"El siguiente relato lo obtuve de un compañero de trabajo quien me refirió que hace algunos años, él acostumbraba trasnochar y regresaba a altas horas de la madrugada. Al llegar a su casa escuchaba invariablemente las risotadas de una enorme ave que desde un árbol de aguacate también era escuchado por los habitantes del sector.
Por esa época, estaba de novio con una muchacha la cual no era del agrado de su familia y la cual tenía fama de ser bruja. Mi amigo afirma que al acostarse en muchas ocasiones observó una sombra negra de una mujer; incluso su madre y algunas hermanas también percibieron esa aparición. Es más, en la cama, mi amigo casi no podía voltearse pues sentía la presencia de un cuerpo que le acompañaba. Me asombra que mi amigo manifiesta no haber sentido nunca miedo ante esa extraña e invisible compañía.
A instancias de la madre, lo envió ante el cura párroco quien le bañó en agua bendita y le indicó que debía orar cuando ello pasara. La mamá para agregar protección, le obsequió un crucifijo bendito, el cual puso en la cabecera de la cama. No obstante, la sombra negra en forma de mujer seguía apareciendo, y el crucifijo desapareció. Por mas que lo buscaron no lo pudieron hallar. Como resultado de cada "cita" nocturna con la sombra, mi compañero amanecía "chupado", valga decir, lleno de moretones en varias partes del cuerpo, en especial en el cuello, pero él ignoraba su procedencia y no sentía nada.
Al poco tiempo, terminó relaciones con la muchacha y como por arte de magia la compañía nocturna no volvió. Es importante mencionar que el crucifijo bendito apareció en el mismo lugar que le habían asignado junta a la cabecera de la cama".
Brrrr....
seria cuestión de Sue rte.
Por esa época, estaba de novio con una muchacha la cual no era del agrado de su familia y la cual tenía fama de ser bruja. Mi amigo afirma que al acostarse en muchas ocasiones observó una sombra negra de una mujer; incluso su madre y algunas hermanas también percibieron esa aparición. Es más, en la cama, mi amigo casi no podía voltearse pues sentía la presencia de un cuerpo que le acompañaba. Me asombra que mi amigo manifiesta no haber sentido nunca miedo ante esa extraña e invisible compañía.
A instancias de la madre, lo envió ante el cura párroco quien le bañó en agua bendita y le indicó que debía orar cuando ello pasara. La mamá para agregar protección, le obsequió un crucifijo bendito, el cual puso en la cabecera de la cama. No obstante, la sombra negra en forma de mujer seguía apareciendo, y el crucifijo desapareció. Por mas que lo buscaron no lo pudieron hallar. Como resultado de cada "cita" nocturna con la sombra, mi compañero amanecía "chupado", valga decir, lleno de moretones en varias partes del cuerpo, en especial en el cuello, pero él ignoraba su procedencia y no sentía nada.
Al poco tiempo, terminó relaciones con la muchacha y como por arte de magia la compañía nocturna no volvió. Es importante mencionar que el crucifijo bendito apareció en el mismo lugar que le habían asignado junta a la cabecera de la cama".
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