Esto es una recomendación para un amigo, tomada de las enseñanzas del libro de un mago bueno; aunque no es, el que en realidad te he de enviar.
Debemos efectuar la Selección del Lugar (para las prácticas y ceremonias) antes de comenzar una práctica o una ceremonia, y antes de la celebración de la Pascua, a fin de que podamos decidirnos sobre ello sin obstáculo, y es necesario que se preparen todas las cosas. Quien comience esta Operación en soledad podrá elegir un lugar según le plazca; donde haya un bosquecillo, en medio del cual fabricaréis un pequeño Altar, y lo cubriréis con una choza (o albergue) de ramas finas, para que la lluvia no caiga allí ni apague la Lámpara y el incensario. Alrededor del Altar, a una distancia de siete pasos, prepararéis un seto de flores, plantas y arbustos verdes, para que dividan la entrada en dos partes; es decir, el Interior en el que el Altar y el Tabernáculo estarán colocados a la manera de un Templo; y la parte Exterior, que con el resto del lugar será como su Pórtico. Ahora bien, si no comenzáis esta Operación en el Campo sino que la cumplís en una Ciudad, o en alguna vivienda, aquí os mostraré lo que será necesario. Escogeréis un Aposento que tenga una Ventana, junto a la cual habrá una Terraza descubierta (o un Balcón descubierto), y un Habitáculo Accesorio (o habitación pequeña o choza) cubierta con un techo, pero que en cada lado tenga ventanas por donde podáis ver en toda dirección, y de donde podáis entrar en el Oratorio. Y en ese lugar los Espíritus Malignos podrán aparecer, puesto que no podrán hacerlo dentro del Oratorio mismo. En ese lugar, junto al Oratorio hacia el sector del Norte, tendréis un Habitáculo techado o cubierto, en el cual y desde el cual podáis ver al Oratorio. Yo mismo me fabriqué dos grandes ventanas en mi Oratorio, y en el tiempo de la Convocatoria de los Espíritus, yo solía abrirlas y quitar las persianas y la puerta, para poder ver fácilmente por todos lados y obligarlos a que me obedecieran. Al Oratorio se lo debe tener siempre libre y bien barrido, y el piso debe ser de madera, de pino blanco; finalmente, este lugar debe estar preparado tan bien y con tanto cuidado que podamos juzgarlo un sitio destinado a la oración. A la Terraza y al Habitáculo contiguo en el que invocaremos a los Espíritus debemos cubrirlos con arena de río hasta una profundidad de por lo menos dos dedos. El Altar debe ser erigido en medio del Oratorio; y si alguien prepara su Oratorio en sitios desiertos, debe construirlo con piedras jamás trabajadas ni picadas, ni siquiera tocadas por el martillo. La Cámara debe estar recubierta con madera de pino, y allí debe colgarse una Lámpara llena de Aceite de Oliva, que apagaréis cada vez que hayáis quemado vuestro perfume y concluido vuestra oración. Sobre el altar deberá colocarse un bello Incensario de bronce, o de plata, si tenemos los medios para ello, y de ningún modo se lo sacará de su sitio hasta que se termine la Operación, si la realizamos en una vivienda; pues al aire libre no podemos hacer esto. De manera que en esta cuestión, como en todas las demás, nos regiremos y gobernaremos según los medios de que dispongamos. El Altar, que debe fabricarse de madera, debe ser hueco en su interior, a modo de armario, donde conservaréis todas las cosas necesarias, como las Vestimentas, la Corona o la Mitra, la Vara, los Oleos Sagrados, el Cíngulo o Cinturón, el Perfume; y cualquier otra cosa que sea necesaria. Las segundas vestimentas serán una Camisa o una Túnica de lino, amplia y blanca, con mangas confeccionadas adecuadamente. El otro Hábito será de Seda Carmesí o Escarlata con Oro, y no debe llegar más allá de las rodillas, con mangas de tela parecida. En cuanto a estas vestimentas, no hay para ellas una norma particular; ni han de seguirse instrucciones especiales; pero cuanto más resplandecientes, limpias y brillantes sean, mejor será. Prepararéis el Oleo Sagrado de esta manera: Tomad mirra en lágrimas, una parte; canela fina, dos partes; galanga, media parte; y la mitad del peso total de estas drogas del mejor aceite de oliva. A ello le mezclaréis aromáticos según el Arte del Boticario, y prepararéis con ello un Bálsamo, que conservaréis en una redoma de vidrio que pondréis dentro del armario (formado por el interior) del Altar. El Perfume lo prepararéis así: Tomad Incienso en lágrimas, una parte; Stacté media parte; Lináloe, una cuarta parte; y si no podéis conseguir esta madera, tomaréis la de cedro, rosa, cidra o cualquier otra madera odorífera. Reduciréis todos estos ingredientes hasta que sean un polvo finísimo, los mezclaréis bien y conservaréis éste en una caja o en un vaso conveniente. Cuando consumáis gran cantidad de este perfume, será aconsejable mezclar bastante en vísperas del Sabbath para que dure toda la semana. También tendréis una Vara de madera de almendro, lisa y derecha, cuyo largo sea de alrededor de media ana a seis pies. Y conservaréis las cosas antedichas bien ordenadas en el armario del Altar, listas para usarlas en el sitio y lugar adecuados.
