias sesiones, por eso no es posible delimitar por un código justo ahora el progreso del futuro; los umbandistas tienen en sus exigencias la capacitación para saber discernir y elegir y con su libre albedrío serán responsables de aceptar e incorporar lo útil y rechazar y combatir lo que es inútil o pernicioso. En medio de la heterogénea condición espiritual global, la imposición de una homogeneización da evidencia de su eficacia en su propio fracaso: lo que piden y aspiran es imposible de lograrse.
ü Los dirigentes umbandistas tienen que prepararse condignamente, para que acojan en sus Terreiros a todas las personas portadoras de facultades mediúmnicas, y auxiliarlas en su desarrollo, preparándolas para que futuramente se vuelvan, también ellas, sus futuros dirigentes. Dirigente se forma en años de trabajo activo, iniciático y doctrinario dentro de un Terreiro umbandista, y no tan solamente por querer, y menos todavía a través de cursos y literaturas. Aceptamos sí, “cursos especializados” que objetivan perfeccionar y capacitar a los ya reconocidos dirigentes por la espiritualidad en los aspectos exteriores y mágicos. Los dirigentes tienen, primeramente, por obligación, volverse evangelizados y evangelizadores.
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Bajo el conocimiento causal de la mediumnidad y el conocimiento efectuar de las problemáticas derivadas de la negligencia por parte de los integrantes de incluso religiones espiritas, el deber umbandista es aplicar el conocimiento causa-efecto y forjar médiums capaces de transmitir y cumplir con la misma responsabilidad. La mediumnidad es promesa del ayer hacia hoy, fue Jesús quien la anunció, y como tal, vemos la evidencia de que es cada vez más común por lo que o multiplicamos los centros psiquiátricos y hospitales para albergar una población que un día será de puros médiums o nos hacemos capaces de añadir la educación sobre todo lo concerniente a la mediumnidad y aprendemos a atenderla tal cual desde la infancia aplicamos la difusión de una lengua, valores, hábitos, tradición, religión, ciencias, etcétera…
ü Umbanda predica que los integrantes de los Poderes Reinantes del Divino Creador (Corporaciones Orixás), indisociables de la naturaleza terrena, no son dioses, pero sí, son seres dotados de alta espiritualidad, arcángeles planetarios, ángeles planetarios y Espíritus superiores, recomendando la práctica de rezos, oraciones y caridad como forma de reverenciarlos e invocarlos, y no solamente fiestas, magias y ofrendas.
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La naturaleza de las jerarquías no terrenas es incluso confusa al entendimiento de los seres espirituales en la faja terrestre; para ellos pueden parecer dioses y obedecerlos como adorarlos en tal situación (ser Espíritu no te hace sabio, se sigue teniendo el mismo límite), al final, ¿no hay todavía Espíritus que describen ángeles y demonios muy a pesar de que otros en mayor evolución desmientan tal tesis? Los Orixás, homologando el lenguaje Espírita, conforma lo que denomina la Codificación Espirita como Ministros de Dios, que gobiernan y rigen conjunto, ocupándose de las tareas más cercanas atribuidas al dominio de Dios y por ello se les denomina cualidades o emanaciones de Él, incluso porque por su cercanía, adquieren un parecido divino que justifica todas las concepciones que pueden haber sobre ellos. Para ubicarlos, cabe estudiar en el Libro de los Espíritus, la Escala Espirita, Primer orden: Espíritus puros. También los arcángeles y ángeles, algunas figuras humanas de elevadísima estirpe espiritual como María Santísima y el mismo Jesús, ocupando esta posición han sido considerados seres divinos, encarnando a Dios en sus distintas concepciones como ocurre en el Cristianismo al poner a Jesús como Dios o la Virgen como la representación femenil de la que gestó y parió a toda la Creación: la diosa madre.
ü La Umbanda no alimenta en su sello segregacionismo religioso de especie alguna, y ve las otras religiones como legítimas, todas como optimas vías evolutivas, permitidas por el Padre Eterno, para acelerar la evolución de varios sectores regionales humanos. Cada cual, donde se afina. Para la Umbanda, no existen religiones malas, sino solamente locales donde se reúnen personas de buena voluntad, que practican aquello que piensan ser lo correcto. Dan lo mejor de sí, y con certeza, auxilian a muchas personas.
