Nuevamente traigo ante ustedes un tema que quizás ya hayan escuchado en otros ámbitos, pero que como el aire nos rodea siempre. La envidia no solo la sienten los demás hacia nosotros, sino que muchas veces la admiración que sentimos hacia otros puede desvirtuarse.... Este artículo trata pues, de que reconozcamos esas emociones y las hagamos "trabajar" a nuestro favor....
Bienvenidos sean pues, a esta grata lectura:
"Con cierta frecuencia he presenciado discusiones de esas que se suelen llamar 'bizantinas', sobre la conveniencia o no de sentir envidia hacia los logros ajenos.
Los amantes del pensamiento positivo - temerosos de las consecuencias futuras- contrarían a quienes alegan una forma de "envidiar sana ", la cual no incluye no desear el mal y mucho menos sabotear los intentos que otros hagan por ser felices.
Por otro lado están los verdaderos envidiosos, quienes se escudan tras la sospecha y el escepticismo para arrojar sombras de dudas sobre cualquiera que salga por ahí exhibiendo sus logros y que les supere en modo alguno.
Mi postura personal ( del autor) es que primero hay que diferenciar entre pensamiento y acción.
Sin duda, es inevitable roerse por dentro al saber que los vecinos se van de vacaciones a un hotel de 5 estrellas en las Bahamas, mientras usted se mete en una cola de 5 estrellas en la autopista Caracas - Guaira con la esperanza de agarra un poco de sol sobreviviendo entre vendedores gritones, cuidadores de carro y jugadores aficionados de pelota playera que cada dos por tres le pegan un pelotazo en la cabeza.
Ese tipo de ideación no tiene nada de malo, a menos que usted ataque a los vecinos con mentiras sobre su honestidad, les haga detener por la policía o les incendie la casa, para que al regresar se amarguen un poco la vida.
Lo bueno de envidiar sería que el sentimiento sirva como estímulo para el progreso. Tomar a los exitosos como modelos a copiar, puede calificar como una conducta "sana". De modo que no se agote en discusiones absurdas. Si puede mejorar su estatus y estar a gusto con lo alcanzado, ¡ Que lo envidien!
Eso si, que lo hagan bien y le imiten en vez de atacarle."
Fuente: Columna La acera de enfrente Publicada en la Revista Dominical, Noviembre 2016
Como se ha dicho, el tomar el éxito de otras personas como referencia para surgir o punto de apoyo para comenzar, no se debería considerar malo, eso si lo malo sería ese sentimiento desbordado de destrucción o de que la otra persona pierda lo que con seguridad le ha costado tanto trabajo... De aquí que las personas sean celosas de compartir "sus secretos" o el "secreto de su éxito" porque creen que otros podrían roban sus méritos, sus métodos y hasta sus resultados...
Pero recordemos que por ahí se dice que al dividir se multiplica...... cuando compartimos ciertos conocimientos e incluso realizamos ciertas labores desinteresadamente estamos colocando semillas en suelo fértil, que en algún momento germinarán... no importa que no cosechemos nosotros.. siempre habrá alguien que pueda aprovechar esos frutos, y a la larga para nosotros esas acciones son las que mas nos traerán satisfacción.....
Les deseo una vida maravillosa y llena de realizaciones y satisfacción, besos y abrazos para todas/os, Meredyth
Bienvenidos sean pues, a esta grata lectura:
"Con cierta frecuencia he presenciado discusiones de esas que se suelen llamar 'bizantinas', sobre la conveniencia o no de sentir envidia hacia los logros ajenos.
Los amantes del pensamiento positivo - temerosos de las consecuencias futuras- contrarían a quienes alegan una forma de "envidiar sana ", la cual no incluye no desear el mal y mucho menos sabotear los intentos que otros hagan por ser felices.
Por otro lado están los verdaderos envidiosos, quienes se escudan tras la sospecha y el escepticismo para arrojar sombras de dudas sobre cualquiera que salga por ahí exhibiendo sus logros y que les supere en modo alguno.
Mi postura personal ( del autor) es que primero hay que diferenciar entre pensamiento y acción.
Sin duda, es inevitable roerse por dentro al saber que los vecinos se van de vacaciones a un hotel de 5 estrellas en las Bahamas, mientras usted se mete en una cola de 5 estrellas en la autopista Caracas - Guaira con la esperanza de agarra un poco de sol sobreviviendo entre vendedores gritones, cuidadores de carro y jugadores aficionados de pelota playera que cada dos por tres le pegan un pelotazo en la cabeza.
Ese tipo de ideación no tiene nada de malo, a menos que usted ataque a los vecinos con mentiras sobre su honestidad, les haga detener por la policía o les incendie la casa, para que al regresar se amarguen un poco la vida.
Lo bueno de envidiar sería que el sentimiento sirva como estímulo para el progreso. Tomar a los exitosos como modelos a copiar, puede calificar como una conducta "sana". De modo que no se agote en discusiones absurdas. Si puede mejorar su estatus y estar a gusto con lo alcanzado, ¡ Que lo envidien!
Eso si, que lo hagan bien y le imiten en vez de atacarle."
Fuente: Columna La acera de enfrente Publicada en la Revista Dominical, Noviembre 2016
Como se ha dicho, el tomar el éxito de otras personas como referencia para surgir o punto de apoyo para comenzar, no se debería considerar malo, eso si lo malo sería ese sentimiento desbordado de destrucción o de que la otra persona pierda lo que con seguridad le ha costado tanto trabajo... De aquí que las personas sean celosas de compartir "sus secretos" o el "secreto de su éxito" porque creen que otros podrían roban sus méritos, sus métodos y hasta sus resultados...
Pero recordemos que por ahí se dice que al dividir se multiplica...... cuando compartimos ciertos conocimientos e incluso realizamos ciertas labores desinteresadamente estamos colocando semillas en suelo fértil, que en algún momento germinarán... no importa que no cosechemos nosotros.. siempre habrá alguien que pueda aprovechar esos frutos, y a la larga para nosotros esas acciones son las que mas nos traerán satisfacción.....
Les deseo una vida maravillosa y llena de realizaciones y satisfacción, besos y abrazos para todas/os, Meredyth