CRISTO:

La palabra Cristo es de origen muy antiguo. En la enseñanza proyectada por Anfión y Antulio. En los lejanos tiempos de la Atlántida, estaba esta palabra que significaba “el hombre modelo”, el ejemplo viviente para la humanidad encarnada. El, con su alto proceder, motivaba a la gente a seguirlo para el logro de las cualidades y poderes que el Cristo tenía, lo cual era posible de alcanzar a lo largo de muchas reencarnaciones.
Los griegos conocieron la palabra “Kristo” y la adoptaron con parecido significado; pero, al fundarse el Catolicismo, los tergiversadores de la Biblia le dieron otro significado: Imitar el ejemplo de Jesucristo en el sentido del sufrimiento, la pobreza, la humildad desviada. Lo presentaron como un dios situado en un cielo distante; por lo tanto, ser como él resultaba inalcanzable.

Jhasua de Nazareth, decía a la gente: “Yo Soy el Cristo, Yo Soy el Camino, la Verdad y la Vida. Quien me siga podrá superarse y, a lo largo del tiempo, hacer lo que hago”. Con ello, está claro que é retomó el verdadero concepto del Cristo y lo representó como debía ser.

Para los estudiantes Saint Germain (Ray Sol), la palabra “Cristo” no significa Jesucristo ni tiene nada que ver con el concepto religioso. En todo ser humano, está el Cristo o Maestro interno que lo guía, lo aconseja, lo protege. Se trata del Cristo individualizado, que es un Maestro Ascendido, de gran sabiduría y poder.
También, cada persona tiene la guía y protección del Cristo Cósmico, un altísimo ser de luz que lo asiste cuando es invocado. Está, además, La Conciencia Crística o cuerpo mental superior, un aspecto especial, muy superado de uno mismo, que se ha ido formando, en sabiduría y luz a lo largo de bastantes reencarnaciones terrenas. Vemos como la palabra “Cristo” tiene tres aspectos: Cristo Individualizado, Cristo Cósmico y Conciencia Crística. Todo ser humano recibe mucha ayuda de amor y luz, porque el plano físico es duro y difícil, surgen peligros que pueden desviar del camino. Por ello es preciso estar alerta para no cometer errores generadores de karma.

Sólo hay que hacer la invocación, oración o llamada para ser escuchados, asistido de inmediato. Nadie está solo; pero hay que saber escuchar, oír, y sobre todo, obedecer las sugerencias que vienen delo interno, no rechazarlas ni oponer resistencia. Generalmente, la personalidad o yo humano no quiere oír pues, por su voluntad prepotente, desea hacerlo todo a su manera. De ahí, los grandes fracasos y tremendas caídas que se presentan en la vida.

La Biblia dice: “Pidan y recibirán, llamen y tendrán respuesta. Eso es invocar, orar con esperanza y fe. Repetimos: Nadie está solo. Al invocar el Cristo en cualquiera de sus tres aspectos y unirse a él, se manifiesta el Poder de inmediato, lo cual soluciona las más grandes dificultades de la vida.
El Cristo es un representante de la Divina Presencia, cumple sus deseos con todo amor. Reconocer esta unión para recibir mayor ayuda es invocar a la Divina Presencia Crística porque los dos son uno en Sabiduría, Amor y Poder. En estas invocaciones, se precisa la fe o convicción interna de que esto es verdad, funciona. Si hay duda, escepticismo o incredulidad, no se manifiestan resultados positivos en los decretos e invocaciones realizados.

Maestro LANTO/AE/pch

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"Que el Gran AMOR Infinito de el DIOS UNO Padre-Madre te envuelvan en la Suprema LUZ Divina. "