Debemos efectuar la Selección del Lugar (para las prácticas y ceremonias) antes de comenzar una práctica o una ceremonia, y antes de la celebración de la Pascua, a fin de que podamos decidirnos sobre ello sin obstáculo, y es necesario que se preparen todas las cosas. Quien comience esta Operación en soledad podrá elegir un lugar según le plazca; donde haya un bosquecillo, en medio del cual fabricaréis un pequeño Altar, y lo cubriréis con una choza (o albergue) de ramas finas, para que la lluvia no caiga allí ni apague la Lámpara y el incensario. Alrededor del Altar, a una distancia de siete pasos, prepararéis un seto de flores, plantas y arbustos verdes, para que dividan la entrada en dos partes; es decir, el Interior en el que el Altar y el Tabernáculo estarán colocados a la manera de un Templo; y la parte Exterior, que con el resto del lugar será como su Pórtico. Ahora bien, si no comenzáis esta Operación en el Campo sino que la cumplís en una Ciudad, o en alguna vivienda, aquí os mostraré lo que será necesario. Escogeréis un Aposento que tenga una Ventana, junto a la cual habrá una Terraza descubierta (o un Balcón descubierto), y un Habitáculo Accesorio (o habitación pequeña o choza) cubierta con un techo, pero que en cada lado tenga ventanas por donde podáis ver en toda dirección, y de donde podáis entrar en el Oratorio. Y en ese lugar los Espíritus Malignos podrán aparecer, puesto que no podrán hacerlo dentro del Oratorio mismo. En ese lugar, junto al Oratorio hacia el sector del Norte, tendréis un Habitáculo techado o cubierto, en el cual y desde el cual podáis ver al Oratorio. Yo mismo me fabriqué dos grandes ventanas en mi Oratorio, y en el tiempo de la Convocatoria de los Espíritus, yo solía abrirlas y quitar las persianas y la puerta, para poder ver fácilmente por todos lados y obligarlos a que me obedecieran. Al Oratorio se lo debe tener siempre libre y bien barrido, y el piso debe ser de madera, de pino blanco; finalmente, este lugar debe estar preparado tan bien y con tanto cuidado que podamos juzgarlo un sitio destinado a la oración. A la Terraza y al Habitáculo contiguo en el que invocaremos a los Espíritus debemos cubrirlos con arena de río hasta una profundidad de por lo menos dos dedos. El Altar debe ser erigido en medio del Oratorio; y si alguien prepara su Oratorio en sitios desiertos, debe construirlo con piedras jamás trabajadas ni picadas, ni siquiera tocadas por el martillo. La Cámara debe estar recubierta con madera de pino, y allí debe colgarse una Lámpara llena de Aceite de Oliva, que apagaréis cada vez que hayáis quemado vuestro perfume y concluido vuestra oración. Sobre el altar deberá colocarse un bello Incensario de bronce, o de plata, si tenemos los medios para ello, y de ningún modo se lo sacará de su sitio hasta que se termine la Operación, si la realizamos en una vivienda; pues al aire libre no podemos hacer esto. De manera que en esta cuestión, como en todas las demás, nos regiremos y gobernaremos según los medios de que dispongamos. El Altar, que debe fabricarse de madera, debe ser hueco en su interior, a modo de armario, donde conservaréis todas las cosas necesarias, como las Vestimentas, la Corona o la Mitra, la Vara, los Oleos Sagrados, el Cíngulo o Cinturón, el Perfume; y cualquier otra cosa que sea necesaria. Las segundas vestimentas serán una Camisa o una Túnica de lino, amplia y blanca, con mangas confeccionadas adecuadamente. El otro Hábito será de Seda Carmesí o Escarlata con Oro, y no debe llegar más allá de las rodillas, con mangas de tela parecida. En cuanto a estas vestimentas, no hay para ellas una norma particular; ni han de seguirse instrucciones especiales; pero cuanto más resplandecientes, limpias y brillantes sean, mejor será. Prepararéis el Oleo Sagrado de esta manera: Tomad mirra en lágrimas, una parte; canela fina, dos partes; galanga, media parte; y la mitad del peso total de estas drogas del mejor aceite de oliva. A ello le mezclaréis aromáticos según el Arte del Boticario, y prepararéis con ello un Bálsamo, que conservaréis en una redoma de vidrio que pondréis dentro del armario (formado por el interior) del Altar. El Perfume lo prepararéis así: Tomad Incienso en lágrimas, una parte; Stacté media parte; Lináloe, una cuarta parte; y si no podéis conseguir esta madera, tomaréis la de cedro, rosa, cidra o cualquier otra madera odorífera. Reduciréis todos estos ingredientes hasta que sean un polvo finísimo, los mezclaréis bien y conservaréis éste en una caja o en un vaso conveniente. Cuando consumáis gran cantidad de este perfume, será aconsejable mezclar bastante en vísperas del Sabbath para que dure toda la semana. También tendréis una Vara de madera de almendro, lisa y derecha, cuyo largo sea de alrededor de media ana a seis pies. Y conservaréis las cosas antedichas bien ordenadas en el armario del Altar, listas para usarlas en el sitio y lugar adecuados.