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Médiums imperfectos

¡Un médium no es un santo!
Él apenas es un ser humano común, adquirido de una gran misión junto al prójimo.
Los médiums cuando serios en su misión, comprenden que la mediumnidad es cosa santa con origen en Dios, que les concede la misión mediumnica para que el médium pueda evolucionar a través de ella. Por lo tanto, un médium no es mejor o superior a sus hermanos y en muchos casos o en la mayoría de ellas, el fenómeno ocurre al contrario.
La mediumnidad no es un don para que una vez desarrollado se pueda cobrar por su uso. La mediumnidad es tan común entre los hombres que podemos compararla al color de nuestra sangre, que presenta el mismo color independiente de la raza en que tenemos origen.
La variedad mediumnica es muy grande, Kardec catalogó cerca de 60 tipos de mediumnidad. Normalmente las más comunes son la incorporación, la psicografia (escrita) y la videncia. Por ser más comunes, son también las más utilizadas por vagabundos y canallas de la espiritualidad, que normalmente hacen uso de ella, normalmente en mistificaciones, visualizando la exploración de las personas que creer en un ser humano que se dice médium.
En el inicio, todos son ignorantes en relación a lo que van a encontrar en el camino mediúmnico y en ese inicio son todos interesados y humildes. Si un médium fuera de mal carácter, él usará la mediumnidad de forma errada y explorará a las personas que a él se aproximaran a través de ella.
Existen aquellos (as) que hoy psicografian libros y los venden. Cuando el dinero llene sus bolsillos, los malos médiums alegan nada tener en común con las cosas santas, pero sí, que son dotados de una capacidad nata en sus vidas y por lo tanto, esa capacidad se transforma en trabajo remunerado, cuando en la realidad el dinero recaudado en esas obras debería tener objetivo benéfico y filantrópico.
Una regla existe en relación a los médiums clasificados como “malos médiums”, normalmente son todos ellos mistificadores y todo cuidado al lidiar con ellos debe ser grande, teniendo en vista que normalmente actúan psicológicamente en las personas que los procuran inculcándoles el miedo. Vamos a ver abajo, cómo podemos distinguirlos de lo que presta (mediumnicamente hablando).

Médiums livianos – los que no toman a serio sus facultades y de ellas solo se sirven para divertirse o para futilidades.

Comentario del Padre de Santo:
Los médiums livianos son normalmente victimas de un obsesor que juzgan ser un Guía en sus vidas. El obsesor se dedica a confundirlo en su misión y acata todos los pedidos que el médium le hace y en la hora que fuera, en la intención de llevarlo a la derrota en la mediumnidad.
Cierta vez conocí una joven que me dijo que recibía una Bahiana y la consideraba su gran amiga, ya que todas las veces que ella y sus amigas precisaban de ella, la Bahiana prontamente atendía a todas. Al discordar de la conducta de ambas, ya que los espíritus no están a nuestra disposición en cualquier horario, la joven me invitó para ir a su casa la noche para sacar una prueba. Cuando llegué, allí estaban la joven, dos amigas y sus padres. En los momentos siguientes, sin cualquier ritual o ceremonia, incorporó la tal Bahiana, que dijo un montón de barbaridades a todos los presentes.
Cuando se dirigió a mí, le hice algunas preguntas que ella no supo responder lo que mostró que la entidad (si es que había alguna) no era una Bahiana y sí, un burlón que se divertía con la joven y sus amigas.
El burlón se divertía y bromeaba con todos, una ve que nada serio era practicado al lado de él. En esas situaciones las mistificaciones (de ambos lados) son casi que una regla. Ese tipo de médiums es muy peligroso; si atienden a un espíritu maligno, ese espíritu podrá enseñar cosas terribles al médium y hacer gran mal a las personas.

Médiums orgullosos – Son los que juzgan que no tienen que aprender nada más y no toman para si las lecciones que frecuentemente reciben. No se contentan con las facultades que poseen, quieren tenerlas todas. No aceptan críticas y se enojan con la menor contradicción. Gustan de ser admirados y generalmente toman aversión por personas que no los aplaudan, huyendo de los locales donde no consiguen imponerse.

