Los mismos deseos para Ud. Gracias por participar.
Lo ideal es que al ser tentados o hallarnos delante de la adversidad en vez de sucumbir y entregarnos sumisos a las circunstancias seamos perseverantes y capaces de superarnos ante nuestras debilidades. Al final, cuando hablamos de que esta o aquella situación es una "prueba" estamos hablando de algo frente a lo cual somos propensos a fracasar y que se ha trazado en la línea de un destino con la intención no sólo de ejercitarnos y desarrollar la capacidad de vencer sino de demostrar nuestra voluntad delante de Dios de disociarnos de una situación desagradable que nosotros mismos propiciamos.
Si hablamos del mal – por ejemplo – la responsabilidad de su existencia es nuestra. Lo hemos tolerado y hemos sido flojos para combatirlo desde nuestra individualidad y muy dolorosamente ya consideramos en la cotidianidad que lo mejor es ser indiferente y pedir que no nos ocurra nada malo, no obstante, él prolifera proactivo por dicho motivo y nos está atropellando a todos aún si hemos sido criaturas santas.
Ayudaría mucho que el hombre viera la vida humana dentro de la alegoría del purgatorio imitando las virtudes de las ánimas benditas al resignarse a su agonía, confrontando con valentía y abnegación su destino, cultivando la fe, el amor y la esperanza dependientes de Dios y negándose a aquellos aspectos que derivados del libre albedrío las hundirían mucho más. Otra forma de verlo es como un gimnasio en donde al nacer te vienes con la meta de ser un levantador de pesas pero cuando llega el momento de ir al gimnasio te encuentras con un débil cuerpo y una voluntad no disciplinada, los músculos se fatigan rápido y la mente insiste en traicionarte diciéndote que no vayas más, en su lugar, fomenta en confabulación al cuerpo que te entregues al sedentarismo mientras que pese a luchar contra estos demonios, observarás un muy lento progreso en cuanto a la capacidad de tu cuerpo de responder a la disciplina en la que se prueba, el punto es que, sólo perseverando y desarrollando progresivamente capacidad es que podremos lograr el objetivo, entonces es cuando comprenderemos y habremos aprendido todo lo que el camino te enseña.
Ese es el propósito de eventos agraciados o desgraciados que nos trazamos en la vida y de los cuales si tenemos suerte habremos sacado un aprendizaje, caso contrario, tendremos que optar por el rescate de otras maneras si es que nos alcanza la vida.
Gracias a Dios con relación a la delincuencia así como he observado a gente de buena familia en donde la sociedad parece no ser la culpable de su elección y que mueren en "pecado mortal", he observado gente que nació en la marginalidad y creo que son entre los ciudadanos los sujetos más leales y nobles dentro de su malandraje (ya que no cambian ni su forma de ser, apenas pasan de ser malignos a benignos); pongo como referencia en los barrios de nuestro país a los malandros de los que se decía "mataban con liguitas" y que se volvieron evangélicos y abandonaron su Espíritu malhechor y lo hicieron con suma sencillez mientras otros lucharon mucho por su rehabilitación pero son ciudadanos transparentes en los que ya se puede confiar. Acá considero como en el tema
Juan de Dios las palabras de San Juan Pablo II al afirmar:
«El mal no es una fuerza anónima que actúa en el mundo debido a mecanismos deterministas e impersonales. El mal pasa a través de la libertad humana. En el centro del drama del mal y constantemente relacionado con él está precisamente esta facultad que distingue al hombre de los demás seres vivos sobre la Tierra. El mal tiene siempre un rostro y un nombre: el rostro y nombre de hombres y mujeres que lo escogen libremente. Y si el mal es una elección, el bien también puede serlo. Si tenemos la libertad de escoger el mal, tenemos también libertad para escoger el bien. Basta apenas con mover la voluntad y optar por el bien».
Es un deber del hombre emanciparse de toda situación de adversidad contraria al bienestar del Espíritu y del Bien Común. Si las condiciones predisponen es porque en particular a ti te tocó lidiar con un "gimnasio" que de momento no te brinda condiciones ni físicas ni espirituales para ser élite pero que si desistes de renunciar y perseveras hasta morir, habrás conquistado – cuando no todo – un gran porcentaje del éxito anhelado. Si se está vivo tenemos esperanza, podemos redimir cualquier cosa.
