Buenas tardes, aqui les dejo un escrito, les aclaro que no es de mi autoria, pero comparto mucho de lo expresado, espero les guste. Saludos,
El diablo en la tradición bantú
Mbote bampangui, aquí con un tema prometido sobre la figura del diablo dentro de las tradiciones bantú.
Antes de iniciar este artículo, quiero advertir que su contenido puede generar controversias (incluso con lo que un escritor que ya viene a hacer negocios a México publica en sus artículos y libros). Lo que escribo a continuación es relativo a las tradiciones africanas, dejando a un lado lo creado en Cuba (de lo que no reniego ya que yo fui iniciado allí).
Para empezar primero hay que saber ¿quién es el diablo?
El diablo es una creación del cristianismo dentro de la Biblia. Dentro de este libro de leyes, podemos encontrar referencias a un personaje que tiene muchas “no-cualidades” como son: el adversario de Dios, el enemigo humano, calumniador, el que tienta al hombre al mal y desobediencia, jefe de los ángeles rebeldes, espíritu inmundo, portador de la mentira, soberbio, invita al pecado, etc.
Si vemos todas las concepciones cristianas sobre este personaje, habla de cualidades que tenemos los humanos desde el nacimiento hasta nuestra muerte, entonces aquí cabe la pregunta ¿no que somos creados a semejanza e imagen de Dios? Pues entonces Dios tiene las mismas cualidades, desde que permite que haya pobreza y riqueza, que muera gente buena y la gente mala siga viva; sólo por poner unos ejemplos. No quiero entrar en polémica de creencias sobre Dios, vamos a centrarnos en el pobre diablo.
Pues bien, cuando el cristianismo empieza a desarrollarse como creencia se buscó la contraparte de quienes estaban en contra de él, por lo que fueron señalados como anticristianos o anticristo. Cristo significa etimológicamente “ungido, el que está lleno de gracia –bendiciones–); deriva del griego Chrestos (que significa el que lleva el oráculo –medio de adivinación–, deriva también en Chrestés –profeta o adivino¬–; y en Chrésterios –el que sirve a un oráculo o a un Dios–). Entonces los anticristianos o anticristo eran catalogados como personas que adoraban a falsos dioses o demonios (el diablo los engañaba para que creyeran en otras deidades que no eran el Dios cristiano).
La religión católica es la más propagada por el mundo, esto por las conquistas que realizó el imperio romano, ya convertido al catolicismo, en sus provincias que contemplaban hasta la Galia. Los reinos más fortalecidos en conquista y desarrollo católico fueron España y Portugal. Este último país fue quien conquistó y colonizó por muchos siglos a los africanos (específicamente con los reinos del Congo). Los españoles conquistaban y colonizaban utilizando la evangelización como arma de conquista (todo conquistador tenía dentro de su gente a curas católicos).
Cuando el catolicismo era propagado en los pueblos conquistados imponían sus creencias de forma brutal, así que todo lo que no tenía nada que ver con la doctrina cristiana era parte del demonio. Así en los reinos del Congo los cultos a Nzambi se tornaron y son actualmente mal vistos por los colonizados y evangelizados, así que los curanderos y “brujos” se catalogan como guiados por satán.
Para el africano no existe satanás o el diablo, ya que la creencia o religión como le llamamos los occidentales, se basa en el culto a Nzambi y, como mencioné en mi artículo anterior, éste se fundamenta en adorar todo lo que hay en la naturaleza y lo que ella provee. Lo malo que da la naturaleza, como son los fenómenos que destruyen, los animales deformes, el hombre malo, las cosas que nos pasan en la vida y que nos daña; todo eso se toma como lo negativo de Nzambi, no se le da una figura diabólica como la religión católica o las creencias cristianas. Aquí podemos hacer una analogía con el Yin-Yang: en todo lo bueno hay un punto malo y en todo lo malo hay un punto bueno.
Como para las creencias africanas, específicamente los pueblos bantú, el diablo no existe entonces sería contradictorio que nosotros que decimos que somos iniciados y practicantes de ellas creer en la figura de este pobre personaje.
¿De dónde nace la figura del diablo dentro de las prácticas del palo monte-mayombe? Nace de la evangelización que tuvieron los negros que llegaron de esclavos a tierras americanas. Recordemos que antes de la trata de esclavos en las américas algunos pueblos del Congo y de otras regiones de África, ya estaban evangelizados por portugueses, españoles, franceses e ingleses.
