Algunos piensan que las oraciones son plegarias para Dios, sin embargo, la verdadera importancia de la oración nace en tí, sí, efectivamente en tí y para tí, las oraciones son para el bien de uno mismo que se alcanza en colectivo; cuando uno reza no añade Grandeza o Bondad a Dios y cuando se reza de corazón se logra hacer ése contacto y es cuando verdaderamente nos sentimos vivos, nos sentimos parte de esa grandeza y bondad infinitas.
Por eso en el Evangelio de Mateo 18: 19-20 que habla de "La oración en común" dice:
"También les aseguro que si dos de ustedes se unen en la tierra para pedir algo, mi Padre que está en el cielo se lo concederá. Porque donde hay dos o tres reunidos en mi Nombre, yo estoy presente en medio de ellos".
Se rezan oraciones para el bien de cada individuo, del hombre como ser colectivo, visto de esta forma las oraciones se elevan por la humanidad en su conjunto; es decir, cuando uno tiene una dolencia o pesar es porque alguien más está involucrado en ése dolor, si por el contrario cuando alguien quiere dar las gracias por favores recibidos no solamente está involucrado un solo individuo en ello, hay más individuos involucrados ya que sin ello no se hubiera generado dádiva alguna.
No vivimos solos, somos parte de un colectivo, de un todo, por eso mientras más elevemos nuestras oraciones al Padre más otorgamos bendiciones a nosotros mismos y al colectivo.
A su vez, con la oración pueden alcanzarse estados de meditación elevados, ya que al ponernos en contacto con la Energía Universal, empezamos a vibrar al unísono lo que hace que nuestros chakras logren alinearse y por eso nos sentimos parte del Padre, del Eterno, de Dios.
Hay que tomar en cuenta que no necesariamente tenemos que rezar lo que actualmente se conoce como “oraciones”, ya que de nosotros mismos pueden salir palabras o frases que hablen de nuestro verdadero sentir o pesar; y son precisamente esas palabras las que el Padre Bondadoso desea oír, porque las mismas nacen de lo más profundo de nosotros mismos, de nuestro espíritu, que es la esencia que mantiene contacto con la Energía Universal.
Por eso en el Evangelio de Mateo 18: 19-20 que habla de "La oración en común" dice:
"También les aseguro que si dos de ustedes se unen en la tierra para pedir algo, mi Padre que está en el cielo se lo concederá. Porque donde hay dos o tres reunidos en mi Nombre, yo estoy presente en medio de ellos".
Se rezan oraciones para el bien de cada individuo, del hombre como ser colectivo, visto de esta forma las oraciones se elevan por la humanidad en su conjunto; es decir, cuando uno tiene una dolencia o pesar es porque alguien más está involucrado en ése dolor, si por el contrario cuando alguien quiere dar las gracias por favores recibidos no solamente está involucrado un solo individuo en ello, hay más individuos involucrados ya que sin ello no se hubiera generado dádiva alguna.
No vivimos solos, somos parte de un colectivo, de un todo, por eso mientras más elevemos nuestras oraciones al Padre más otorgamos bendiciones a nosotros mismos y al colectivo.
A su vez, con la oración pueden alcanzarse estados de meditación elevados, ya que al ponernos en contacto con la Energía Universal, empezamos a vibrar al unísono lo que hace que nuestros chakras logren alinearse y por eso nos sentimos parte del Padre, del Eterno, de Dios.
Hay que tomar en cuenta que no necesariamente tenemos que rezar lo que actualmente se conoce como “oraciones”, ya que de nosotros mismos pueden salir palabras o frases que hablen de nuestro verdadero sentir o pesar; y son precisamente esas palabras las que el Padre Bondadoso desea oír, porque las mismas nacen de lo más profundo de nosotros mismos, de nuestro espíritu, que es la esencia que mantiene contacto con la Energía Universal.