Evolución en la Umbanda 28ipaih
EVOLUCIÓN EN LA UMBANDA


Una de las mayores preocupaciones de los sacerdotes umbandistas hoy en día es intentar mostrar a aquel nuevo médium que llega al terreiro que la mediumnidad y el proceso de incorporación no son prioridades dentro de la religión.

Existen muchas otras cosas que necesitan ser observadas y vividas.

O sea, es muy común que las personas lleguen en los Terreiros al principio como consultantes, sintiendo una vibración gustosa y diferente, que las tocan, las emocionan, las inspiran. Por otro lado, el éxtasis que esa vibración causa aún no se encuentra doctrinada y canalizada, por falta de los rituales de iniciación, firmezas, acceso a los conocimientos místicos y ocultos que median durante todo el trabajo; y la falta de tales elementos ritualísticos y teóricos hacen que sea difícil al consultante discernir de manera amplia las muchas variantes dentro de aquello que él está experimentando al pisar el suelo umbandista.

La Umbanda acoge, ella cuida, ofrece subsidios para que la mediumnidad y la sensibilidad de los recién llegados sean encaminadas de la manera más sensata posible dentro de los laberintos de la evolución. Así, los sacerdotes buscan frenar en los nuevos umbandistas el éxtasis y el entusiasmo a cambio de sensatez filosófica, evolución espiritual y crecimiento humanitario.

En el pasado muchas personas entraron en la Umbanda y luego se salieron, justamente por no haber tenido la paciencia necesaria para esperar y entender que antes de la incorporación, del atendimiento, de los puntos riscados y de las otras tantas operaciones envolviendo procesos vibratorios y espirituales activos, es necesario (por parte de quien se pretende a practicar la caridad) un entendimiento amplio al respecto del contexto que envuelve la religión dentro de la sociedad.

Factores históricos, sociales, teológicos y principalmente psicológicos son necesarios para que el recién llegado absorba perspectivas de que la Umbanda es una visión de mundo que encima de todo reconoce en la naturaleza la esencia capaz de contribuir para la elevación espiritual, moral e intelectual frente a la existencia carnal que llevamos.

A pesar de que sepamos que nuestra religión contribuya para nuestro crecimiento continuo como ser humano, cuando llegamos a ella tenemos prisa, nos ponemos ansiosos; es normal. El problema es que por querer acelerar el proceso, el nuevo médium de Umbanda acaba (por falta de referencias diversificadas) apegándose a arquetipos de otros hermanos más antiguos del terreiro. O sea, el nuevo médium antes de tener un buen discernimiento sobre cómo proceden las divisiones espirituales como “cuerpos astrales, periespíritu, cuerpo físico, funcionalismo de los chacras, entre otros procesos”, inicia un comportamiento proactivo que busca en la conducta de los otros hermanos una manera de repetir cosas que no siempre están en convergencia a sus perfiles dentro de la corriente.

Cada médium es único, incluso que si los preto velhos, exus, boiadeiros, baianos, gitanos, erés, marineros, o caboclos de todos se parezcan, no necesariamente tendrán los mismos mensajes y los mismos gestos.

En el proceso evolutivo de quien se propone a trabajar en el atendimiento caritativo, se hace necesario una entrega mayor para con las energías emanadas por las falanges y entidades de lo que intentar usar tales energías de manera simple, ya encuadrando una determinada entidad al éxtasis que se siente en una gira en medio de los cánticos y batucadas de las curimbas.

De esta forma, antes de curvarse como preto velho, ¿por qué no sentirlo? Dejar que su energía se enfoque, se condense, se mezcle, que eleve su patrón vibratorio, que proporcione antes de todo respuestas a Ud. y sus dilemas, sus limitaciones, sus imperfecciones. Dejar que la vibración de una determinada entidad muestre caminos para alcanzar equilibrio, donde pueda meditar y salir realmente del cuerpo, viajando por locales nunca antes aventurados. ¡Sí! Dejar que los Orixás y sus energías le trasciendan, le vincule todavía más cerca de los planos cósmicos y universales, cerca de Dios y todo su poder creativo… ¡Sí! Antes de encuadrarse una entidad, ¿por qué no encuadrarse primero uno mismo?

