Umbanda y espiritismo 1zw0v2s

UMBANDA Y ESPIRITISMO
 
Pregunta: Aunque consideramos la emotividad del pueblo brasileño, apegado a los ídolos, liturgias, adoraciones y ritos católicos, acaso, ¿el Espiritismo no ofrece los mismos beneficios religiosos, sin necesidad de existir la Umbanda?
Ramatís: No pretendemos hacer distinciones de la cualidad espiritual entre el Espiritismo y la Umbanda; pero si dejamos el precedente, que los creyentes de otras religiones se acomodan fácilmente en los Terreiros, porque encuentran lo apropiado para expresar su emotividad religiosa y aún consiguen soluciones para sus males físicos y desdichas morales.
 
Aunque el Espiritismo ofrezca compensaciones elevadas en el campo de la espiritualidad, muy pura, por cierto, le resulta mucho más difícil al católico abandonar la iglesia con sus imá­genes, luces, flores, cánticos y la pompa, para adaptarse súbi­tamente a la sesión mediúmnica de mesa, efectuada a media luz, bajo la severa exigencia de la concentración, y algunas veces, con la presencia de médiums anímicos, que dramatizan las  comunicaciones más sencillas, impresionando mal, hasta los mismos adeptos espiritas.
 
Es un salto muy brusco para el católico de principios, el pasaje súbito de la "claridad" de la iglesia, donde todo le resulta familiar y simpático, para la "oscuridad" de la sesión mediúmnica, donde bajan espíritus desconocidos, bajo la lúgubre voz de ciertos médiums. Durante su pasaje por la Umbanda se va familiarizando con la técnica de las comunicaciones, aprende a discernir sobre las sutilezas del mundo invisible y confía en la protección de los "mestizos" o "viejos negros", entre santos y rituales que le son simpáticos.
 
Pregunta: La mayoría de los espiritas aseguran que en la Umbanda sólo bajan espíritus inferiores, aferrados a las supers­ticiones y prácticas paganas.   ¿Qué nos podéis decir?
Ramatís: Infinidad de veces hemos advertido que la pre­sencia de los espíritus inferiores no depende del género del tra­bajo mediúmnico, ni del tipo de doctrina espiritualista, sino, de la conducta y del criterio moral de las autoridades y adeptos.
 
Juntamente con las falanges de espíritus primarios o paganos, también trabajan en la Línea Blanca de la Umbanda espíritus de elevada estirpe espiritual, confundidos entre los mestizos, viejos negros e indios, originarios de diversas tribus africanas. Por ventura, Jesús nos prometió: "Cuando dos o más se reunieran en mi nombre, allí estaré yo presente".
 
Además, en base a la agresividad que actualmente impera en el mundo por el renacimiento físico de espíritus provenientes del astral inferior, los trabajadores mediúmnicos ayudan a atenuar la violencia de esas entidades que se agrupan sobre la superfi­cie de la Tierra tramando objetivos incalificables, satánicos y vengativos. Los equipos de mestizos, indios y negros experimen­tados, conforman una valerosa defensa alrededor de los trabajos mediúmnicos de varios centros espiritas. Conforme al pensa­miento de los kardecistas, lo ideal sería adoctrinar obsesores y esclarecer a los obcecados sin usar la violencia, que a veces, adoptan las falanges de la Umbanda. En general, tanto la víc­tima como el verdugo están imantados por el mismo odio del pasado, entonces es necesario segregar la entidad rebelde y per­versa, que a veces sobrepasa los derechos de la venganza, así como en vuestro mundo no se deja libre a las fieras en medio de las ciudades. Tanto ahí en la Tierra, como aquí en el Es­pacio, el libre albedrío es prohibido cuando el mal uso comienza a herir los derechos ajenos.
 
Pregunta: Los espiritas critican a la Umbanda porque es una doctrina muy apegada a los fenómenos de la vida material. ¿Cuál es vuestro parecer?
Ramatís: No hay dudas. La Umbanda aún es un culto fe­tichista, porque ejerce su acción con particularidad sobre el aprovechamiento de las fuerzas de la naturaleza, donde los ma­gos negros también extraen sus energías para sus prácticas malig­nas. Los espiritas, no ignoran que en el mundo invisible existen servidores del Creador y en todos los planos de la naturaleza, conocidos por los teósofos como "elementales" o entidades primarias.* Esas falanges primitivas del mundo oculto son dirigidas por poderosos seres que pueden interferir fuertemente en los fenómenos de la vida física. Las leyendas del folklore de todas las razas terrenas siempre han mencionado la existencia de esos poderosos espíritus bajo la denominación de genios, hadas, gi­gantes o criaturas fabulosas, que dominan el viento, la lluvia, el trueno, el rayo y el océano.
 
Los africanos, de donde la doctrina de la Umbanda tomó su fundamento, profesaban y obedecían a los "señores de la naturaleza" bajo la forma de Orixás menores y mayores, conforme a su poder y responsabilidad para guiar a los hombres. Ese culto y entendimiento recíproco se hacía a través de la feno­menología física, en el plano intermedio de las dos fuerzas de la naturaleza. Entonces había ceremoniales, compromisos y de­beres para con los jefes de las líneas y falanges del mundo oculto, con los tradicionales presentes y ritos a la orilla de los ríos, del mar, de los campos y en la misma selva virgen. Los antiguos sacerdotes bantús hacían curas fabulosas, modificaban el ambiente, hacían predicciones avanzadas a través del examen psicométrico del aura de los objetos y de las hierbas dinamizadas en sus propias energías.
 
