Obsesión de Médiums y Trabajadores de la Luz
La obsesión de médiums es un asunto interesante ya que muchos descubrieron que eran médiums a través de la obsesión. Con la interferencia de los espíritus de bajo patrón ellos comprendieron la importancia de equilibrar sus vidas.
Es importante hablar un poco sobre mediumnidad para que este tópico no incurra en dudas o interpretación errónea.
Todos somos médiums, la prueba de eso es que todos podemos ser victimas de obsesión, o sea, cualquiera puede recibir influencias mentales o emocionales de otro espíritu.
Los médiums que trataremos más ampliamente aquí son aquellos que poseen la facultad mediumnica “más aflorada” que lo normal, es decir, la espiritualidad “abre un poco más” sus puertas de contacto con el “otro lado” para que él de alguna forma ayude en la mejora de sus hermanos (encarnados y desencarnados).
Al contrario de lo que muchos piensan el médium es en la mayoría de las veces un espíritu que todavía posee varias aristas que deben ser lapidadas por eso él puede fallar como cualquier otro.
La mediumnidad es una “oportunidad” para que el hermano rescate sus errores y compromisos anteriores de forma más rápida. Por su contacto con la espiritualidad, su preparación antes de encarnar y el estudio que generalmente él es estimulado a hacer, ellos se tornan más “saludables” para las luchas pero de forma alguna consigue extinguir las “tendencias inferiores” que todavía vibran latentes, solamente el trabajo incesante y la dedicación al prójimo podrán llevarlo al fortalecimiento necesario.
¿Por qué escribí todo eso? Simple, porque los espíritus inferiores saben de eso, ellos saben de las tendencias inferiores de la gran mayoría de los médiums porque ellos estudian para saber sus puntos débiles.
Ellos también saben que su mediumnidad aflorada cuando es mejorada a través de un desenvolvimiento serio será útil a los espíritus superiores que la utilizarán para esclarecer a los necesitados y retirar muchos de las sombras, lo que perturba los planos de las tinieblas.
Otro punto importante es que la obsesión de médiums improvisores que no ofrecen resistencia al contacto con el astral inferior, sufriendo fácilmente la fascinación y posterior subyugación.
Muchos médiums piensan que porque consiguieron vencer los obsesores en su primer encuentro y deciden entrar para un centro están inmunes a sus envestidas ¡tonto engaño! Lo que tenemos son treguas pero con certeza ellos intentarán de formas diferentes tirarlo del camino de Jesús, cuanto mayor el alcance y más importante el trabajo mediúmnico más fuerte el asedio.
Por eso cuanto mayor el destaque del médium más él debe ejercer los consejos del Maestro “orar y vigilar”, ser humilde, menos orgulloso y buscar siempre burilar sus imperfecciones.
La obsesión al médium también puede darse por los otros motivos citados:
Venganza, vampirismo, etc… y como todos los otros debe reformular su conducta para que se cure.
Trabajar como médium no es la respuesta para la obsesión, él primero debe curarse, entender las responsabilidades y compromisos de la tarea mediumnica y aceptar las enseñanzas de Jesús para que después comience la preparación para el trabajo.
Muchos se preguntan porque los mentores permiten que el médium sea obsidiado ya que él es responsable por asegurar su pupilo. Cabe aquí explicar que el médium cuando se sumerge en los placeres y sensaciones físicas pierde el contacto con su mentor que en vano intenta llamarlo para la realidad espiritual. ¿Cuántos consejos son ignorados y cuantos llamados son respondidos con sarcasmo? Los mentores nada pueden hacer cuando el médium que esta a sus cuidados se hunde en el barro del mundo físico pues por propia elección él entra en contacto con los espíritus tenebrosos y se aparta de la protección y auxilio del mentor.
El mentor entonces espera hasta que el médium se canse probando real deseo de renovación.
En ese momento el mentor hace de todo para encaminarlo a hermanos que educan y ejemplifican en las leyes del amor y de la caridad.
Pero no piense que el camino del médium es una entrada florida solo porque él decidió mejorarse. Para librarse de los verdugos él tendrá que mostrar mucha fuerza de voluntad, sin embargo, el mismo mal que lo hizo hundirse será útil para construir su fortaleza interior que un día será utilizada para inmunizarlo contra las envestidas de las tinieblas.
Muchos médiums que aparecen con su mediumnidad aflorada olvidan la necesidad de preparación intelectual, emocional y hasta física. Muchos quieren trabajar olvidándose de los impedimentos y dificultades que aparecerán.
