El romero es una planta muy antigua y ampliamente elogiada por sus numerosas propiedades medicinales y aromáticas. Posee alcaloides, saponina, ácidos orgánicos y un 2% de aceite esencial (oleum rosmarini, oleum anthos). Éste último contiene a su vez cineol, alcanfor y borneol.

Tiene propiedades antiespasmódicas, como calmante de los nervios, especialmente útil durante la menopausia. Es estimulante, diurética y colagoga; cardiotónico, hipotensor y mejorador de los procesos digestivos; es carminativo. Es útil en reumatismos articulares, dolores reumáticos y de estómago, y en aquellos dolores de cabeza de origen nervioso. Es muy eficaz en afecciones cutáneas, como contusiones, úlceras y heridas; también como alivio sintomático de reacciones alérgicas de la piel, y de variadas formas reactivas de la misma, ejemplo de la que produce la procesionaria del pino o los pelillos urticantes de las ortigas.

El romero se utiliza ampliamente en farmacología, Así, de las hojas se extrae una esencia que forma parte de muchos preparados antirreumáticos, ejemplo del alcohol spiritus rosmarini, o linimentos como el linimentum saponafo-camphoratum, utilizados en aplicaciones tópicas.

Esta especie es además una apreciada planta aromática y condimento en aplicaciones culinarias. También se utiliza en la industria de la perfumería.

Vino de romero tónico y diurético

A un litro de vino blanco generoso, añadir un puñadito de hojas secas y desmenuzadas de romero. Dejar macerar durante 10 días. Filtrar y tomar dos o tres copita al día.

Decocción de romero para uso externo, en reumatismos articulares, contusiones, úlceras y heridas

Para las afecciones descritas, añadir a medio litro de vino un puñadito de hojas secas y desmenuzadas de romero, dejar reducir un poco. Filtrar y aplicar sobre gasa o compresa sobre las zonas afectadas. Los mismos efectos se obtienen mediante aceite de romero en pomada.


El aroma del romero en la casa trae felicidad a la familia. Y si se quema como incienso o, mejor aún, se cuecen para tomar vapores, es un remedio excelente para descongestionar las vías respiratorias, en caso de catarro o resfriado. A quien lo bebe en forma de vino, le revitaliza. Preparado como infusión, cura los dolores de cabeza crónicos y es muy bueno en los ataques de asma. Externamente se usa en baños de inmersión y está comprobada su eficacia para aliviar dolores reumáticos o las hemorroides.

Ya lo dice el refranero: “De las virtudes del romero se puede escribir un libro entero”. Y aún más: “Mala es la llaga que el romero no sana”. Es creencia popular, asimismo, que sus flores, en contacto sobre la piel, junto al corazón, dan alegría y pueden llegar a curar las penas de amor.

Utilizado como perfume (curiosamente, la aromaterapia lo ha ‘redescubierto’ ahora), eleva la moral de los deprimidos, facilita el sueño y relaja los nervios, eliminando el estrés. Y sus hojas bajo la almohada, permiten sueños gratos y felices. Hagan la prueba, y ya verán...