Hablemos de Cuba específicamente, que esto lo he encontrado también en República Dominicana, Haití, Panamá, Brasil, Nicaragua y otros países en donde llegó la trata de esclavos africanos. Tomemos en cuenta que los esclavistas no capturaban o adquirían esclavos viejos, ya que representaban poca ganancia por la utilidad que le podía dar el esclavista. Ellos preferían esclavos jóvenes. Los pocos sacerdotes que llegaron con los esclavos no traían todos los conocimientos, por lo que muchas cosas las tuvieron que adaptar al nuevo entorno y crear nuevas formas de adoración que se fundieron con las de otras creencias traídas también en los mismos barcos.
De allí surgieron dos palabras populares para referirse al diablo, que este personaje ya lo traían por la evangelización. Estas palabras son Kadiempembe y Lukankasi, palabras mal interpretadas, veamos su significado y escritura en el lenguaje congo de África:
Nkadi a mpémba: persona cruel que no tiene escrúpulos para matar a otras personas o animales.
Lukankasa = Hechicero bandoki
La primer palabra se utiliza para describir a una persona que “tiene el diablo por dentro”; es decir, que actúa malévolamente. Por eso se asoció con el diablo cristiano, pero recordemos que no tiene nada que ver con las creencias bakongo.
La segunda palabra, se refiere al brujo malo, al ndoki o “judío” como se dice en Cuba. Esta tampoco tiene que ver con el diablo cristiano, ya que NO EXISTE EN LAS CREENCIAS BAKONGO.
Dentro de las tradiciones bantú existe un nkisi que podría tener nombre o asociación con el diablo por las palabras usadas por los cubanos para referirse a él, este se llama “Nkisi mpemba lemba”, pero está relacionado con el espíritu protector de los niños, entonces tampoco tiene que ver con el diablo.
A esta altura se preguntarán: entonces, si no existe el diablo en lo que me inicié o creo ¿qué sucede con aquellas personas que dicen verlo o que son atacadas por él? Como el famoso caso en México de Josué Velázquez (que para un servidor fue más promoción que realidad, ese es mi muy particular punto de vista).
Las personas que dicen ser atacadas por el diablo, poseídas por él o que se les presenta, no es más que un espíritu negativo (muerto obscuro) que se alimenta de la energía y miedos de las personas. Esa energía lo fortalece para hacerlo más fuerte, por ello puede levantar o aventar con facilidad a la persona más pesada que haya. Esos espíritus malévolos, se encargan de obstruir el camino de la gente, a dañar su entorno y enfermarlos. Dentro de esta categoría tenemos a los espíritus sucubus e incubus, los cuales atacan a su víctima de manera sexual para robar energía. Lo mismo sucede con espíritus obsesores (los que vuelven loca a la gente). También los espíritus chocarreros (no es término del Chavo del Ocho), que buscan llamar la atención. Este tipo de espíritus son relativamente fuertes y se pueden quitar con alguna obra de mayombe “sencilla”. Los espíritus más fuertes se retiran con obras más fuertes que, por lo general, se deben de hacer en el monte (los que fueron bien iniciados sabrán porque existe el tratado entre el mundo de los muertos y el monte).
Por ejemplo, una persona que en su vida siempre fue atacada por algún tipo de espíritu y después de hacerle obras en mayombe, sigue siendo atacada se debe de preguntar si con iniciarla se le quita esa atracción, se verá que ya no será presa de ellos. Solamente mucho cuidado, pues si se está ante una persona que no sabe la consagración en mayombe como es, en lugar de quitarle los espíritus se los dejarán más “arraigados”.
En conclusión, el diablo es una creación de las tradiciones cristianas y judaicas, para enfocarse en un personaje que tiende a guiar por el mal camino a las personas; de allí se toma que todo lo que vaya contra estas creencias es del demonio. En los pueblos bantú existe el mal, pero es el lado negativo de Nzambi y todo lo que sea malo puede venir de un ndoki o bandoki (plural).
Disculpen lo largo del texto para concluir en algo muy sencillo, pero creí necesario dar las bases de ello.
Cuando alguien les diga que vieron al charro negro o al diablo bailando o tocando el violín (como le pasó a Giuseppe Tartini, por ello compuso la sonata para violín llamada “El Trino del Diablo”; o a Niccolo Paganini, quien es considerado por muchos como uno de los mejores violinistas de todos los tiempos, se dice que vendió su alma al demonio para obtener un extraordinario virtuosismo con este instrumento), me avisa para ir a verlo y charlar con él.
