Los Demonios Seductores
Desde tiempos antiguos, la sexualidad ha representado un tema escabroso y tabú entre las personas de occidente. De ahí que, en varias religiones occidentales, el acto sexual o simplemente el deseo sexual es considerado pecaminoso e incuso un acto de Satanás para apoderarse de las almas de los seres humanos.
Una de las creencias ligadas a la sexualidad es aquella que habla de los demonios seductores: íncubos y súcubos; demonios que toman forma de hombre o mujer respectivamente para seducir a sus víctimas, tener relaciones sexuales con ellas y de esta forma obtener su energía vital.
Enviados del Diablo
Estos seres son enviados por el Diablo para inducir el pecado en la mente de los hombres y mujeres del mundo. Así pues, los íncubos son demonios masculinos que buscan poseer sexualmente a las mujeres; mientras que, los súcubos son demonios femeninos cuya misión es copular con los hombres. Estos últimos son identificados con las prostitutas.
Se cree que los demonios seductores se alimentan de la energía sexual, sin la cual mueren irremediablemente. De ahí que algunas leyendas advierten que cuando un íncubo/súcubo elige a su víctima, éste la visita todas las noches para alimentarse de su energía.
De acuerdo a los tratados de demonología, cuando alguien es acosado por uno de estos demonios, el acosado presenta un agotamiento físico; el cual, después de un tiempo puede llevarlo a la muerte.
Por otro lado, algunos piensan que los íncubos y súcubos son el mismo demonio. Primero, este ser se convierte en mujer (íncubo) para copular con el hombre y robar su semen. Posteriormente, se transforma en hombre (súcubo) para poseer a una mujer y dejarla preñada.
Las historias cuentan que los niños nacidos de esta unión son más susceptibles a las tentaciones y el pecado. También, en la antigüedad las personas creían que los niños con deformidades físicas eran fruto de la cúpula con un demonio.
Creencia Medieval
La creencia en íncubos y súcubos se remonta a la aparición de las religiones judeocristianas; sin embargo, fue en la Edad Media cuanto tuvo mayor auge. En aquella época se registraron varios casos de personas que aseguran fueron sometidas por estos seres.
Algunos testimonios dicen que estos seres toman forma humana para seducir a sus victimas. Otros cuentan que los demonios de la seducción someten a las personas mientras están durmiendo. Por otro lado, existen unos pocos que aseguran que se presentan en forma de sueños de carácter sexual.
No importando la forma que tomaran, la mayoría asegura que el acto sexual con un íncubo/súcubo es una experiencia desagradable y dolorosa. Empero, unos pocos hablan de un placer excesivo.
Curiosamente en aquella época, el grueso de la población creía en la existencia de los súcubos, pero no en los íncubos; ya que las mujeres eran el símbolo de la tentación y el pecado. Por lo tanto: un demonio-mujer era muy posible, pero un demonio-hombre jamás.
¿Realmente existen?
A pesar de que la existencia de los íncubos y súcubos era irrefutable en la Edad Media y de que algunos casos realmente son inexplicables; la verdad es que la mayoría no involucraba demonios reales.
Muchas veces, los sueños húmedos y el deseo sexual experimentados por los jóvenes en la pubertad eran considerados obra de los demonios de la seducción. Una muestra de la ignorancia que reinaba en la población.
En otras ocasiones, los jóvenes tenían relaciones sexuales fuera del matrimonio y si la mujer quedaba embarazada, la única salida para evitar la vergüenza y el castigo era culpar a los demonios. Un efecto provocado por las estrategias represoras de la Iglesia Católica en su lucha contra las fuerzas de la oscuridad.