El mal de ojo puede darse de manera voluntaria o involuntaria, el cual por medio de la mirada (directa, mental o simbólica), provoca un mal o influencia nociva en la persona, principalmente niños. En algunas culturas como la oriental se tiene la creencia de que las personas de ojos claros (azules, verdes, grises) tienen mayor facultad para generarlo.
Los síntomas son el cansancio, llanto, accidentes, vómito, insomnio, malestares, inflamación abdominal, inapetencia, diarrea, ceguera temporal o pesadez que termina enfermando a la víctima. Se puede sospechar de la existencia del mal de ojo: si algún objeto favorito del agredido sufre algún daño inesperado, sin causa previa específica o si el daño surge de "la nada".
Dado que el mal de ojo es producto de la envidia, conlleva a pensamientos negativos. Científicamente está comprobado que la vista es el órgano que más energía puede canalizar, de hecho se dice que "los ojos son el reflejo del alma", además de su relación directa y su correspondencia con el hígado, que es el órgano donde se acumula toda la envidia, coraje y amargura, pero a su vez también la cordialidad, confianza, apego, cariño y donde se establecen los primeros vínculos emocionales, para bien o para mal.
La siguiente oración es muy efectiva para quitar el mal de ojo o para atender a personas asustadas. Se reza tres días seguidos acompañada con ramas para santiguar y una vela blanca y a su vez tres veces en forma sucesiva de la siguiente manera.
Oración para retirar el mal de ojo:
Se dice el nombre del paciente, y después se repite:
Te santiguo en el nombre del padre (dice el nombre de nuevo),
del hijo (dice el nombre de nuevo),
y del espíritu santo (dice el nombre de nuevo).
Amén.
¡Jesús! Criatura de Dios.
Yo te corto el susto, no lo corto con cuchillo, ni con hierro, ni martillo martillado,
porque no puede ser cortado.
Yo te lo corto en el nombre del padre, del hijo y del espíritu santo, Amén.
Jesús, señor mío Jesucristo, 33 años anduviste por el mundo,
y en muchos refugios entraste y muchos enfermos curaste,
y a María Magdalena perdonaste y a San Lázaro resucitaste y en la cruz por nosotros expiraste,
y así como estas palabras son ciertas y verdaderas,
haz bien de sacar a esta criatura susto o disgusto que por los nervios y venas del cuerpo corren.
Y los ángeles del cielo, y las misas del misal, y las tres palabras fuertes que el sacerdote dice en el altar,
o cualquier celo del mal que esta criatura en su cuerpo tenga,
llévaselo a lo más hondo del mar, donde no crezca ni permanezca,
donde no haga mal ni a ti, ni a mí, ni a ninguna criatura nacida.
Jesús entro en Belén y ningún mal se sintió, así con estas palabras susto te curo yo.
¡Jesús! Criatura de dios donde Jesús se nombra todo mal se asombra,
donde Jesús es nombrado todo mal y quebranto se ha quitado,
donde Jesús se nombro todo mal y quebranto se quito.
Se despide de ti, lo despido de mí, lo aparto con la gracia de dios y el espíritu santo.
Se reza también la Oración de San Luis Beltrán.