Nació en la Ciudad de Valencia, España, el 1 de enero de 1526. Sus padres fueron Juan Luis Beltrán y Juan Angela Exarchi. De muy joven, su carácter generoso e ingenuo lo hizo querer imitar a San Alejo, pero fue obligado a regresar a su casa.
En 1545 hizo la profesión religiosa en la Orden de predicadores y poco después recibió el presbiterado. Ejerció por algunos años el cargo de maestro de novicios, en el que se distinguió por el don de discernimiento espiritual.
En 1561 llegaron a Valencia, procedentes de Roma, Fray Francisco de Carvajal y Fray Pedro de Velasco. Traían el proyecto de incrementar la labor apostólica en las tierras del reino de la Nueva Granada (actual Colombia). Fray Luis Beltrán pidió licencia para alistarse y le fue concedida.
Así, con otros treinta compañeros de la provincia de Aragón, se embarcó en Sevilla rumbo a Cartagena de Indias. Durante los tres primeros años fue misionero y, a pesar de que no era buena su salud, recorrió los puestos de Tubará, Zipacoa, Paluato, Usiacurí y otros, en las márgenes occidentales del río Magdalena. En su primera biografía se cuenta cómo muchas veces los indígenas lo entendían en su propia lengua, aunque él no se expresaba en ella. Pasó luego a dar misiones en la diócesis de Santa Marta, por ruegos del Obispo Fray Juan de los Barrios.
Guayras, Cozinas, Itotos fueron el escenario de su celo apostólico. Fue párroco de la villa de Tenerife. Se cuenta que se libró milagrosamente de ser envenenado por los brujos indígenas, que se oponían a la evangelización. De sentimientos delicados, sufría al ver la inhumanidad de los encomenderos y su impotencia para resolver en bien de los indígenas oprimidos la triste situación que había producido la conquista y su secuela de injusticias. Todo esto lo fue llenando de una angustiosa tristeza y al fin no pudo más y, después de siete fatigosos años de misionero, Fray Luis Beltrán decidió, no sin pena, regresar a España.
Mucho contribuyó a esta decisión una carta que le escribió Fray Bartolomé de las Casas, en la que lo invitaba a no conceder la absolución sacramental a los encomenderos, ya que contravenían los preceptos reales y trataban tiránicamente a los indígenas contra la voluntad del Emperador. No fue fácil conseguir la licencia de volver a España, tanto más, que sus compañeros lo habían designado prior del convento del Rosario en Santa Fe de Bogotá.
Se embarcó, por fin, en Cartagena y volvió a España el año de 1569. Desempeñó luego el cargo de prior en el convento de San Onofre, cerca de Valencia, y después en el de Valencia.
El Santo Obispo de Valencia, San Juan de Ribera, introdujo el proceso de beatificación y encargó a Fray Vicente Justiniano Anstit que escribiera la biografía de Fray Luis Beltrán.
El 19 de julio de 1608, Pablo V lo declaró beato y el 12 de abril de 1671 fue canonizado por Clemente X.
espero les guste y si no la conocian pos aqui esta y si ya la conocen pes para que recuerden dios los bendiga
En 1545 hizo la profesión religiosa en la Orden de predicadores y poco después recibió el presbiterado. Ejerció por algunos años el cargo de maestro de novicios, en el que se distinguió por el don de discernimiento espiritual.
En 1561 llegaron a Valencia, procedentes de Roma, Fray Francisco de Carvajal y Fray Pedro de Velasco. Traían el proyecto de incrementar la labor apostólica en las tierras del reino de la Nueva Granada (actual Colombia). Fray Luis Beltrán pidió licencia para alistarse y le fue concedida.
Así, con otros treinta compañeros de la provincia de Aragón, se embarcó en Sevilla rumbo a Cartagena de Indias. Durante los tres primeros años fue misionero y, a pesar de que no era buena su salud, recorrió los puestos de Tubará, Zipacoa, Paluato, Usiacurí y otros, en las márgenes occidentales del río Magdalena. En su primera biografía se cuenta cómo muchas veces los indígenas lo entendían en su propia lengua, aunque él no se expresaba en ella. Pasó luego a dar misiones en la diócesis de Santa Marta, por ruegos del Obispo Fray Juan de los Barrios.
Guayras, Cozinas, Itotos fueron el escenario de su celo apostólico. Fue párroco de la villa de Tenerife. Se cuenta que se libró milagrosamente de ser envenenado por los brujos indígenas, que se oponían a la evangelización. De sentimientos delicados, sufría al ver la inhumanidad de los encomenderos y su impotencia para resolver en bien de los indígenas oprimidos la triste situación que había producido la conquista y su secuela de injusticias. Todo esto lo fue llenando de una angustiosa tristeza y al fin no pudo más y, después de siete fatigosos años de misionero, Fray Luis Beltrán decidió, no sin pena, regresar a España.
Mucho contribuyó a esta decisión una carta que le escribió Fray Bartolomé de las Casas, en la que lo invitaba a no conceder la absolución sacramental a los encomenderos, ya que contravenían los preceptos reales y trataban tiránicamente a los indígenas contra la voluntad del Emperador. No fue fácil conseguir la licencia de volver a España, tanto más, que sus compañeros lo habían designado prior del convento del Rosario en Santa Fe de Bogotá.
Se embarcó, por fin, en Cartagena y volvió a España el año de 1569. Desempeñó luego el cargo de prior en el convento de San Onofre, cerca de Valencia, y después en el de Valencia.
El Santo Obispo de Valencia, San Juan de Ribera, introdujo el proceso de beatificación y encargó a Fray Vicente Justiniano Anstit que escribiera la biografía de Fray Luis Beltrán.
El 19 de julio de 1608, Pablo V lo declaró beato y el 12 de abril de 1671 fue canonizado por Clemente X.
espero les guste y si no la conocian pos aqui esta y si ya la conocen pes para que recuerden dios los bendiga