Una buena parte de esos médiums acaban siendo influenciados por legiones de obsesores que entonces los usan para prácticas del mal y se tornan mercenarios de los bienes espirituales. Es un cuadro triste y doloroso pues el médium será explorado durante su vida y después de su desencarne ya que los espíritus que lo atendían se piensan en el derecho de cobrar los “favores” realizados.
En el libro En los Dominios de la Mediumnidad, de Chico Xavier tenemos un buen ejemplo de Mediumnidad descarriada:
Como contribución de mi querida amiga Narci copio el texto enviado por ella para complementar ese tópico:
La obsesión de médiums es un asunto interesante ya que muchos descubrieron que eran médiums a través de la obsesión. Con la interferencia de los espíritus de bajo patrón ellos comprendieron la importancia de equilibrar sus vidas.
Es importante hablar un poco sobre mediumnidad para que este tópico no incurra en dudas o interpretación errónea.
Todos somos médiums, la prueba de eso es que todos podemos ser victimas de obsesión, o sea, cualquiera puede recibir influencias mentales o emocionales de otro espíritu.
Los médiums que trataremos más ampliamente aquí son aquellos que poseen la facultad mediumnica “más aflorada” que lo normal, es decir, la espiritualidad “abre un poco más” sus puertas de contacto con el “otro lado” para que él de alguna forma ayude en la mejora de sus hermanos (encarnados y desencarnados).
Al contrario de lo que muchos piensan el médium es en la mayoría de las veces un espíritu que todavía posee varias aristas que deben ser lapidadas por eso él puede fallar como cualquier otro.
La mediumnidad es una “oportunidad” para que el hermano rescate sus errores y compromisos anteriores de forma más rápida. Por su contacto con la espiritualidad, su preparación antes de encarnar y el estudio que generalmente él es estimulado a hacer, ellos se tornan más “saludables” para las luchas pero de forma alguna consigue extinguir las “tendencias inferiores” que todavía vibran latentes, solamente el trabajo incesante y la dedicación al prójimo podrán llevarlo al fortalecimiento necesario.
¿Por qué escribí todo eso? Simple, porque los espíritus inferiores saben de eso, ellos saben de las tendencias inferiores de la gran mayoría de los médiums porque ellos estudian para saber sus puntos débiles.
Ellos también saben que su mediumnidad aflorada cuando es mejorada a través de un desenvolvimiento serio será útil a los espíritus superiores que la utilizarán para esclarecer a los necesitados y retirar muchos de las sombras, lo que perturba los planos de las tinieblas.
Otro punto importante es que la obsesión de médiums improvisores que no ofrecen resistencia al contacto con el astral inferior, sufriendo fácilmente la fascinación y posterior subyugación.
Muchos médiums piensan que porque consiguieron vencer los obsesores en su primer encuentro y deciden entrar para un centro están inmunes a sus envestidas ¡tonto engaño! Lo que tenemos son treguas pero con certeza ellos intentarán de formas diferentes tirarlo del camino de Jesús, cuanto mayor el alcance y más importante el trabajo mediúmnico más fuerte el asedio.
Por eso cuanto mayor el destaque del médium más él debe ejercer los consejos del Maestro “orar y vigilar”, ser humilde, menos orgulloso y buscar siempre burilar sus imperfecciones.
La obsesión al médium también puede darse por los otros motivos citados:
Venganza, vampirismo, etc… y como todos los otros debe reformular su conducta para que se cure.
Trabajar como médium no es la respuesta para la obsesión, él primero debe curarse, entender las responsabilidades y compromisos de la tarea mediumnica y aceptar las enseñanzas de Jesús para que después comience la preparación para el trabajo.
Muchos se preguntan porque los mentores permiten que el médium sea obsidiado ya que él es responsable por asegurar su pupilo. Cabe aquí explicar que el médium cuando se sumerge en los placeres y sensaciones físicas pierde el contacto con su mentor que en vano intenta llamarlo para la realidad espiritual. ¿Cuántos consejos son ignorados y cuantos llamados son respondidos con sarcasmo? Los mentores nada pueden hacer cuando el médium que esta a sus cuidados se hunde en el barro del mundo físico pues por propia elección él entra en contacto con los espíritus tenebrosos y se aparta de la protección y auxilio del mentor.
El mentor entonces espera hasta que el médium se canse probando real deseo de renovación.
En ese momento el mentor hace de todo para encaminarlo a hermanos que educan y ejemplifican en las leyes del amor y de la caridad.
