Naiguatá era un cacique de la familia caribe, ejercía su dominio a lo largo de una extensa zona costera que partía del río Anare, en los predios del Cacique Guaicamacuto, hasta las costas anzoatiguenses de lo que hoy se conocen como Puerto La Cruz. Aguerrido, fuerte y en cierta manera romántico. Como rasgo curioso de su espíritu tenía verdadero amor por las gaviotas, por esto Naiguatá pasaba horas y horas contemplando embelesado a dichas aves, hoy desaparecidas del litoral guaireño. Debido a que según las leyendas indígenas el cacique tenía poderes sobrenaturales, podía interpretar los ocultos mensajes de sus vuelos. Dicen las crónicas que cuando los españoles comandados por el capitán Rodríguez Suárez llegaron a sus tierras, Naiguatá los recibió con grandes demostraciones de hospitalidad, ofreciéndoles yuca, maíz y pescado. Un día sin embargo, uno de los soldados españoles disparó su arcabuz contra una gaviota y la mató. Al enterarse del hecho, Naiguatá se enfadó y exigió que le entregaran de inmediato al culpable para sacrificarlo en inmediato desagravio a la belleza y al poder esotérico de esas aves, pero como Rodríguez Suárez se negó a entregarlo, el cacique “amigo de las gaviotas” atacó en la noche su campamento e hizo prisioneros a todos los españoles. Cuando averiguó quién era el que había disparado a la gaviota, lo mantuvo como su prisionero y expulsó de sus dominios a los demás extranjeros. Encontrándose a punto de ajusticiar al soldado, una bandada de gaviotas sobrevoló el lugar. Naiguatá que sabía interpretar sus mensajes, comprendió que las aves habían venido a otorgarle su perdón al prisionero. Por tal motivo, el también lo perdonó y lo dejó ir tras advertirle que nunca más matara o maltratara una gaviota.
Oración al Cacique Naiguatá
¡Oh glorioso cacique Naiguatá!, hoy acudo ante ti,
para suplicarte que de hoy en adelante, seas mi escudo
y protector, que me defiendas de los malos monjes y falsos
profetas, que intentan colocar piedras y espinas en mis caminos
Amén.
Se le enciende una vela amarilla y se pide la gracia deseada. ( Tomado de la estampita de este glorioso cacique)
Oración al Cacique Naiguatá
¡Oh glorioso cacique Naiguatá!, hoy acudo ante ti,
para suplicarte que de hoy en adelante, seas mi escudo
y protector, que me defiendas de los malos monjes y falsos
profetas, que intentan colocar piedras y espinas en mis caminos
Amén.
Se le enciende una vela amarilla y se pide la gracia deseada. ( Tomado de la estampita de este glorioso cacique)