Comentario del Padre de Santo:
En el pasado, en el inicio de mi desenvolvimiento, se integró a la corriente una pareja adolescente. Con el pasar de los meses, el muchacho de esa pareja “desenvolvió” muy rápidamente su afinidad con sus Guías, todos ellos de nombres memorables dentro de la Umbanda. Pasados unos meses más, el joven médium pasó a ser muy admirado por la asistencia del terreiro, pero no por la corriente que notaba su predisposición para mistificación.
La incorporación de sus Guías era marcante, el grito del Caboclo era fuertísimo y hacia el terreiro temblar, impresionaba cualquier laico que viese su llegada. Decía todavía que era vidente y que veía a los Guías de todos los demás médiums y que también oía de sus Guías muchos consejos y enseñanzas y cuando hacia algo extraño a los rituales, cuando le preguntaban el porqué de sus actitudes, él siempre decía:
Mis Guías pidieron, mis Guías me hablaron ó mis Guías me enseñaron”.
Con el pasar del tiempo, cayó en contradicción en muchas cosas y pasó a no ser más tan admirado.
Resultado – por no ser más admirado dejó la corriente y abrió un terreiro en uno de los cuartos de su casa. En menos de un año, fue a para en la miseria. El dolor de la miseria le colocó un cabestro, hoy él es evangélico y abomina la Umbanda. Su tontería, aliada a su manía de ser superior, lo llevó a la derrota en la espiritualidad. Los orgullosos siempre tienen un triste fin. Eso ocurre para que aprendan a doblar las rodillas, no pasan de una papelera en una corriente decente y son rápidamente excluidos por el Guía jefe de un templo.
Los médiums orgullosos en su mayoría se desmoronan rápidamente en la vida mediumnica. Cualquier médium iniciante llega totalmente ignorante en relación a lo que va a practicar como religión. En su iniciación (en local serio), pasa a recibir enseñanzas de buen nivel que le permitirá desenvolver la mediumnidad y con el desenvolvimiento pasa a crecer en la espiritualidad, pero cuando el orgullo habla más alto, se asocia en su vida pesada obsesión que lo llevará al total desastre en este aspecto.
Son en su mayoría ingratos en relación a sus dirigentes, ya que tras pequeños aprendizajes, juzgan saber de todo (lo que es un gran engaño) y se dedican a criticar sobre la conducta de su Padre o Madre de Santo en relación a los rituales, días y horarios de su casa. En esta situación son apartados de la corriente a la que pertenecían por el plano espiritual y dejan la casa que los recibió de brazos abiertos y se van sin mirar para atrás. Y enseguida, guiados por la pesada obsesión que sufren, abren Terreiros sin el debido preparo y de ellos se aproximan otros que con la misma idea se complacen y a partir de ese punto se inicia la caída en la vida mediumnica.
Por abrir una puerta sin los conocimientos necesarios para eso, pasan a absorber la carga maléfica de las personas que pasan a frecuentar el local y encuentran las enfermedades, los hechizos sobre los cuales no tienen conocimiento para rebatir y la derrota material.
En su desespero pasan a procurar por otros templos a fin de conseguir los conocimientos necesarios para conducir un templo y hasta pagan por ellos, al final hoy existen conocimiento y seriedad que diploman aquellos que hacen su curso, posicionándolos como sacerdotes de Umbanda, pero, desconocen el secreto de como las cosas son hechas (mironga) dentro de un templo y van a cada día descendiendo más y más grados en la espiritualidad y también en la vida material.
Una vez derrotados materialmente, abandonan nuestras prácticas y se dedican a otras formas de religión, como ejemplo las evangélicas, donde pasan a expiar muchas de sus faltas.
El hecho de hoy existir escuelas iniciativas y facultad de Umbanda, en nada modificará la misión de un médium si él no tuviese en su vida la misión de dirigir un templo de Umbanda.
Si un médium no nació con la misión sacerdotal, él hasta podrá abrir un terreiro llevado por su orgullo, podrá golpearse en el pecho y decir: “¡yo soy un Padre o Madre de Santo!” pero con certeza no morirá como tal, ya que aquello que construyó no posee bases solidas e irá a desmoronarse con el tiempo y en estos casos es común morir el Padre o Madre de Santo y su casa cerrar, eso ocurre debido a la falta de preparación mediumnica del dirigente, donde en esta situación el mal médium no consigue formar un sucesor, ya que en él nadie confió, por esa razón mueren solos.
Solo que hasta que eso ocurra, el mal médium llevará la desgracia a muchos que en él confiaron lo que le aumentará seriamente su karma. Son normalmente mistificadores y fantasean situaciones para mostrarse fuertes, llevando a las personas que en ellos creen a las encrucijadas o a los cementerios, para hacer despachos sin criterio u objetivos, lo que es lógico, traerá a todos los envueltos pesada obsesión.
El orgullo es una de las causas primarias de la derrota de todos los grandes villanos de la historia. ¡Quien siembra cosecha! (y cómo cosecha…)

Médiums mercenarios – Los que exploran sus facultades mediumnicas, cobran trabajos, aceptan presentes o exploran las personas que los procuran. Son mistificadores por excelencia.