Sabían invocar a los espíritus de la naturaleza y los más poderosos producían enfermedades ex­trañas en las tribus enemigas, preveían tempestades, inundacio­nes, asalto de los animales feroces y toda clase de hechos que bien podrían tomarse de milagrosos. Sin lugar a dudas, que eran ritos bárbaros donde corría pródigamente la sangre de los animales sacrificados, y en ciertos casos, las entidades perversas exigían el holocausto humano.
 
En consecuencia, no es desairoso ni censurable que la Umbanda sea una doctrina apegada a los fenómenos materiales, cuando su principal metabolismo de la vida está basado en las fuerzas groseras de la naturaleza. Si él no tuviera el arsenal que hace parte de su culto religioso actual y que forma el nexo con los espíritus primarios de la naturaleza, no sería Umbanda, se llamaría otra cosa.
 
*Véase la obra Nuestro Hogar en el capítulo "Ciudadano de Nues­tro Hogar" dictado por el espíritu de André Luiz a Chico Xavier, que dice: "No solo el hombre puede recibir o emitir fluidos. Las fuerzas naturales hacen lo mismo, en los diversos reinos que se subdividen. Para el caso de nuestro enfermo, necesitamos de los árboles. Ellos nos ayudan eficaz­mente. Narcisa llamó a alguien con expresiones que yo no podía com­prender. Después de un momento, ocho entidades espirituales atendieron su pedido. Inmensamente sorprendido, vine a comprobar que había plan­taciones de mangos y eucaliptos. Debidamente informada por los amigos, que a mí me eran totalmente extraños, la enfermera explicó: Son servidores comunes del reino vegetal, los hermanos que nos atendieron."
 
Véase también, la obra Los Mensajeros, capítulo "Entre los Árboles", del mismo autor espiritual, en el trecho: El reino vegetal tiene numerosos cooperadores. Ustedes posiblemente ignoran que muchos hermanos se preparan para una nueva encarnación en la Tierra, prestando servicios en los reinos inferiores. El trabajo con el Señor es una escuela viva en todas partes.
 
Pregunta: ¿Qué habéis querido decir con "ese arsenal", del culto religioso de la Umbanda?
Ramatís: El arsenal a que nos referimos varía en su nomen­clatura y cantidad, de acuerdo al grado evolutivo de los adep­tos a los Terreiros, así como a la naturaleza del trabajo a realizarse, cuya efectividad está subordinada a las falanges que de la Umbanda, se observa, el trabajo cooperativo de los ele­mentos de la naturaleza, con sus ritos y ceremonias en las fes­tividades de Ogum, Iemanjá y Xangó. Ellos están presentes en las orillas de los ríos, en el mar, en la selva y en los sitios ele­gidos donde se realizan las descargas con hierbas olorosas, de­nominado el acto, comúnmente de "limpia cuerpo" y se acompaña las ceremonias por medio de puntos cantados y trazados en el suelo, utilizando una serie de objetos y cosas que se identifica con los preceptos de la magia tradicional africana.

Para enumerarlos, diremos que la conforman las imágenes de los católicos, las velas, cigarros, vasijas de barro, talismanes y cuantos objetos se pueda imaginar, acompañando a éstos, toda clase de bebidas y últimamente se agregó la llamada lágrima de Iemanjá y espuma del mar, de acuerdo al linaje de los pa­dres de los terreiros.*
 
También es cierto, que existen Terreiros donde abunda la exageración respecto a los objetos y prácticos fetichistas, que no tienen expresión alguna en el campo de la magia africana, de­bido a la culpa, ignorancia o vanidad de los médiums.
 
*N. de R. G.: Para ilustración del lector, ajeno a estas prácticas, diremos que ciertas y graciosas expresiones, preferidas por los viejos negros e indios; puntos cantados o claves (en brasileño; riscados), son llamadas y esquemas de trabajos utilizados en el intercambio con las falanges, las que revelan cierta índole de los convocados y su género de actividad en el astral; giz: se refiere a tizas de varios colores; punteros: son puñales o puntas de hierro, muy agudas, con las que se trazan los puntos a fin de concentrar las energías del éter mineral; fundanga: es la pólvora; pito de barro: es el cachimbo o pipa; guías: son los rosarios de cuentas vege­tales; patúas: son pequeñas bolsas de paño conteniendo oraciones o talis­manes hechos de objetos, que acumulan la fuerza magnética. Las bebidas tienen el siguiente significado; sangre de Cristo, es el vino tinto; marafa, es la cachaza (bebida muy parecida a la grapa o aguardiente; marambaia, la cerveza; agua de azúcar, es el licor; blanco de ángel, la leche; lágrimas de Iemanjá, vino blanco y espuma de mar, la moderna champaña).

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«Aparte del Espíritu protector ¿está unido un mal Espíritu a cada individuo, con miras a incitarlo al mal y darle ocasión de luchar entre el bien y el mal? 
- "Unido" no es la palabra exacta. Bien es verdad que los malos Espíritus tratan de desviar del camino recto al hombre cuando se les presenta la oportunidad: pero si uno de ellos se apega a un individuo, lo hace por determinación propia, porque espera que el hombre le haga caso. Entonces se desarrolla una lucha entre el bueno y el malo, y la victoria corresponderá a aquel cuyo dominio el individuo entregue»
Libro de los Espíritus, cuestión 511.