Me pondré a mí como ejemplo: crecí en condiciones decentes, me mudé a la marginalidad y lejos de adaptarme a las condiciones, se reafirmaron mis valores y desarrollé patológico rechazo hacia dichas situaciones, anti-valores y tendencias de vida defendidas en la marginalidad y vendidas como una herencia o tradición local. El contacto con las fuentes de negatividad reafirmaron y confirmaron que yo no soy un marginal, no tengo condiciones psicológicas y emocionales para vivir en el ejercicio del mal aunque sí tengo la tentación, tengo – gracias a Dios – las virtudes que me rescaten de ceder ante las tentaciones cuando entré en relación a escenarios donde mi mayor obsesión fue la venganza y derivados mucho peores. Hoy estoy impermeabilizado al influjo de dichos frutos en el mismo escenario porque simplemente me hallo ajeno a ese entorno; estoy presente, pero mi Espíritu está aferrado a las fuerzas antagónicas que son la esencia clave para no sucumbir. Así, es igual para cualquiera que si su debilidad es ser mujeriego, si trabaja duro en estudiar y desarrollar valores que fomenten su fidelidad, en su momento logrará arrodillar a su debilidad y obligarla a rendirle pleitesía fortaleciendo su virtud.
No en vano Dios ha hecho al hombre atravesar por todas las fases propiciadas para realizar un trabajo. La paternidad también es una prueba predestino (no todos nacen para ser padres ni tendrán esa oportunidad) y cuando se vive la paternidad y se descubre que el hijo o hija tiene malezas en su Espíritu nos corresponde reprimir y reeducar para que cuando crezca y surja ese lado pernicioso en la adolescencia, tenga valores en el inconsciente que luchen activamente en el abstracto mundo de la mente simbolizado en alegorías como el "angelito" y el "diablillo" que discuten proyectando ideas antagónicas en nuestra mente llenándonos de angustia hasta que nos decantamos por una u otra.
En lo tocante a la pobreza y perpetuidad de la marginalidad el libro "padre rico, padre pobre" señala que ello va sujeto a la psicología y filosofía de cada estrato social. Es decir, una sociedad es pobre y marginal no por lo que le falte (que generalmente observo que muchos obtienen más recurso que los que viven del otro lado) recurso sino porque piensa como pobre y marginal, acto seguido, actúa en protección y realización de lo que por afinidad le es compatible.
Yo respeto mucho a los Calé. Comprendo que su misión es redención con relación a su vida delictiva (que se ha convertido en modelo de ejemplo y pleitesía; muchos les llama héroes por la historia aquella de robar al rico para dar al hombre como si acaso no fuese un delito robar en dichas condiciones si Dios fue quien de entrada propició la riqueza a quien tiene la fortuna de su parte), y se hallan en dura condición por el preconcepto dado que ellos deben de redimir a individuos que se hallan en la situación que ellos vivieron, en tanto son individuos que de hecho hoy día gustan de esa vida; al final pareciera que al anunciar todas sus desgracias sin esforzarse en sacarlo de ahí es fruto de comprender que en esta sola vida ese individuo no será capaz de entender las razones por las cuales salir de esa vida, tendrá que sufrir y por ello le dejan vivir la desgracia previamente para que luego creen consciencia para una nueva oportunidad.
Para estudiar el destino hay que entender mucho sobre los temas de Dios. Recién leí experiencia con respecto a la devoción del purgatorio y ello dio a confirmar lo que el espiritualismo hoy día señala: el ángel de la guarda participa de la ejecución de este destino asumido. Si tenemos éxito, él vendrá a nuestro encuentro al final de nuestras vidas, caso contrario, seguiremos ciegos y apoyando el testimonio de los condenados que jamás han dicho que su ángel de la guarda, Dios o algún santo les ha amparado, por eso se atreven a arremeter contra la integridad y libertad del hombre para sacarse la agonía que para ellos es eterna.
Podría resumir a que todo esto de la marginalidad y lo aquí expuesto por mí entra dentro de una frase muy simple y popular que dice «andar alejado de Dios», y estas son las consecuencias de apartarse del camino de Dios. ¡Ojo! En criterios extensos, no hago exclusión de persona ya que todas las religiones fomentan una rectificación e instan a un buen vivir y observamos tamaño fracaso masivo dando fruto venenoso día con día. La salvación es un proceso personal, individual e independiente de credo.
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«Aparte del Espíritu protector ¿está unido un mal Espíritu a cada individuo, con miras a incitarlo al mal y darle ocasión de luchar entre el bien y el mal?
- "Unido" no es la palabra exacta. Bien es verdad que los malos Espíritus tratan de desviar del camino recto al hombre cuando se les presenta la oportunidad: pero si uno de ellos se apega a un individuo, lo hace por determinación propia, porque espera que el hombre le haga caso. Entonces se desarrolla una lucha entre el bueno y el malo, y la victoria corresponderá a aquel cuyo dominio el individuo entregue»
Libro de los Espíritus, cuestión 511.