Nzambu beno
Fiat lux!
El diablo en la tradición bantú
Mbote bampangui, aquí con un tema prometido sobre la figura del diablo dentro de las tradiciones bantú.
Antes de iniciar este artículo, quiero advertir que su contenido puede generar controversias (incluso con lo que un escritor que ya viene a hacer negocios a México publica en sus artículos y libros). Lo que escribo a continuación es relativo a las tradiciones africanas, dejando a un lado lo creado en Cuba (de lo que no reniego ya que yo fui iniciado allí).
Para empezar primero hay que saber ¿quién es el diablo?
El diablo es una creación del cristianismo dentro de la Biblia. Dentro de este libro de leyes, podemos encontrar referencias a un personaje que tiene muchas “no-cualidades” como son: el adversario de Dios, el enemigo humano, calumniador, el que tienta al hombre al mal y desobediencia, jefe de los ángeles rebeldes, espíritu inmundo, portador de la mentira, soberbio, invita al pecado, etc.
Si vemos todas las concepciones cristianas sobre este personaje, habla de cualidades que tenemos los humanos desde el nacimiento hasta nuestra muerte, entonces aquí cabe la pregunta ¿no que somos creados a semejanza e imagen de Dios? Pues entonces Dios tiene las mismas cualidades, desde que permite que haya pobreza y riqueza, que muera gente buena y la gente mala siga viva; sólo por poner unos ejemplos. No quiero entrar en polémica de creencias sobre Dios, vamos a centrarnos en el pobre diablo.
Pues bien, cuando el cristianismo empieza a desarrollarse como creencia se buscó la contraparte de quienes estaban en contra de él, por lo que fueron señalados como anticristianos o anticristo. Cristo significa etimológicamente “ungido, el que está lleno de gracia –bendiciones–); deriva del griego Chrestos (que significa el que lleva el oráculo –medio de adivinación–, deriva también en Chrestés –profeta o adivino¬–; y en Chrésterios –el que sirve a un oráculo o a un Dios–). Entonces los anticristianos o anticristo eran catalogados como personas que adoraban a falsos dioses o demonios (el diablo los engañaba para que creyeran en otras deidades que no eran el Dios cristiano).
La religión católica es la más propagada por el mundo, esto por las conquistas que realizó el imperio romano, ya convertido al catolicismo, en sus provincias que contemplaban hasta la Galia. Los reinos más fortalecidos en conquista y desarrollo católico fueron España y Portugal. Este último país fue quien conquistó y colonizó por muchos siglos a los africanos (específicamente con los reinos del Congo). Los españoles conquistaban y colonizaban utilizando la evangelización como arma de conquista (todo conquistador tenía dentro de su gente a curas católicos).
Cuando el catolicismo era propagado en los pueblos conquistados imponían sus creencias de forma brutal, así que todo lo que no tenía nada que ver con la doctrina cristiana era parte del demonio. Así en los reinos del Congo los cultos a Nzambi se tornaron y son actualmente mal vistos por los colonizados y evangelizados, así que los curanderos y “brujos” se catalogan como guiados por satán.
Para el africano no existe satanás o el diablo, ya que la creencia o religión como le llamamos los occidentales, se basa en el culto a Nzambi y, como mencioné en mi artículo anterior, éste se fundamenta en adorar todo lo que hay en la naturaleza y lo que ella provee. Lo malo que da la naturaleza, como son los fenómenos que destruyen, los animales deformes, el hombre malo, las cosas que nos pasan en la vida y que nos daña; todo eso se toma como lo negativo de Nzambi, no se le da una figura diabólica como la religión católica o las creencias cristianas. Aquí podemos hacer una analogía con el Yin-Yang: en todo lo bueno hay un punto malo y en todo lo malo hay un punto bueno.
Como para las creencias africanas, específicamente los pueblos bantú, el diablo no existe entonces sería contradictorio que nosotros que decimos que somos iniciados y practicantes de ellas creer en la figura de este pobre personaje.
¿De dónde nace la figura del diablo dentro de las prácticas del palo monte-mayombe? Nace de la evangelización que tuvieron los negros que llegaron de esclavos a tierras americanas. Recordemos que antes de la trata de esclavos en las américas algunos pueblos del Congo y de otras regiones de África, ya estaban evangelizados por portugueses, españoles, franceses e ingleses.
