Exu Mirim: los niños olvidados
Hablar de Exu Mirim es hablar de una falange de espíritus que, a pesar de ser introducidos como trabajadores de la Corriente Astral de Umbanda, a lo largo de los años, fueron colocados del lado de afuera de los Terreiros por puro preconcepto, nacido de la falta de conocimiento y de la intolerancia con “lo diferente”. Toda discriminación es fruto de la falta de competencia para lidiar con situaciones que huyen al “sentido común”. Es más fácil omitir, esconder, ignorar, despreciar de lo que aceptar, educar, doctrinar. Para esto, sería necesario un mínimo de esfuerzo para aceptar “el otro” en su esencia y buscar un relacionamiento saludable. Muchos umbandistas (infelizmente la mayoría), por no conocer y no tener coraje de enfrentar desafíos, ignoran solemnemente estos “niños rebeldes” de la izquierda: los Exus Mirins.
Exu Mirim es una falange de espíritus “infantilizados” que trabajan en la línea de los Exus. Son los “niños de la izquierda”. Militan al lado de los Guardianes. Entonces para estos del mismo modo que los “niños de la derecha” (ibejis) están para Caboclos y Negros Viejos. Son grandes trabajadores del astral y por tener el ropaje fluidico y el mental de niños presentan características de la personalidad infantil todavía en proceso de lapidación: curiosidad, falta de límites, rebeldía, extrema sinceridad y tolerancia. Imaginen que los Ibejis sean aquellos niños que todos querían como hijos: dóciles, amorosas, inocentes; los Mirins serían los hijos rebeldes, cuestionadores y difíciles de convivir; aquellos niños que escondemos de las visitas. Son los trabajadores de Umbanda que muchos Terreiros esconden o dejan del lado de afuera por no saber cómo lidiar con ellos. Pero Exu, que es sabio y conoce a fondo los Mirins, sabe que el trabajo de estos “[i]Exucitos[/i]” es imprescindible en la Corriente Astral de Umbanda. Por esto acogió estos espíritus en su línea, y trabaja lado a lado con estos grandes “pequeños guardianes”. Exu Mirim es el niño que precisamos doctrinar y amar. Cabe al médium conocer y saber trabajar con esta vibratoria, doctrinando y nunca permitiendo influenciarse por el poderoso mental de los Mirins. El médium debe actuar como un tutor que precisar ser muchas veces rígido y nunca desequilibrarse mentalmente cuando estuviera trabajando con estos espíritus. Muchas de las hazañas de Exu Mirim se deben al comportamiento del médium. Del mismo modo que muchos discriminan y juzgan los Exus, por desconocer que los excesos cometidos por estas entidades parten mucho más del médium de lo que propiamente de estos guías tan responsables y conocedores de su papel en el astral. Los Exus Mirins fueron víctimas de la falta de conocimiento de los Terreiros, por esto fueron juzgados sin derecho a defensa, y condenados al exilio.
Los Mirins son grandes trabajadores del astral. Poseen gran conocimiento de magia y manipulan con maestría los elementales. Son frecuentemente enviados por los Exus, a los submundos del astral como espías. Su sagacidad, rapidez y coraje hacen con que puedan infiltrarse en las zonas inferiores sin ser percibidos. Cuando son enviados en misión desglosan y neutralizan trabajos de baja magia con la misma facilidad que plasman campos de fuerza para protección de Terreiros u otros lugares bajo la protección de los Exus. Como casi no trabajan actuando en un médium, cuando llegan en los Terreiros demuestran ciertos hábitos adquiridos en el astral, como esconder o camuflar el rostro, costumbre adquirida por frecuentemente estar infiltrados entre los espíritus de la baja espiritualidad. Por raramente estar interactuando con médiums, cuando están entre los encarnados se muestran ariscos y desconfiados. Sin embargo, cuando respetados y bien acogidos demuestran fidelidad y hasta incluso una cierta amabilidad.