Pero no piense que el camino del médium es una entrada florida solo porque él decidió mejorarse. Para librarse de los verdugos él tendrá que mostrar mucha fuerza de voluntad, sin embargo, el mismo mal que lo hizo hundirse será útil para construir su fortaleza interior que un día será utilizada para inmunizarlo contra las envestidas de las tinieblas.
Muchos médiums que aparecen con su mediumnidad aflorada olvidan la necesidad de preparación intelectual, emocional y hasta física. Muchos quieren trabajar olvidándose de los impedimentos y dificultades que aparecerán.
Una buena parte de esos médiums acaban siendo influenciados por legiones de obsesores que entonces los usan para prácticas del mal y se tornan mercenarios de los bienes espirituales. Es un cuadro triste y doloroso pues el médium será explorado durante su vida y después de su desencarne ya que los espíritus que lo atendían se piensan en el derecho de cobrar los “favores” realizados.
En el libro En los Dominios de la Mediumnidad, de Chico Xavier tenemos un buen ejemplo de Mediumnidad descarriada:
- “Descendió la noche totalmente cuando penetramos estrecha sala en que un circulo de personas se mantenía en oración.
Varias entidades se inmiscuían allí en medio de los compañeros encarnados pero en lamentables condiciones de vez que parecían inferiores a los hombres y mujeres que se hacían componentes de la reunión.
Apenas el hermano Cássio, un guardián simpático y amigo de quien el asistente nos aproximó demostraba superioridad moral.
Se le notaba de inmediato la soledad espiritual por cuanto desencarnados y encarnados de la asamblea no le percibían la presencia y de cierto no le acogían los pensamientos.
Ante las interpelaciones de nuestro orientador informó algo desencantado:
-Por el momento ningún progreso, no obstante, los reiterados apelos a la renovación. Tenemos sitiado a nuestro Quintino con los mejores recursos a nuestro alcance movilizando libros, impresiones y conversaciones de procedencia respetable, sin embargo, todo en vano… el obstinado amigo todavía no se percató cuanto a las duras responsabilidades que asume sustentando un agrupamiento de esta naturaleza…
Aulus buscó reconfortarlo con un gesto silencioso de comprensión y nos convidó a observar.
Se revestía el recinto de fluidos desagradables y densos.
Dos médiums daban pasividad a compañeros de nuestro plano los cuales según mis primeras impresiones yacían convertidas en creaciones autenticas del grupo empleados tal vez para servicios menos edificantes, Entidades diversas en las mismas condiciones pululaban entorno de ellos sub-sirvientes o entrometidos.
El fenómeno de la psicofonía era allí general.
Los sensitivos desdoblados se mantenían en el ambiente, alimentándose de las emanaciones que les eran peculiares.
…
¿Aquellos hombres y mujeres que se congregaban en el recinto con intenciones tan extrañas tendrían coraje de pedir a compañeros encarnados los servicios que reclamaban de los Espíritus? ¿No estarían ultrajando la oración y la mediumnidad para huir a los problemas que les decían respecto?
¿No disponían acaso de venerables conocimientos para movilizar el cerebro, la lengua, los ojos, los oídos, las manos y los pies en el aprendizaje ennoblecedor? ¿Qué hacían de la fe? ¿Sería justo que un trabajador relegase a otros la azada que le cabía soportar y mover en la gleba del mundo?
Aulus me registró las reflexiones amargas porque generoso se dio prisa en reconfortarme:
-Un estudio actual de mediumnidad incluso rápido en cuanto al nuestro no sería completo si no investigásemos la región del psiquismo descarriado donde Espíritus prejuiciosos, encarnados y desencarnados respiran en régimen de vampirización reciproca. Por otra parte, constituyen producto natural de la ignorancia viciosa en todos los templos de la humanidad. Abusan de la oración tanto cuando menoscaban las posibilidades y oportunidades de trabajo digno en cuanto acechan facilidades y ventajas efímeras para acomodarse con la indolencia en que se les cristaliza los caprichos infantiles.
-¿Pero proseguirán así indefinidamente? Pregunté.
-André, su duda está fuera de propósito. Usted posee bastante experiencia para saber que el dolor es el gran ministro de la Justicia Divina. Vivimos nuestra gran batalla de evolución. Quien huye al trabajo sacrificial del frente encuentra el dolor por la retaguardia. El Espíritu puede confiarse a la inanición movilizando delictuosamente la voluntad, sin embargo, allí viene un día la tormenta compeliéndolo a agitarse y a moverse para entender las imposiciones del progreso con más seguridad. No adelanta huir de la eternidad porque el tiempo bienhechor del trabajo es también el verdugo de la inercia.
