Esquizofrenia:

La esquizofrenia afecta a las personas sin distinción de raza, sexo, nacionalidad, estrato socio-económico o cultural.
En promedio, una de cada 100 personas desarrolla esquizofrenia antes de cumplir los 45 años de edad, arrojando en Venezuela un estimado aproximado de 300.000 pacientes.
Se estima que 25% de quienes experimentan un episodio de esquizofrenia se recupera sin volver a padecer episodios. Otro 25% experimenta la enfermedad de manera continua y el 50% restante presenta enfermedad recurrente, donde el paciente puede tener periodos de aparente normalidad y luego le sobreviene otra crisis.

La esquizofrenia es un trastorno mental crónico, severo y discapacitante que afecta seriamente la facultad de pensar con lucidez, relacionarse con los demás y funcionar apropiadamente dentro de la sociedad, dificultando las relaciones familiares, laborales y sociales de las personas que la sufren.
Si bien no se ha comprobado ninguna deficiencia bioquímica, ni se ha identificado ningún suceso estresante que, por sí mismo, la ocasione, son evidentes sus consecuencias: Trastornos del habla o del lenguaje, dificultades en los procesos de pensamiento (delirios, pensamiento desorganizado y disgregado, entre otros), trastornos en la percepción de los sentidos (alucinaciones) y trastornos de conducta.

La patología de la esquizofrenia generalmente se inicia en la adolescencia y tiene la tendencia a evolucionar de por vida.
En la actualidad no existe un tratamiento médico que erradique permanentemente los síntomas de la enfermedad; sin embargo, es posible lograr una remisión de los mismos.

Interferencia Espiritual:

La interferencia Espiritual, podría considerarse una enfermedad que comúnmente la ciencia los diagnostica como esquizofrenias o psicosis por alteraciones cerebrales, dicha interferencia consiste en el impedimento de las actividades de un espíritu por la acción del otro. La influencia diabólica de un espíritu detractor o de hollín, puede afectar la vida mental de una persona, alterando sus emociones y raciocinios, llegando apoderarse por completo de su cuerpo físico. La interferencia espiritual solo podría calificarse como una posesión diabólica, cuando el espíritu detractor u obsesor posesa por completo la materia, perturbando al médium constantemente, se considerará igualmente una interferencia espiritual, cuando el espíritu burlón se recuesta a la materia esporádicamente, sin ostensible enlace con antecedentes ni consiguientes.

Solamente los espíritus maldicientes o infamadores provocan esas interferencias espirituales, interfiriendo en la voluntad de la materia o médium espiritual, haciendo con que él tenga acciones contrarias a sus deseos espontáneos. La interferencia sólo se posesiona en la mente del paciente para cuando el espíritu burlón encuentra debilidades morales, fallas de carácter y vicios, etc., que puedan ser exploradas. Estos son puntos negativos que, naturalmente todos tenemos, por la imperfección que nos caracteriza. Podríamos concluir que toda persona con fuerza espiritual o materia, estará sujeta a una interferencia espiritual.

Los espíritus de la oscuridad, conociendo las debilidades morales del enfermo, poco a poco obtienen acceso a su espacio mental, llegando en algunos casos a dominarlo por completo. Si la posesión diabólica se afirmare y no fuere tratada espiritualmente por algún médium espirita con sólidos conocimientos sobre la materia espiritual, en un tiempo hábil, ocurrirá un aumento de la afinidad fluídica entre la materia y el espíritu diabólico que se encuentra posesado, lo que traería como consecuencia un agravamiento de la enfermedad, hasta así lograr el propósito de muerte.

Las interferencias en el período de la infancia son raras, generalmente las interferencias se inician a partir de los cinco años de edad, para cuando la personalidad del niño comienza manifestarse. Después de este período es cuando comienzan a presentarse las interferencias espirituales más preocupantes. Algunos espiritas afirman que todas las personas son interferidas espiritualmente, pero esto no es verdad. Toda materia es como una esponja de absorción de energías, y todos estamos expuestos a recibir como de transferir esas energías (fluidos energéticos), que responden a variados motivos de interacción, de acuerdo con libre albedrío, pueden encaminarnos para el bien (camino de la luz) o para el mal (camino de las tinieblas u oscuridad).

Las interferencias espirituales se caracterizan como una enfermedad con señales bastantes perceptibles. Sólo está interferido o posesado, en el real significado de la palabra, aquel que está psicológicamente enfermo por causa de las influencias espirituales negativas, o se hizo prisionero de pensamientos mórbidos existentes en su intimidad.

Saludos y que DIOS les bendiga.