Los Exus Mirins obedecen la misma jerarquía que los otros Exus. No podemos olvidar que a pesar de ser espíritus infantilizados, no dejan de ser Exus. Traen en el punto riscado: los símbolos mágicos consistentes con la línea que trabajan. Los signos cabalísticos identifican la falange a la cual pertenecen, el guardián a quien obedecen y el Orixá a quién están ligados por afinidad. Reciben el “nombre de guerra” de acuerdo con su falange o con el elemento natural que representan. Así tenemos Exus Mirins del fuego, de la tierra, del agua y del aire, presentándose con los nombres de Labareda, Foguinho, Faísca, Fagulha, Brasinha, Caveirinha, Calunguinha, Pó de Terra, Toco de osso, Toquinho, Tiquinho, Ondinha, Malandrinho, Maria Caveirinha, Mariazinha da Calunga, Corisco, Barinha, Fumaça, Trovoada y tantos otros nombres que se presentan en los Terreiros.
Los niños de la izquierda existen. Esto es un hecho incontestable. Son ellos los incomprendidos y despreciados Exus Mirins. Los espíritus de la corriente de Umbanda que fueron rotulados y asumieron el arquetipo de “niños malos”. Los desterrados de los Terreiros, aislados, condenados al abandono, malditos. Niños rebeldes que fuman, beben y molestan la vida de quién los contraría. Niños de quien nadie asume paternidad.
Ya es tiempo de corregir esta gran injusticia. La Umbanda, madre amorosa que acoge a todos sin distinción, amparando y guiando un número infinito de espíritus encarnados y desencarnados, no puede abandonar a los Mirins a su propia suerte, condenando al exilio una de sus líneas de trabajo más aguerridas en el combate a la baja espiritualidad. Mirim es el ojo que todo lo ve, depurando y auxiliando los espíritus necesitados. Son los “pupilos” de Exu, que los amparó dándoles un campo de acción en la Ley de Umbanda. Los Mirins vienen resistiendo bravamente al preconcepto y negligencia con que son tratados, pero no dejan de cumplir con su papel de “pequeños soldados de la ley”. Venciendo demanda para hijo de fe, hasta por aquellos que miran con desprecio y desconfianza los pequeñitos Exus trabajando en el terreiro. Para estos, Mirim deja un recado: “Soy la obscuridad de la luz y la luz de la obscuridad. Soy el reflejo de tu alma. Fuego, tierra, agua y aire. Magia de redención y perdición. Soy ambiguo, Exu, el menor de todos, pequeñito en mi grandeza ¡Apenas Mirim!"
¡Laroiê Mirim!
Profesora María Amélia Martins[/i].
Directora de Estudios del TCP ([i]Templo Camino de la Paz)
Exu Mirim es una falange de espíritus “infantilizados” que trabajan en la línea de los Exus. Son los “niños de la izquierda”. Militan al lado de los Guardianes. Entonces para estos del mismo modo que los “niños de la derecha” (ibejis) están para Caboclos y Negros Viejos. Son grandes trabajadores del astral y por tener el ropaje fluidico y el mental de niños presentan características de la personalidad infantil todavía en proceso de lapidación: curiosidad, falta de límites, rebeldía, extrema sinceridad y tolerancia. Imaginen que los Ibejis sean aquellos niños que todos querían como hijos: dóciles, amorosas, inocentes; los Mirins serían los hijos rebeldes, cuestionadores y difíciles de convivir; aquellos niños que escondemos de las visitas. Son los trabajadores de Umbanda que muchos Terreiros esconden o dejan del lado de afuera por no saber cómo lidiar con ellos. Pero Exu, que es sabio y conoce a fondo los Mirins, sabe que el trabajo de estos “[i]Exucitos[/i]” es imprescindible en la Corriente Astral de Umbanda. Por esto acogió estos espíritus en su línea, y trabaja lado a lado con estos grandes “pequeños guardianes”. Exu Mirim es el niño que precisamos doctrinar y amar. Cabe al médium conocer y saber trabajar con esta vibratoria, doctrinando y nunca permitiendo influenciarse por el poderoso mental de los Mirins. El médium debe actuar como un tutor que precisar ser muchas veces rígido y nunca desequilibrarse mentalmente cuando estuviera trabajando con estos espíritus. Muchas de las hazañas de Exu Mirim se deben al comportamiento del médium. Del mismo modo que muchos discriminan y juzgan los Exus, por desconocer que los excesos cometidos por estas entidades parten mucho más del médium de lo que propiamente de estos guías tan responsables y conocedores de su papel en el astral. Los Exus Mirins fueron víctimas de la falta de conocimiento de los Terreiros, por esto fueron juzgados sin derecho a defensa, y condenados al exilio.