Hilário que reflexionaba silencioso junto de nosotros inquirió preocupado:
-¿Por qué se entregan nuestros hermanos encarnados a semejantes practicas de menor esfuerzo? ¡Hay tantas lecciones de mejoramiento espiritual, hay tantos apelos a la dignificación de la mediumnidad en las líneas doctrinarias del Espiritismo! ¿Por qué el desequilibrio?
Aulus pensó algunos instantes y replicó:
-Hilário, es imprescindible recordar que no nos encontramos delante de la Doctrina del Espiritismo. Presenciamos fenómenos mediúmnicos maniobrados por mentes ociosas aficionadas a la exploración inferior por donde pasan dignas por eso mismo de nuestra piedad. Y no ignoramos que fenómenos mediúmnicos son peculiares a todos los santuarios y a todas las criaturas. En cuanto a la preferencia de nuestros amigos por la convivencia con los desencarnados todavía inmensamente presos al campo sensorial de la vida física incapaces todavía de más amplia visión de las realidades del Espíritu, eso es comprensible en la Tierra. Es siempre más fácil al hombre común trabajar con subalternos o iguales porque servir al lado de superiores exige buena voluntad, disciplina, corrección de proceder y firme deseo de mejorarse. Sabemos que la muerte no es milagro. Cada cual despierta después del sepulcro en la posición espiritual que procuró para si… ahora, el hombre vulgar se siente más al suelo junto de las entidades que le lisonjean las pasiones estimulándole los apetitos de vez que todos somos constreñidos a educarnos en la vecindad de compañeros evolucionados que ya aprendieron, dieron a sublimar los propios impulsos consagrándose a la labor incesante del bien.
-Pero ¿no será eso un abuso del hombre encarnado? ¿No será un crimen parasitar a los desencarnados de condición inferior? – Indagó Hilário.
-Eso no padece duda – Confirmó el instructor.
-¿Ese delito quedará impune?
Aulus fijó leve expresión de buen humor y respondió:
-No se preocupen demasiado. Cuando el error procede de la ignorancia bien intencionada la ley prevé los recursos indispensables al esclarecimiento justo en el espacio y tiempo en cuanto la genuina caridad bajo cualquier titulo es siempre venerable. Sin embargo, si el abuso es deliberado no faltará corrección.
Vagaba la mirada sobre el director de la asamblea y sobre los medianeros que incorporaban los comunicantes y acrecentó:
-Teotonio y Raimundo, tanto cuanto algunos otros desencarnados de la posición de ellos y que aquí se aglomeran reamente son más vampirizados que vampirizadores. Fascinados por las peticiones de Quintino y de los médiums que le prestigian la obra infeliz les siguen los pasos como aprendices en el rastreo de los mentores a los cuales se devotan. En la hipótesis de no reajustarse en el bien, tan luego se desencarnen el dirigente de este grupo y los instrumentos medianimicos que le copian las aptitudes serán ellos sorprendidos por las entidades que esclavizaron y les reclamaran orientación y socorro y muy probablemente más tarde en el gran porvenir cuando responsables y victima estuvieran reunidos en el instituto de la consanguineidad terrestre en la condición de padres e hijos acertando cuentas y recomponiendo aptitudes alcanzarán pleno equilibrio en los débitos en que se embarazaron.
Ante nuestra admiración silenciosa el Asistente concluyó:
-Cada servicio noble recibe el salario que le dice respecto y cada aventura menos digna tiene un precio que le corresponde.”
Como contribución de mi querida amiga Narci copio el texto enviado por ella para complementar ese tópico:
- “Aunque muchos problemas obsesivos se deban a falta de vigilancia de las victimas existen muchos casos de interferencia espiritual negativa independiente de la falta de vigilancia. Muchos ataques son soltados en dirección a todos los que están a servicio del Cristo aunque en esos casos no haya una situación permanente obsesiva. Siempre ocurre el auxilio de los mentores con el desligamiento de estas entidades usadas por magos negros con la finalidad de desestabilizar a los trabajadores de la luz.”
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«Aparte del Espíritu protector ¿está unido un mal Espíritu a cada individuo, con miras a incitarlo al mal y darle ocasión de luchar entre el bien y el mal?
- "Unido" no es la palabra exacta. Bien es verdad que los malos Espíritus tratan de desviar del camino recto al hombre cuando se les presenta la oportunidad: pero si uno de ellos se apega a un individuo, lo hace por determinación propia, porque espera que el hombre le haga caso. Entonces se desarrolla una lucha entre el bueno y el malo, y la victoria corresponderá a aquel cuyo dominio el individuo entregue»
Libro de los Espíritus, cuestión 511.