Es eso lo que los sacerdotes buscan en los nuevos hijos. Tomar cuenta del nuevo médium para que no atropellen los procesos, pues, él sabe que cada entidad al llegar acaba por utilizar lo que de mejor carga el médium dentro de sí. O sea, si Ud. estudia, si Ud. va detrás de información, si Ud. busca meditar, si procura no cargar rencores e intrigas, su entidad va a conseguir a lo largo del tiempo adecuarse y transmitir un mensaje y auxiliar a quien procura ayuda en el terreiro de manera más suave, tocando el corazón de las personas.

Cuando no seguimos esas directrices y acabamos lapidándonos como no deberíamos, las entidades muchas veces ni aparecen; pero el médium estará tan fascinado con el axé de la casa y con las vibraciones allí presentes, que acabará por fin, pensando que está incorporado, cuando en verdad podrá estar es imitando (a través de la inocencia y falta de experiencia) los arquetipos de otros hermanos, indicando las mismas hierbas para el tratamiento, riscando puntos semejantes, diciendo cosas que ya escuchó antes cuando todavía era consultante.

Es necesario tener paciencia. Es necesario que sepamos que cuanto más nos elevamos e intentamos parecer en nuestro día a día con nuestras entidades en sus sentidos espirituales (serenidad, contemplación, reflexión), más frutos recogeremos en la evolución dentro de la religión de Umbanda. Tras hacer eso, no necesitaremos estar incorporados para resolver problemas que con la mente elevada y consciente de los actos y de las consecuencias se volverán más resolutivos.

Parecernos a nuestras entidades apenas en el momento del trance y alteración del estado de consciencia, mientras que en nuestro cotidiano continuamos estancados, no ayuda ni a nosotros ni a quien procura nuestra ayuda. Acabamos por perjudicar a todos los envueltos por simple prisa.

Por eso, cuando un hermano más experimentado, o un sacerdote que dirige una casa llega a Ud. y dice que es necesario leer tal libro, o que es necesario cambiar tal hábito, o que es necesario quitarse un vicio, o que es necesario entender que encima de la incorporación existen otras prioridades dentro del terreiro, ¡hermano! ¡Lleve una buena nota! Sepa que eso es una señal clara de que quien le dio ese consejo está realmente preocupado por Ud. pues, cuando alguien no se preocupa y te deja en mano, no te ayuda, no aconseja, luego Ud. terminará perdido repitiendo errores básicos que teóricamente con buena fe y fuerza de pensamiento pueden ser sanados con extrema facilidad.

Si alguien dentro de la Umbanda hace cuenta de darte la mano, un tirón de oreja, una sugerencia de mejores caminos a recorrer, tenga certeza que es para su bien y para el bien de nuestra religión que necesita siempre lapidarse, luego que somos seres en constantes estadios de evolución.

Un consejo de un sacerdote, hermano, colega, amigo, conocido o sea de quien fuera, muchas veces puede ser la forma en que Dios encontró mostrar para ti cosas que Ud. solo demoraría años en entender.

¡Es hora de evolucionar juntos! Recordemos que la Umbanda es un camino de caridad y aprendizaje práctico y experimentar, no importa si dentro o fuera del terreiro, la esencia misma de ella es el crecimiento apoyado por las entidades espirituales y el desarrollo de virtudes que si sirviesen como recurso en el inconsciente a la hora de la incorporación contribuirían mucho a producir una incorporación saludable, equilibrada, benéfica en todos los sentidos. Hace falta desarrollar el conocimiento y las virtudes, no sólo la facultad vacía del axé que bendiga la vida de quienes entre en relación con esa mediumnidad en ejercicio.

Traducción y edición realizada por @Alianza Naiguatá.
Autoría original de la mayor parte del texto de Fernando Ribeiro.

_________________
«Aparte del Espíritu protector ¿está unido un mal Espíritu a cada individuo, con miras a incitarlo al mal y darle ocasión de luchar entre el bien y el mal? 
- "Unido" no es la palabra exacta. Bien es verdad que los malos Espíritus tratan de desviar del camino recto al hombre cuando se les presenta la oportunidad: pero si uno de ellos se apega a un individuo, lo hace por determinación propia, porque espera que el hombre le haga caso. Entonces se desarrolla una lucha entre el bueno y el malo, y la victoria corresponderá a aquel cuyo dominio el individuo entregue»
Libro de los Espíritus, cuestión 511.