TOMADO DE LA WEB.

La magia de los cabellos

Muchas culturas creen que el espíritu humano está en sus cabellos, y en su magia se practica muchas veces el corte ceremonial con la posterior conservación de los mechones. Los mechones se usaban en los rituales mágicos en multitud de culturas. Algunos nigromantes llegaron a desarrollar una receta mágica capaz de amarrar, que llevaba el nombre de "Nudo de los cabellos" o "Atadura de cabello". Este hechizo consistía en recoger un mechón y llevarlo a un lugar mágico, un bosque o una cueva.

El antiguo ritual narra que si pedimos con fervor el favor de quien amamos mientras hacemos pequeños nudos con un mechón de su cabello, seremos correspondidos.
Durante el siglo XIX estaba muy extendida la costumbre de llevar dentro de medallones colgados al cuello los rizos de las personas amadas. Aún hoy en día hay gente que lo sigue haciendo como señal de buena suerte y protección.

Según el color

Muchos pueblos antiguos y actuales, como tribus amazónicas, guerreros galos y tribus de indígenas americanos, teñían su pelo en función del papel que desarrollaban en ciertas parcelas o acontecimientos de la vida. Estas son las gamas más importantes:

Castaño: Es un color que está en armonía con la madre tierra, los animales y las estaciones del año.

Blanco: Es una gama que remite a aquello que es lunar y sosegado. Representa la reflexión antes que la acción, lo sentimental antes que lo temperamental y lo amoroso frente a lo destructivo.

Rubio: Este color representa el poder de la energía del Sol. Simboliza la actividad ante la pasividad y el valor ante cualquier adversidad o miedo.

Rojo: Es un color que simboliza lo diabólico ante la bondad, la parte agresiva necesaria que necesita un guerrero para enfrentarse a los enemigos. Es el color de cabello preferido para la mayoría de pueblos antiguos cuando entraban en batalla.

Varias aplicaciones

Cuando el sonido del cuenco emerge lentamente, se convierte en un aliado ideal para los ejercicios de respiración, concentración y meditación. En cambio, cuando lo que necesitamos es un ejercicio de impacto rápido, como por ejemplo dispersar la acumulación energética en una persona o estancia, debemos proceder al golpe de cuenco. El golpe nos permite intensificar la intención, darle fuerza a una orden o instrucción.

El uso del cuenco es casi tan variado como ideas tenga la persona. A grandes rasgos destacaremos que su sonoridad puede ayudarnos para relajar todo el cuerpo, canalizar o activar alguno de los chakras (centros de energía vital), desbloquear retenciones energéticas (producidas por traumas, miedos o inseguridades), facilitar la concentración previa a una visualización creativa o cualquier tipo de ejercicio psíquico.

Por supuesto, otras aplicaciones, quizá más de índole esotérica, pueden ser: regular la energía de una estancia o purificarla antes de realizar en ella un ceremonial, distender el ambiente cargado de una sala en la que se ha producido un altercado o discusión, etc.