1-LA PALABRA TIENE LA CAPACIDAD DE LIMPIAR NUESTRO CORAZÓN, NUESTRAS CONCIENCIAS
¿ quien en el mundo tiene esa capacidad? SALMO 119: 9 ¿ Con qué limpiará el joven su camino? Con guardar su palabra. La biblia es mejor que cualquier jabón, supera a los blanqueadores, la lejía, u otros elementos de limpieza., es el medio que Dios utiliza para limpiar nuestras conciencias, nuestros corazones , nuestras conductas. El pecado ensucia , marca, crea resentimientos y dolor, pero la limpieza trae satisfacción, gozo y lo más importante comunión con el Padre. La palabra penetra hasta los tuétanos, hace una obra de maravillosa. Cuando la persona escucha o lee la Palabra de Dios, acepta su corrección , ésta tiene un poder extraordinario sobrenatural, limpia el alma, llega a la conciencia, sana los recuerdos, limpia la culpa, trae liberación de viejos dolores. Es como si trajera al presente las viejas heridas y pasa medicina y restituye lo dañado. Recuerdo un vecino que vivía al lado de mi casa era drogadicto y borracho, él nos contaba que se sentía muy sucio, se bañaba varias veces al día queriendo limpiarse de la culpa, del dolor que sentía. Pero terminaba de bañarse y no sentía alivio. Su condición era la misma. Siempre le quedaba la sensación de estar sucio. Le dijimos que la sensación de suciedad, era un cuestión del alma, era su condición espiritual la que reclamaba limpieza. Ese hombre había sido cristiano, pero había dejado los caminos de Dios. Oramos por él, se reconcilió con el Señor, y comenzó a venir a las reuniones, a escuchar La Palabra de Dios, su cambio fue notorio, comenzó a buscar a Dios con el corazón, a los tres meses, de asistir a la iglesia, su familia que lo había abandonado regresó a su casa, y juntos venían a los servicios a alabar a Dios.Su vida fue transformada por el poder limpiador de La Palabra de Dios. GLORIA A DIOS, Él lo hizo.
¿ quien en el mundo tiene esa capacidad? SALMO 119: 9 ¿ Con qué limpiará el joven su camino? Con guardar su palabra. La biblia es mejor que cualquier jabón, supera a los blanqueadores, la lejía, u otros elementos de limpieza., es el medio que Dios utiliza para limpiar nuestras conciencias, nuestros corazones , nuestras conductas. El pecado ensucia , marca, crea resentimientos y dolor, pero la limpieza trae satisfacción, gozo y lo más importante comunión con el Padre. La palabra penetra hasta los tuétanos, hace una obra de maravillosa. Cuando la persona escucha o lee la Palabra de Dios, acepta su corrección , ésta tiene un poder extraordinario sobrenatural, limpia el alma, llega a la conciencia, sana los recuerdos, limpia la culpa, trae liberación de viejos dolores. Es como si trajera al presente las viejas heridas y pasa medicina y restituye lo dañado. Recuerdo un vecino que vivía al lado de mi casa era drogadicto y borracho, él nos contaba que se sentía muy sucio, se bañaba varias veces al día queriendo limpiarse de la culpa, del dolor que sentía. Pero terminaba de bañarse y no sentía alivio. Su condición era la misma. Siempre le quedaba la sensación de estar sucio. Le dijimos que la sensación de suciedad, era un cuestión del alma, era su condición espiritual la que reclamaba limpieza. Ese hombre había sido cristiano, pero había dejado los caminos de Dios. Oramos por él, se reconcilió con el Señor, y comenzó a venir a las reuniones, a escuchar La Palabra de Dios, su cambio fue notorio, comenzó a buscar a Dios con el corazón, a los tres meses, de asistir a la iglesia, su familia que lo había abandonado regresó a su casa, y juntos venían a los servicios a alabar a Dios.Su vida fue transformada por el poder limpiador de La Palabra de Dios. GLORIA A DIOS, Él lo hizo.