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La verdad absoluta no es patrimonio de religión alguna, ni exclusividad espiritual en la comunión con Dios. La sabiduría espirita nos pone a conocimiento de que la totalidad de lo que existe y ocurre es permitido por Dios y las altas jerarquías aquí tratadas como Orixás, y es muy prejuicioso como producto de la ignorancia alegar que existen caminos que fomentan la desgracia universal como el atraso; en la diversidad de progresión, hay un camino capaz de acoger a los Espíritus encarnados en sus distintos estadios evolutivos por lo que no existe religión mala que produzca malos resultados aunque no podemos decir lo mismo de sus integrantes y su mala índole. Si entráis en un camino en donde el recurso que se coloca en tus manos, aunque polémico, posee naturaleza neutral para trabajar conjunto a la alta jerarquía en el orden del mundo tanto físico como espiritual (debido a la doble naturaleza: hombre encarnado y Espíritu no corpóreo) frente a cada abuso, cabe una consecuencia multiplicada en aquellos casos donde hay conocimiento previo o mala voluntad de desvelar una verdad que incomoda y llama a recogerse de lo superfluo.
ü La Umbanda es una modalidad de Espiritismo, pero no es práctica religiosa kardecista. Solamente fundamentamos, con razón y buen sentido, los estudios doctrinarios mediúmnicos y de entendimientos de los Espíritus, en la codificación kardecista; acepta y acata las enseñanzas de algunos Espíritus militantes en el Espiritismo. La Umbanda, también es espiritualista porque incorporó conceptos y prácticas espirituales universales (referentes al mundo espiritual). También manipula los elementos superiores de la naturaleza (comandadas por los ángeles planetarios, los Orixás sustentadores), y trabaja con los Espíritus elevados, los Espíritus tutelares (Guías y Protectores Espirituales), para auxiliar a las personas que frecuentan los Terreiros umbandistas.
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El debate persiste en cuanto a lo que es y no es Espiritismo, y si bien, las religiones folclóricas acogen los mismos principios y son denominados Espiritismo, son en realidad prácticas de naturaleza espiritista que no usurpa ni compite con el propio Espiritismo sino que se coloca como el módulo práctico y vivencial de sus postulados. El Espiritismo posee su propio sistema práctico además de doctrina y la Umbanda el suyo, las semejanzas sólo son un reconocimiento verídico de que tenían razón y este reconocimiento procede de los propios Espíritus iluminados que hacen descender su aceptación y acatamiento en miras al beneficio futuro que se reflejará en la evolución espiritual si lo acogen con disciplina y fundamento.
ü En las presentaciones mediúmnicas con los Espíritus, la Umbanda procura mostrar arquetipos sociales y no raciales, o sea, enfatiza grupos sociales a fin de ser aceptados y mejor comprendidos, y no defendiendo e imponiendo factores raciales. La Umbanda no trae los arquetipos sociales y regionales que forman parte de toda nuestra ancestralidad y por eso son aceptados sin resalvo, haciéndonos sentir bien por estar en contacto con Espíritus afines. Lo que la Umbanda no hace, es defender e imponer las razas: negra, blanca, amarilla o roja.
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El sentido común frente a la noción espirita, de que el Espíritu no posee sexo, raza ni nacionalidad, combate el fanatismo e idolatría respecto a las delimitaciones culturales y raciales conferidas a otras religiones donde se da mayor prestigio a unas por encima de otras. Si habláramos sólo de indios, todos tomarían las tradiciones aborígenes y se volverían antagonistas del resto no atendiendo la diversidad entre los que vienen con agrupamientos espirituales que se acomodan a otras fajas arquetípicas no pertenecientes ni a la raza ni a la tradición selecta, por ende, es tan individual como lo es el sujeto mismo y debe permitirse no teniendo el hombre condición para poner límites al progreso de un Espíritu, menos de una colectividad. Cada arquetipo se ajusta a un tipo social, hablando en un lenguaje y aportando elementos accesibles al entendimiento de quienes acuden a ella.