Hablemos de Cuba específicamente, que esto lo he encontrado también en República Dominicana, Haití, Panamá, Brasil, Nicaragua y otros países en donde llegó la trata de esclavos africanos. Tomemos en cuenta que los esclavistas no capturaban o adquirían esclavos viejos, ya que representaban poca ganancia por la utilidad que le podía dar el esclavista. Ellos preferían esclavos jóvenes. Los pocos sacerdotes que llegaron con los esclavos no traían todos los conocimientos, por lo que muchas cosas las tuvieron que adaptar al nuevo entorno y crear nuevas formas de adoración que se fundieron con las de otras creencias traídas también en los mismos barcos.
De allí surgieron dos palabras populares para referirse al diablo, que este personaje ya lo traían por la evangelización. Estas palabras son Kadiempembe y Lukankasi, palabras mal interpretadas, veamos su significado y escritura en el lenguaje congo de África:
Nkadi a mpémba: persona cruel que no tiene escrúpulos para matar a otras personas o animales.
Lukankasa = Hechicero bandoki
La primer palabra se utiliza para describir a una persona que “tiene el diablo por dentro”; es decir, que actúa malévolamente. Por eso se asoció con el diablo cristiano, pero recordemos que no tiene nada que ver con las creencias bakongo.
La segunda palabra, se refiere al brujo malo, al ndoki o “judío” como se dice en Cuba. Esta tampoco tiene que ver con el diablo cristiano, ya que NO EXISTE EN LAS CREENCIAS BAKONGO.
Dentro de las tradiciones bantú existe un nkisi que podría tener nombre o asociación con el diablo por las palabras usadas por los cubanos para referirse a él, este se llama “Nkisi mpemba lemba”, pero está relacionado con el espíritu protector de los niños, entonces tampoco tiene que ver con el diablo.
A esta altura se preguntarán: entonces, si no existe el diablo en lo que me inicié o creo ¿qué sucede con aquellas personas que dicen verlo o que son atacadas por él? Como el famoso caso en México de Josué Velázquez (que para un servidor fue más promoción que realidad, ese es mi muy particular punto de vista).
Las personas que dicen ser atacadas por el diablo, poseídas por él o que se les presenta, no es más que un espíritu negativo (muerto obscuro) que se alimenta de la energía y miedos de las personas. Esa energía lo fortalece para hacerlo más fuerte, por ello puede levantar o aventar con facilidad a la persona más pesada que haya. Esos espíritus malévolos, se encargan de obstruir el camino de la gente, a dañar su entorno y enfermarlos. Dentro de esta categoría tenemos a los espíritus sucubus e incubus, los cuales atacan a su víctima de manera sexual para robar energía. Lo mismo sucede con espíritus obsesores (los que vuelven loca a la gente). También los espíritus chocarreros (no es término del Chavo del Ocho), que buscan llamar la atención. Este tipo de espíritus son relativamente fuertes y se pueden quitar con alguna obra de mayombe “sencilla”. Los espíritus más fuertes se retiran con obras más fuertes que, por lo general, se deben de hacer en el monte (los que fueron bien iniciados sabrán porque existe el tratado entre el mundo de los muertos y el monte).
Por ejemplo, una persona que en su vida siempre fue atacada por algún tipo de espíritu y después de hacerle obras en mayombe, sigue siendo atacada se debe de preguntar si con iniciarla se le quita esa atracción, se verá que ya no será presa de ellos. Solamente mucho cuidado, pues si se está ante una persona que no sabe la consagración en mayombe como es, en lugar de quitarle los espíritus se los dejarán más “arraigados”.
En conclusión, el diablo es una creación de las tradiciones cristianas y judaicas, para enfocarse en un personaje que tiende a guiar por el mal camino a las personas; de allí se toma que todo lo que vaya contra estas creencias es del demonio. En los pueblos bantú existe el mal, pero es el lado negativo de Nzambi y todo lo que sea malo puede venir de un ndoki o bandoki (plural).
Disculpen lo largo del texto para concluir en algo muy sencillo, pero creí necesario dar las bases de ello.
Cuando alguien les diga que vieron al charro negro o al diablo bailando o tocando el violín (como le pasó a Giuseppe Tartini, por ello compuso la sonata para violín llamada “El Trino del Diablo”; o a Niccolo Paganini, quien es considerado por muchos como uno de los mejores violinistas de todos los tiempos, se dice que vendió su alma al demonio para obtener un extraordinario virtuosismo con este instrumento), me avisa para ir a verlo y charlar con él.
Nzambu beno
Fiat lux!