La idea y creencia de la reencarnación o renacimiento es muy popular hoy en día, pero dudo de que sea cierta. La fuente u origen de tal tesis, es la evolución del alma. El único que posee evolución e involución espiritual es por tanto Dios, y como principio universal, ya que en esencia posee vida eterna de una misma magnitud y trascendencia.
Un célebre filósofo, dice: “El renacimiento hindú es creencia, y no constante sucesión de transmigraciones del universo expansivo. El ser humano puede trasladarse a otros mundos a base de imaginación, pero no por ello se traslada realmente. Nuestra vida no es intervalo entre dos vidas distintas, y mente no es vida, sino el impacto de la vida en ciertas neuronas de nuestro lóbulo frontal. He aceptado y deseado que la India imite a China, y se convierta en uno de los grandes países industrializados del inminente futuro, pero me gustaría que la modernidad industrial fuese pareja a su modernidad mental. Los escritos sobre el renacimiento o reencarnación son páginas y páginas sin sentido, a las que sólo puede dar aquiesciencia o conformidad el creyente.”.
No todo lo que se escribe o dice es verdad. Pero, dice un gran ilustrado: “la gran mentira o mentira mayor es dar por dogma (verdad revelada por dios inexistente) el mito o mentira que los hombres inventan para crear una religión. La razón humana puede ser ignorante, pero acierta siempre cuando afirma que un dogma es mentira física, verdad literaria.”
También me he preguntado, será que el espiritualismo del ser trae más pesadumbre al ser; esto, porque al echar un vistazo a los países con más problemas sociales del mundo, nos encontramos en primer lugar a la India y a África. Un informe recién publicado por la fundación india Navdanya denuncia la situación de los agricultores en este país; según los datos difundidos por esta asociación, más de 200 millones de personas pasan hambre en la India –más que en todo el África subsahariana-, y cerca de 60 millones de niños indios sufren desnutrición. Esto por qué, falla el espiritualismo en tales países; no llega la oración al Dios de ellos.
La evolución universal es lo que la religión llama creación, referida solamente a la materia. Pero el Espíritu no involuciona al crearse la materia, porque Espíritu es siempre energía o materia viva o vitalizada cuya frecuencia vibratoria es menor y por eso sus partículas y moléculas se contraen; en el ser humano, neurona viva vitalizada. La Naturaleza no acoge en su seno al Alma, como no es lo mismo ser filósofo o pensador que literato.
Ahora bien, si nos vamos a una interpretación literal (hermenéutica), “reencarnar” sería como, dejar de ser carne para resurgir siendo carne; o, dejar de ser materia para volver siendo materia; o lo que es igual, dejar de ser energía de frecuencia vibratoria baja, para resurgir siendo energía vibratoria de frecuencia baja. La materia es energía que está íntimamente ligada al alma, que también es energía pero en una frecuencia vibratoria mucho más elevada; de allí, que dejar de ser energía de baja frecuencia vibratoria, para convertirse en energía con la misma frecuencia vibratoria, no sería ni evolucionar ni involucionar; sería en todo caso estatizar la energía, convirtiéndola en un interminable o indefinido ciclo vicioso de cambio de caparazón; y, entonces dónde quedaría el alma.
Desde el punto de vista espiritual, considero que al morir la carne (materia) esta se transforma en energía que se une a la del resto de la naturaleza y da origen a otro tipo de vida menos evolucionado (larvas, gusanos, etc.); en tanto que nuestra alma en sus diferentes etapas o escalas, también se descompone o se transforma pero en forma muy diferente a la materia; la escala más importante del alma ( el espíritu), se transforma según como se haya comportado el alma en su conjunto en este plano terrenal y, por tano, evoluciona o involuciona. Pero, Cómo evoluciona?; sencillamente subiendo a otro plano de existencia o ascendiendo siempre en la búsqueda de nuestro Dios Padre (Corona Suprema); y, Cómo involuciona?, bueno regresando el espíritu a un estado inferior de existencia para terminar de purgar los pecados del Alma; es decir, vuelve a este infierno para terminar de purgar todos sus errores y desmanes atentatorios contra Dios. Pero, cada ser, es una individualidad en su materia y en su espíritu; ya que su información anterior, se pierde al ser sometido a la Justicia Divina.