Un placer volver a saludarlos nuevamente.
No cuestiono que haya una verdad o punto universal planteado sobre el espiritismo en este tema, sin embargo, pienso que fallan las maneras de transmitir dicha verdad o punto, de manera que sea la expresión de un hecho objetivo y no la arremetida de un preconcepto u opinión particular con respecto al sentir y pensar de los demás. Verá, cuando el término no estaba definido en sus cimientos filosóficos, el espiritismo era una cosa muy sencilla, este a semejanza del conjunto de síntomas que completaban el cuadro de inmunodeficiencia humana y designaron como el síndrome de de inmunodeficiencia adquirida (SIDA), no era más que un conjunto de actividades y puntos en común en relación a la vida póstuma que designaron bajo criterios muy básicos que después pasaron a desarrollarse dentro del concepto de espiritismo, pero claro, ¿cuántas vertientes o denominaciones existían? Los grandes pensadores del gremio académico en Francia estaban volcados a favor del currículo sel señor Allan Kardec teniendo como alternativa el espiritismo inglés que no se trataba de una práctica diferente sino de disertaciones o discrepancias en relación a las ideas plasmadas por Allan Kardec (que tuvieron sus opositores para contar), el punto es que el señor Kardec definió al espiritista como aquel creyente en los Espíritus y comunicaciones, y el espiritismo es toda ciencia aplicada a su estudio, gracias a lo cual con el auge de las vertientes con sus propias cosmovisiones, si bien se eslabonan aún en puntos en común, se diferencian en puntos doctrinarios y empieza a haber la necesidad de hacer una identificación para diferenciarlo de otro que exista por ahí. Cuando se habló de espiritismo se hizo de manera idealista asumiendo que todos se añadirían a la única doctrina y sin embargo el caso fue otro: nacieron cepas espiritualistas bien estructuradas que trajeron al mundo espirita una serie de problemas que ha creado la división y constante guerra ideológica que prevalece a los días actuales.
Los espiritas reconocen que no hay espiritismo kardeciano, aunque para facilidad técnica se utiliza para aclarar que es "esto" y no 'aquello', lo que es parte de nuestra necesidad de separar y clasificar las cosas pero que no altera la esencia del objeto de todos esos enredos, por lo cual objetivamente hay una universalidad en el principio del espiritismo, pero también existen cosmovisiones, filosofías y doctrinas que se rigen de manera parcialmente diferente, esto lleva a concluir que estamos frente a uno de los tantos dilemas que giran entorno a asuntos tan complejos, abstractos y subjetivos como lo es una filosofía que habla de la vida póstuma en relación más cercana a las actividades humanas.
Para resolver este conflicto se llegó a la conclusión por consenso espiritual de que, aquel que reunía o cumplía con las normas y poseía las actitudes y aptitudes relacionadas a, pertenecía o representaba a, por ello debería de ver, aparte de espiritistas, aquellos que además están sujetos a la formación doctrinaria o vertiente.
Por cierto,
@yemaya2222, en relación a su mención sobre la Umbanda, debo dejar saber a quien lee que bajo la organización espiritual de toda esa falange de Espíritus, el vocero espiritual mientras estaba aún con vida el primer pastor de la Umbanda, el señor Zélio de Moraes, el Caboclo de las Siete encrucijadas y el mismo Zélio respetaban y aclaraban contrario a los días de hoy que si bien Umbanda es una
religión de naturaleza espírita,
no es espiritismo. Siempre existió la premisa de que para respetar hay que aceptar la necesidad del otro de diferenciarse e identificarse como tal, aunque el concilio nace de los puntos en común, es necesario no herir la decisión de individualidad de los segregados de una raíz filosófica, doctrinaria o religiosa. Existe la necesidad de respetar y validar la identidad del espiritismo cruzado al reconocer sus diferencias y así otorgarle espacio propio y su propio mérito en el campo práctico, una vez que optaron por ser autónomos de la raíz kardeciana en el momento de su nacimiento. Si lo llevamos a un contexto personal, a cualquiera le resulta desagradable cuando una generalización conduce a que te metan en un saco del cual no quieres formar parte, la reacción natural es rechazar y rebelarse contra ello, eso viene en la forma de sensación de ofensa porque existe la percepción inconsciente de que se está rechazando o desconociendo tu propia individualidad, y si este ejemplo se da para la gran mayoría, debería de darse en igualdad de repulsión para quienes no reciben el reconocimiento y además son forzados a unificarse con los rasgos intolerables que otros en su discrepancia perpetúan; el espiritismo kardeciano es una cuna de problemas y discordia justamente por forzar a la diferencia a funcionar en unísono, se busca crear clavos insertados simétricamente en la tabla y muchos son tornillos, grapas y otro elemento, ese es el origen de la división y discordia dentro del seno espiritista, por la incapacidad del propio adepto de reconocer la individualidad y aún así ser capaz de ser como el agua y el aceite, que si bien no se mezclan, se mantienen uno al lado del otro. Seamos un poquito más generosos y precavidos al momento de expresarnos respecto a algo de importancia para los demás, literalmente estaremos agrediendo su estructura interna de estas personas y no sólo incomodarlos al presionarlos a defender su individualidad.
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«Aparte del Espíritu protector ¿está unido un mal Espíritu a cada individuo, con miras a incitarlo al mal y darle ocasión de luchar entre el bien y el mal?
- "Unido" no es la palabra exacta. Bien es verdad que los malos Espíritus tratan de desviar del camino recto al hombre cuando se les presenta la oportunidad: pero si uno de ellos se apega a un individuo, lo hace por determinación propia, porque espera que el hombre le haga caso. Entonces se desarrolla una lucha entre el bueno y el malo, y la victoria corresponderá a aquel cuyo dominio el individuo entregue»
Libro de los Espíritus, cuestión 511.