ü El aparente sincretismo fue previsto por la espiritualidad, para en el menor tiempo posible, agradar al mayor número de adeptos, en surgimiento de la propia formación racial brasileña. Pero, en verdad, la Umbanda, que no es afro-descendiente, no es sincrética. Creemos que algunos santos prominentes, Espíritus superiores, que en la Umbanda son nominados de Orixás, pontifican líneas de trabajos de los Orixás mediadores, como trabajadores de los mismos, actuando en comunión con esa fuerza; ejemplo: San Jorge milita en la fuerza de Ogum; San Jerónimo milita en la fuerza de Xangó; Santa Bárbara milita en la fuerza de Yansá; San Lázaro milita en la fuerza de Omulú, etc… (Ellos no son “el” Orixá, pero “militan en la fuerza Orixá”, formando una línea de trabajo espiritual). Solamente los cultos afros son sincréticos. El único sincretismo existente en la Umbanda es de los arquetipos regionales de los Guías y Protectores Espirituales, ligándolos a los tipos sociales brasileños.
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Aquel que conoce la Umbanda, también reconoce la energía proveniente de cada Orixá y le atribuye características particulares que están presentes en determinadas actitudes, emociones y pensamientos, de ahí que en la historia del mundo haya nombres de personajes que representaron bien la suma de estas características y por ello representen en el sincretismo un homologo o figura que representa de igual modo los atributos concernientes a cada Orixá. Por eso la Umbanda pone en paralelismo los homólogos buscando llamar al entendimiento a quienes se expresan mejor dentro de un lenguaje particular, este sería por ejemplo asocial el efecto de la energía de Ogum al astro Marte, debido a que su energía como el producto es igual; la dificultad nuestra está en definir conceptos asociados a sensaciones que no comprenden quienes aparte de no poseer la mediumnidad tampoco hayan participado de la Umbanda que es a partir de donde se puede comprender este concepto, pues, la teoría puede ser infinita sin comprenderse hasta que se ha girado por lo menos 1 vez dentro de un rito. ¿Cómo es la energía de este o aquel? Cada médium aprende a identificar los fluidos característicos de su propio linaje espiritual con el paso del tiempo y en la Umbanda este hecho constituye una forma de especialidad debido a que condensando en ella la diversidad del propio mundo, un solo individuo tiene que ser capaz de lograr discernir entre los fluidos de todas las especies que hayan, es decir, la proveniente de los astros, los Espíritus y los encantados de la naturaleza también llamados elementos naturales.
ü Umbanda predica la existencia de un Dios único y tiene en esa su creencia y su mayor fundamento religioso, pues, no lo dispensa en momento alguno en sus cultos religiosos; reverencia las Corporaciones Orixás como siendo Poderes Reinantes del Divino Creador y no como dioses (divinidades); los Espíritus elevados, Espíritus tutelares (los Guías y Protectores Espirituales), y no los disocia de Él, nuestro Padre Mayor. La Umbanda no encerró a Dios en cuatro paredes, eligiendo algunos “dignos” representantes de Él (monoteísmo), pero sí, reconoce la presencia divina en todo y en todos y que el Padre se manifiesta de todas las formas a través de una jerarquía muy bien distribuida y disciplinada (Neo-panteísmo). Por eso, Umbanda no es monoteísta, pero sí, neo-panteísta.
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Dentro del monoteísmo no hay la negación pura de la existencia de otros dioses; en sí lo que sintetiza al monoteísmo es el alegato de que sólo 1 es digno y los demás por consecuencia son falsos y usurpadores, consecuencia de ello, ¡hay sólo 1 Dios! La Umbanda no tiene problema con el nombre atribuido a Dios, por ello no discute respecto a tradición y cultura; mientras existe la figura de Dios Supremo, con sus características o atributos, puede deducirse que a Él se refiere mezclado en la diversidad y adaptado a la comprensión de cada uno, por ello, nadie está exento de Dios aunque a los ojos de algunas tradiciones, se desapruebe tal comunión producto de que esta se forja de manera diferente. Luego, están los jerarcas del Cielo que nos evidencian su semejanza a Dios, atributo conquistado con la consolidación del progreso, y finalmente se les venera del mismo modo que la divinidad misma sin ponerlos a la par o por encima de Dios, ya que estos sólo se parecen a Dios a partir de su cercanía que les confiere semejanza y por el hecho de ser ejecutores de su voluntad directa.