Comentario del Padre de Santo:
Cierta vez fui a visitar un pequeños terreiro a invitación de un amigo simplón. Cuando llegué, me senté en la asistencia y junto allí estaba media docena de personas. Entre ellas, una señora de apariencia muy humilde aguardaba el inicio de los trabajos. Algunos minutos se pasaron y el pequeño terreiro comenzó a recibir más personas, “que pagaban para tomar fichas”. Iniciados los trabajos, el “guía” jefe (con “g” minúscula) incorporado, inició el atendimiento.
Allí por las 23 horas, todos ya habían pagado por las fichas, fueron atendidos antes de aquella humilde señora, que preocupada con el horario, preguntó al cambono jefe, cuando sería atendida. Recibió en seguida la respuesta, que ella tendría que esperar a todos los que pagaron pues serán atendidos antes. La mujer dijo entonces que no podría esperar y se fue.
Nervioso con las mistificaciones que había presenciado, pelee con mi amigo y lo llamé imbécil por frecuentar aquel antro y me fui en seguida.
Pasados cinco años, reencontré en la calle a mi ex-amigo, que informó que la Madre de Santo había terminado muy enferma, con enfermedades inexplicables y pasó años en cama y por eso fue obligada a cerrar la casa. Todos los que cobran por cualquier cosa que hagan en nombre de Dios, sea en la religión que fuera, encuentran la ruina y las enfermedades inexplicables.

Médium ambiciosos – Son aquellos que aunque no vendan sus facultades, esperan sacar de ella algún provecho o ventaja y normalmente son mistificadores.

Comentario del Padre de Santo:
Conocí cierta vez un Padre de Santo, que era padre de un colega de trabajo. De origen muy humilde, el Padre de Santo trabajaba como mecánico en una pequeña oficina. Invitado por mi amigo a visitar el terreiro, cuando fueran abiertos sin mucha ceremonia. Como el ambiente era pequeño y no usaban los atabaques durante las consultas, todos podían oír lo que las personas hablaban con los tres médiums incorporados.
Casi en el final de los trabajos, un hombre fue a hablar con el Guía del Padre de Santo sobre una propuesta de donación de un terreno de su propiedad, para que el Padre de Santo allí construyese una oficina y un terreiro en los fondos. El Guía sin mucha ceremonia, dijo al hombre que era Dios que pedía a él la donación del terreno, “porque su médium no tenia como comprar el terreno” y que él (el Guía) ya había ayudado mucho a aquel hombre y por lo tanto, nada más justo que él donase el terreno para el Padre de Santo construir la oficina y el terreiro. Interesante ¿no?

Médiums de mala fe o mistificadores – Los que representan incorporaciones y comunicaciones. Normalmente son charlatanes, que visualizan apenas explorar a otras personas que en ellos creen.

Comentario del Padre de Santo:
El padre de otro amigo enfermó sin cura (cáncer). Oyó entonces, hablar de un médium que decía recibir el espíritu de un medico que hacia operaciones espirituales. Mi amigo laico en cualquier asunto espiritual pidió para que lo acompañase hasta el local. Cuando llegamos mi primera pregunta (Porque soy mono viejo en el asunto) fue: ¿Cuánto cuesta el atendimiento? Y recibí información que era de gracia.
Mediante esa información, llegaron diez personas más trayendo a sus enfermos y todos se acomodaron en la gran sala de la casa. Uno de los participantes de la corriente pidió para todos concentrarse en Jesús y preguntó si alguien gustaría de leer un extracto del Evangelio, mientras el médium se preparaba para recibir el tal medico en uno de los cuartos de la casa y yo leí el extracto del Evangelio.
Terminada la lectura, mi amigo fue llamado hasta la cocina y allí él fue entrevistado por un hombre, sobre la enfermedad de su padre (cual era la enfermedad, hace cuanto tiempo, etc.)
Las operaciones comenzaron a ser hechas por el tal medico y las personas atendidas no podían irse, tenían que aguantar en la sala hasta que todos fuesen atendidos. Llegando el turno del padre de mi amigo, dije rumiando: “deja que yo llevó a su padre”.
Entré en la sala empujando la silla de ruedas y cerré la puerta y el tal medico fue a mirar el papel en que estaban escritos los detalles de la enfermedad, descritos por mi amigo en la entrevista que ocurrió en la cocina.
Pregunté entonces al medico porque él tenía que leer el papel para saber cual era la enfermedad, ya que siendo un espíritu él ya debería saber lo que estaba ocurriendo con el padre de mi amigo. Sin mucha ceremonia, pasó la mano sobre la cabeza del enfermo y habló (con acento alemán) para que yo saliese con el enfermo y aguardase en la sala. A pesar de la voluntad de irse, resolví esperar para ver hasta donde iría el descaro.
Terminadas las operaciones, una joven se presentó e informó que todos los operados deberían llevar para sus casas, algunas piedras (tipo cuarzo) y colocarlas en una copa de agua y beber diariamente el agua que sería energizada espiritualmente y que las piedras eran de gracia. Y todos los presentes deberían durante 30 días comer miel, para que las operaciones pudiesen ser bien sucedidas.
La joven enseguida informó que no podría ser cualquier miel, tendría que ser la miel que ellos proporcionan energizada por el doctor, por el insignificante valor de hoy a R$ 200,00 un frasco de 500 ml. En el total fueron vendidos doce frascos de miel. Ahora haga las cuentas, multiplique R$ 200,00 x 30 días. ¡Muy inteligente y creativo!
Nuestro planeta está lleno de esos vagabundos que deberían usar la inteligencia para hacer el bien, pero sin embargo hacen el mal. Si una vida futura, naciera con problemas de grandes enfermedades o deformado, todos podrán decir: “pobre alma, que karma difícil” ¡quien siembra recoge!

