No Lucian88, si tú das consentimiento a ello tendrás que cubrir el tiempo que sea necesario. Considera amigo lo siguiente, hasta una promesa hecha en un momento donde se subestimaba si la simple palabra tenía una relevancia sirve para comprometer un alma, por ejemplo, una promesa que se hace a un espíritu sea desencarnado o no, puede robarte la libertad espiritual y solo cuando hayas cubierto el lapso de pena en aquel lugar es que se recibe el permiso de lo Alto para ser sacado de ahí, sin embargo, esa persona que vuelve a la vida va a tener los sufrimientos más grandes para probar si de verdad lo que sufrió por ese error fue suficiente o no. Muchos caen una y otra vez en la misma situación, por eso, deben tener mucho cuidado con lo que dicen o piensan, una palabra no meditada puede condenar su propia alma especialmente si es escuchada por algún espíritu abusador. Te anexo algo de Ramatís de su libro, Magia de Redención que habla en general de todo esto, pero específicamente te anexaré el capitulo del Conjuro. La ley es justa y no exonera a nadie, y según << Mateo 16:19 >> " (...) todo lo que atares en la tierra será atado en el cielo; y todo lo que desatares en la tierra será desatado en el cielo.", hay que tener mucho cuidado, orad y vigilad todo el tiempo. Existe un sin fin de literatura que narra casos que esclarecen sobre estos asuntos, yo por falta de tiempo apenas anexo esto pero si quieren leer más lean Aruanda de Robson Pinheiro o la linea de libros de André Luiz.
Pregunta: ¿Qué es el conjuro o magia?
Ramatís: El conjuro es la imprecación mágica que hacen los hechiceros cabalísticamente, para obligar a determinada entidad espiritual a manifestarse, y que cumpla con un servicio o que asuma cierta responsabilidad en el mundo astral. Todo ello, demuestra la existencia de una cierta jerarquía entre los espíritus malévolos, los que ejercen autoridad sobre los menos capacitados mentalmente: Más, el conjuro también implica una especie de obligación o compromiso entre el evocador y el evocado, pues una vez satisfecho el pedido, el primero queda vinculado al "socio" para retribuirle en vida, el mismo servicio, después de desencarnado. Nos recuerda aquella leyenda del hombre que vendió su alma al diablo, pues el hechizamiento sólo produce éxito cuando se consigue la colaboración eficiente y decisiva de los espíritus desencantados y entendidos en el asunto.
El conjuro es un compromiso severo, pues en esa operación cabalística el evocador se asocia a entidades invisibles, cuyo poder e intenciones, casi siempre ignora. Por eso, aquí en el Espacio, vagan y. se arrastran millones de seres que, por haber sido imprudentes, fueron esclavizados por los más expertos, a los cuales se hayan comprometidos desde que eran encarnados y practicaban maleficios e imprudencias con la ayuda de esos seres diabólicos. En realidad, hay hechiceros improvisado» o profesionales, que movidos por venganzas o deseos de poder, se venden a ciertos espíritus impiadosos y perversos, realizando un negocio bastante perjudicial.
Ni bien el cuerpo del "socio;" baja a la sepultura, aparecen los acreedores o "señores" que cobran los servicios prestados, entonces, el infeliz se vuelve un deshecho vivo, succionado hasta la última gota de su vitalidad remaneciente de la tierra.
Por eso, en las adyacencias de las comunidades astralinas inferiores, ambulan como en bandadas los espíritus desajustados, entontecidos y exprimidos en sus fuerzas vitales, especie de trapos vivos, que en sus vidas físicas se comprometieron con los veteranos de las sombras.
Una palabra inadecuada, dicha en un momento de imprudencia basta para condenar un alma a una pena transitoria pero nada agradable comparadas con las que se viven aquí. Recuerdo, hace años un amigo que empezó conmigo dentro del Culto a María Lionza, él en su pueblo cerca de Mérida habló con el alma del padre de un Santero, éste penaba en llanto incesante por haber vendido su libertad a cambio de poder, un poder engañoso ya que lo que adquirió fue control sobre los elementos y eso daba la falsa apariencia de ser poderoso, en fin, el espíritu que trabajaba en la espiritualidad para disminuir sus penas admiraba con envidia prácticamente la vida llena de sufrimientos de mi ex pareja, una muchacha de vida bastante lamentable, enfatizando su admiración por su capacidad para resistir ante tanto sufrimiento y muy preocupado por ella haber abandonado un camino espiritual; en simple comprensión, éste espíritu con los ojos abiertos ahora está muy enfático en alertar a las personas sobre las imprudencias que se cometen en la inexperiencia.