ü Umbanda no es catolicismo, pero acepta y acata a los ángeles y algunos santos. La Umbanda no es culto afro, pero acepta y acata, con entendimiento propio, la creencia en los Orixás.
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Tal como se ve, lo aparente gobierna a primera vista y la discrepancia a segunda; Umbanda dice que no siendo única en la producción de prodigios y santos, han existido otros antes y ahora en otros espacios que deben ser reconocidos y que son activos trabajadores. Tal es el caso de los llamados ángeles concebidos por el catolicismo, que al entendimiento de los Espíritus puros, son los Espíritus consagrados al ministerio de Dios por su elevación y el nombre o concepción no importan, son Espíritus de antigüedad incomprendida y que ya han alcanzado la meta, al igual que los Orixás; esto dice que en todas las concepciones, las tenidas deidades, siendo muy buenas o muy malas, son Espíritus acogidos y extensiones regentes de un Dios único con un único propósito. ¿Estaría el Arcángel Miguel por encima de Ogum o algún otro Orixá? Umbanda alega que no, los coloca a la par, homólogos en evolución y las características que los tornan especiales; si alguien alega que Miguel es más puro, posee el preconcepto cristiano y demuestra ignorancia respecto a cómo se produce la jerarquía espiritual y si alguien dice lo contrario, que Ogum es mejor porque es un dios, es un africanista, que demuestra también su propia ignorancia; están situados en el mismo Gobierno, ejerciendo la misma actuación y animando una misma fuente energética que mantiene en movimiento toda la Creación. Reitero, lean sobre este respecto en la Escala Espirita, del Libro de los Espíritus, la parte tratante de los Espíritus puros; ahí se encuentran todas las especies de Espíritus designados como deidades o seres divinos de todas las religiones del mundo.
ü En el actual momento terreno, se cierra el primer ciclo del movimiento umbandista en Brasil (100 años). Actualmente caminamos para el “tiempo de elegir”, donde será separado el trigo de la cizaña, para que la Umbanda florezca en toda su plenitud espiritual y material.
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Todo lo mencionado aquí conforma la base idónea de la Umbanda, siendo algo que no se verá con facilidad en la sociedad; el 80% de umbandistas son afro-umbandistas y han encarnado en mayor o menor proporción (individualmente) los aspectos procurados a evitar, un 10% (8% en Brasil y 2% fuera de Brasil) practica la Umbanda conforme a los criterios definidos y el 10% restante no lo practica conforme a lo establecido aquí pero tampoco encarnan los hábitos del afro-umbandismo conformando una población diferente, la cual se verá en el futuro su efectividad cuando su fruto esté echado. El enredo nace del hecho de que para poblar la Umbanda primero se agrupó todo para tenerlos a todos, pero expandida, asentada, definida, la Umbanda ahora se encuentra en la fase de proliferar en su propia identidad descartando ahora los elementos que traen confusión.
El tiempo es el mejor juez de todas las cosas. Debemos apostar todos nuestros esfuerzos a fin de contribuir para que la Umbanda sea higienizada, retirando de su culto el folclore, mitos, las supersticiones, las excentricidades, la exageración de los cultos externos, el uso exagerado de ofrendas, despachos, fantasías, aderezos, vanidades, danzas, manifestaciones circenses, etcétera…, transformándola en una religión en la acepción de la palabra modificando al hombre para mejor, y a fin de auxiliar su religación a Dios. El mayor fundamento de la Umbanda reside en la creencia en Jesús u Oxalá, el maestro de maestros, el gobernador espiritual del planeta Tierra y su doctrina – los evangelios, y las enseñanzas cristicas, a fin de prepararnos para la gran jornada, que es nuestro reencuentro con Dios.