Médiums egoístas – Los que solamente en su interés personal se sirven de sus facultades, no huyen a la regla normalmente, explorar su prójimo. Son extremadamente obsidiados.

Comentario del Padre de Santo:
Conocí Terreiros que no exigían que sus médiums trabajasen en todos los trabajos, los médiums eran libres para comparecer o no a los trabajos.
El Padre de Santo no se preocupaba con la presencia de los médiums y sí, con el dinero de las mensualidades.
Desde que pagasen las mensualidades en día, podrían participar de la corriente cuando sintiesen voluntad. Y la mayoría de los médiums adoptaba esa conducta, solo comparecía a los trabajos cuando el dolor de barriga llegaba. En este día, trabajaban, se juzgaban descargados y después volvían cuando el dolor de barriga volvía. ¡También muy interesante!

Médiums envidiosos – Aquellos que procuran imitar a otros médiums que le son superiores moralmente. Normalmente abren Terreiros, pero, sin la adecuada preparación. Atraen para si grandes problemas espirituales y materiales y contribuyen para la tergiversación que hoy se conoce.
(Vea médiums orgullosos, es prácticamente la misma cosa)

Comentario final del Padre de Santo sobre el asunto:
No importa el tipo de clasificación en la cual un mal médium se encuadra. Cualquier médium que permita que sus defectos acompañados de su mala índole vengan a imperar en su vida mediumnica es un derrotado. En el futuro conocerá las leyes de nuestro Gran Padre, leyes que irán a castigarlo de forma ejemplar, en el sentido, de que aprendan a respetar las cosas santas y también a respetar al prójimo, que normalmente son más débiles espiritualmente, los procuran en la búsqueda desesperada de solución para sus problemas.
El prójimo que se aproxima a un médium, lo hace en la búsqueda de saciar la sed que posee de ayuda espiritual o de Dios. Si ese médium en su insana vivencia en la espiritualidad da salida a la exploración inescrupulosa del prójimo, fatalmente pagará por sus errores y crímenes espirituales.
El mal médium fuerza el apartamiento de las entidades iluminadas que desean su victoria y permite la aproximación de obsesores y espíritus malignos que irán a cada día más a llevarlo a paseos de oscuridad y de vergüenza.
Otros son ciegos de la espiritualidad guiando otros ciegos, fatalmente caerán en el abismo y llevarán con ellos, todos los que en ellos creen o con ellos se complacen. Muchos se muestras limpios y relucientes por fuera, poseen el don de la palabra y engañan las personas. Y como aprendemos: son como si fuesen un bonito jarro blanco, bonito y reluciente por fuerza, pero, en su interior están llenos de podredumbre, de rapiña y de iniquidad.
¡Use su buen sentido, enseñe a las personas a huir de ellos! El orgullo, la vanidad y el egoísmo son las causas primarias de la derrota de todos los grandes villanos de la historia.

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«Aparte del Espíritu protector ¿está unido un mal Espíritu a cada individuo, con miras a incitarlo al mal y darle ocasión de luchar entre el bien y el mal? 
- "Unido" no es la palabra exacta. Bien es verdad que los malos Espíritus tratan de desviar del camino recto al hombre cuando se les presenta la oportunidad: pero si uno de ellos se apega a un individuo, lo hace por determinación propia, porque espera que el hombre le haga caso. Entonces se desarrolla una lucha entre el bueno y el malo, y la victoria corresponderá a aquel cuyo dominio el individuo entregue»
Libro de los Espíritus, cuestión 511.