Dedico este tema a la Hermana Sue, a quien comprendo y entiendo.
La primera Ley del Universo, es la del Ternario (3), la de la Trinidad, que lleva en sí misma la segunda Ley, la del Equilibrio; esto no es más que La Justicia, La Culpabilidad y la Ley que fija el equilibrio entre ellas. De estas dos Leyes se derivan otras dos Leyes: la Ley del Septenario (7) y la Ley del Duodenario (12). El maravilloso número de los metafísicos el siete, está formado por dos ternarios que al ser considerados cada uno como una sola unidad (uno + y el otro -), son equilibrados por la unidad colocada entre ellos; es decir, de las siete, tres contra tres y uno fija el equilibrio entre ellas. De todo esto se deduce y se constituye la tercera Ley fundamental, la de la Escala Universal, que aparece en todo la creación. Por su parte, la Ley del duodenario se compone de cuatro ternarios colocados en los cuatro puntos cardinales de la cruz astrológica. El total de estas Leyes nos da el número 22 que es el resultado de sumar 3 + 7+ 12 = 22. Este número representa las 22 letras sagradas o del fundamento, establecidas en correspondencia con las grandes Leyes del universo; de donde increíblemente tiene su origen la famosa práctica adivinatoria denominada el “Tarot”. Terminaré este esbozo transcribiendo una visión de Hermes Tot, que hace surgir la Ley de la Escala Universal de la Ley de la Trinidad: “El Pensamiento y el Verbo Divino crean la manifestación de la Omnipotencia. De esta Omnipotencia emanan siete espíritus que trabajan en siete círculos y en esos círculos están encerrados todos los seres que habitan en el mundo. La manifestación de los siete espíritus en esos círculos se llama Destino. Esos mismos círculos están encerrados en el Pensamiento Divino que los penetra constantemente.”. Esta visión nos muestra al Dios invisible, eterno, poderoso, sobre una altura infinita incomprensible para nuestro débil razonamiento y, debajo de él, a los siete genios detentadores de su voluntad, ejecutores del Destino. Tal enseñanza, afirma un cabalista, es la base de toda la Astrología, ciencia Sagrada y doblemente oculta.
La primera Ley del Universo, es la del Ternario (3), la de la Trinidad, que lleva en sí misma la segunda Ley, la del Equilibrio; esto no es más que La Justicia, La Culpabilidad y la Ley que fija el equilibrio entre ellas. De estas dos Leyes se derivan otras dos Leyes: la Ley del Septenario (7) y la Ley del Duodenario (12). El maravilloso número de los metafísicos el siete, está formado por dos ternarios que al ser considerados cada uno como una sola unidad (uno + y el otro -), son equilibrados por la unidad colocada entre ellos; es decir, de las siete, tres contra tres y uno fija el equilibrio entre ellas. De todo esto se deduce y se constituye la tercera Ley fundamental, la de la Escala Universal, que aparece en todo la creación. Por su parte, la Ley del duodenario se compone de cuatro ternarios colocados en los cuatro puntos cardinales de la cruz astrológica. El total de estas Leyes nos da el número 22 que es el resultado de sumar 3 + 7+ 12 = 22. Este número representa las 22 letras sagradas o del fundamento, establecidas en correspondencia con las grandes Leyes del universo; de donde increíblemente tiene su origen la famosa práctica adivinatoria denominada el “Tarot”. Terminaré este esbozo transcribiendo una visión de Hermes Tot, que hace surgir la Ley de la Escala Universal de la Ley de la Trinidad: “El Pensamiento y el Verbo Divino crean la manifestación de la Omnipotencia. De esta Omnipotencia emanan siete espíritus que trabajan en siete círculos y en esos círculos están encerrados todos los seres que habitan en el mundo. La manifestación de los siete espíritus en esos círculos se llama Destino. Esos mismos círculos están encerrados en el Pensamiento Divino que los penetra constantemente.”. Esta visión nos muestra al Dios invisible, eterno, poderoso, sobre una altura infinita incomprensible para nuestro débil razonamiento y, debajo de él, a los siete genios detentadores de su voluntad, ejecutores del Destino. Tal enseñanza, afirma un cabalista, es la base de toda la Astrología, ciencia Sagrada y doblemente oculta.