Los Mirins son grandes trabajadores del astral. Poseen gran conocimiento de magia y manipulan con maestría los elementales. Son frecuentemente enviados por los Exus, a los submundos del astral como espías. Su sagacidad, rapidez y coraje hacen con que puedan infiltrarse en las zonas inferiores sin ser percibidos. Cuando son enviados en misión desglosan y neutralizan trabajos de baja magia con la misma facilidad que plasman campos de fuerza para protección de Terreiros u otros lugares bajo la protección de los Exus. Como casi no trabajan actuando en un médium, cuando llegan en los Terreiros demuestran ciertos hábitos adquiridos en el astral, como esconder o camuflar el rostro, costumbre adquirida por frecuentemente estar infiltrados entre los espíritus de la baja espiritualidad. Por raramente estar interactuando con médiums, cuando están entre los encarnados se muestran ariscos y desconfiados. Sin embargo, cuando respetados y bien acogidos demuestran fidelidad y hasta incluso una cierta amabilidad.
Los Exus Mirins obedecen la misma jerarquía que los otros Exus. No podemos olvidar que a pesar de ser espíritus infantilizados, no dejan de ser Exus. Traen en el punto riscado: los símbolos mágicos consistentes con la línea que trabajan. Los signos cabalísticos identifican la falange a la cual pertenecen, el guardián a quien obedecen y el Orixá a quién están ligados por afinidad. Reciben el “nombre de guerra” de acuerdo con su falange o con el elemento natural que representan. Así tenemos Exus Mirins del fuego, de la tierra, del agua y del aire, presentándose con los nombres de Labareda, Foguinho, Faísca, Fagulha, Brasinha, Caveirinha, Calunguinha, Pó de Terra, Toco de osso, Toquinho, Tiquinho, Ondinha, Malandrinho, Maria Caveirinha, Mariazinha da Calunga, Corisco, Barinha, Fumaça, Trovoada y tantos otros nombres que se presentan en los Terreiros.
Los niños de la izquierda existen. Esto es un hecho incontestable. Son ellos los incomprendidos y despreciados Exus Mirins. Los espíritus de la corriente de Umbanda que fueron rotulados y asumieron el arquetipo de “niños malos”. Los desterrados de los Terreiros, aislados, condenados al abandono, malditos. Niños rebeldes que fuman, beben y molestan la vida de quién los contraría. Niños de quien nadie asume paternidad.
Ya es tiempo de corregir esta gran injusticia. La Umbanda, madre amorosa que acoge a todos sin distinción, amparando y guiando un número infinito de espíritus encarnados y desencarnados, no puede abandonar a los Mirins a su propia suerte, condenando al exilio una de sus líneas de trabajo más aguerridas en el combate a la baja espiritualidad. Mirim es el ojo que todo lo ve, depurando y auxiliando los espíritus necesitados. Son los “pupilos” de Exu, que los amparó dándoles un campo de acción en la Ley de Umbanda. Los Mirins vienen resistiendo bravamente al preconcepto y negligencia con que son tratados, pero no dejan de cumplir con su papel de “pequeños soldados de la ley”. Venciendo demanda para hijo de fe, hasta por aquellos que miran con desprecio y desconfianza los pequeñitos Exus trabajando en el terreiro. Para estos, Mirim deja un recado: “Soy la obscuridad de la luz y la luz de la obscuridad. Soy el reflejo de tu alma. Fuego, tierra, agua y aire. Magia de redención y perdición. Soy ambiguo, Exu, el menor de todos, pequeñito en mi grandeza ¡Apenas Mirim!"
¡Laroiê Mirim!
Profesora María Amélia Martins[/i].
Directora de Estudios del TCP ([i]Templo Camino de la Paz)
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«Aparte del Espíritu protector ¿está unido un mal Espíritu a cada individuo, con miras a incitarlo al mal y darle ocasión de luchar entre el bien y el mal?
- "Unido" no es la palabra exacta. Bien es verdad que los malos Espíritus tratan de desviar del camino recto al hombre cuando se les presenta la oportunidad: pero si uno de ellos se apega a un individuo, lo hace por determinación propia, porque espera que el hombre le haga caso. Entonces se desarrolla una lucha entre el bueno y el malo, y la victoria corresponderá a aquel cuyo dominio el individuo entregue»
Libro de los Espíritus, cuestión 511.