En Santa Rosa, camino de La Paragua, tienen una capilla dedicada al "Profeta". Este fue un predicador al que llamaron Enoch, que paso hace cerca de setenta años por los pueblos de Guayana, anunciando males. En Tumeremo lo denominaron "El Profeta de Táriba". Un dibujante de Upata lo retrato con lápiz. Lo que la gente respeta es la reproducción de estos dibujos. Su final, viviendo palúdico a orillas del Orinoco, cerca de Guayana, lo relata Horacio Cabrera Sifontes en un libro.
Un ánima de renombre es la Agustin Parasco, en el camino entre Upata y Altagracia. La foto Rómulo Gallegos en su novela "Canaima". Es una capilla que dispensa paz a quienes no saben a quién recurrir o con cuales palabras se reza.
El Anima del Chaparro o del Purguo se encuentra en la salida de El Manteco. Un chaparro, un lirio y una guayaba dan sombra a una casita blanca. Una placa recuerda que el difunto se llamo López Chirinos. En el altar se encontraban velas, un busto del indio Guaicaipuro, una petición pidiendo la beatificacion de José Gregorio Hernández, oraiones a la Mano Poderosa y otra a la Santísirna Trinidad. Luego muchos cuadernos y lápices de los estudiantes. En la pa¬red: un haz de frijoles, quizas dando gracias por una buena cosecha.
La historia de Lopez Chirinos es ésta: Regresaba de su mina acompañado por su perro. Llegaba del monte por caminos nuevos. Al llegar a la sombra del chaparro descansó. Tenía fiebre y no podia seguir más. Estuvo enfermo durante varios días, sin ayuda y por fin se murió. El perro estuvo defendiendo su cadáver de los zamuros hasta que llegó la gente. En aquellos dias apareció por El Manteco un joven de Upata, buscando trabajo. Era albañil. Una persona piadosa recogió dinero para encargar al albañil de hacer la tumba para el desconocido que había muerto en el lugar. El joven aceptó construírsela. La sorpresa acompañó su trabajo, cuando al mover los restos humanos, encontró las riquezas que el muerto había traído de las minas de oro. Y en su suerte no olvidó poner algo de su parte para agradecer el obsequio. Así se construyó el mausoleo, donde los devotos siguen con su culto para el ánima de López Chirinos.
En Tumeremo rinden culto a San Mino, el patrón de las minas de oro, un ánima que no tiene capilla, pero cuya imagen está en manos de una señora.