Este es un tema inspirado por la reflexión que hace un palero en mi red social de Facebook titulado: ¿es el Nfumbe tu dios?
Reflexión sin mucho preámbulo o dilemas con argumentos explicativos al respecto, sólo unas preguntas sencillas: ¿usted pide al Nfumbe que le proteja o le enseña a protegernos?, ¿le pide le dé la salud o le enseña cómo curarnos y curar a otros?, ¿le suplica su intercesión o le ordena interceder?, ¿usted le pide guía al Nfumbe o usted guía al Nfumbe?... Una serie de preguntas que crean un diferencial entre lo que usualmente le pediríamos a un Espíritu que se ha desmaterializado y elevado, conquistando su parentesco con Dios a raíz de su cercanía a las regiones celestiales y que son llevados como referencia para hacer al Nfumbe figura de culto que recibe los mismos tributos y trato que Dios y los que se hayan anclados en la luz.
Me pareció interesante porque siempre leo a este palero cuyas convicciones son claras y ajenas a preconceptos mezclados. Parece que ha integrado su filosofía con sano juicio y hace un ejercicio del sentido común bastante digno. 2 líneas suelen ser sus escritos y de ellos derivan tesis enteras de filosofías y reflexiones orientadas hacia el campo religioso del Palo Monte.
Creí que era un planteamiento interesante. Por tal motivo lo dejo aquí brindando oportunidad a la participación de los usuarios y para mi enriquecimiento fruto de ese intercambio.
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«Aparte del Espíritu protector ¿está unido un mal Espíritu a cada individuo, con miras a incitarlo al mal y darle ocasión de luchar entre el bien y el mal?
- "Unido" no es la palabra exacta. Bien es verdad que los malos Espíritus tratan de desviar del camino recto al hombre cuando se les presenta la oportunidad: pero si uno de ellos se apega a un individuo, lo hace por determinación propia, porque espera que el hombre le haga caso. Entonces se desarrolla una lucha entre el bueno y el malo, y la victoria corresponderá a aquel cuyo dominio el individuo entregue»
Libro de los Espíritus, cuestión 511.