A estos yo los puedo curar, aquellos sólo la Medicina
Algunos testimonios cuentan que algunos médicos de los sanatorios de enfermedades consideradas mentales, como el de Jurujuba (Niterói), enviaban una relación de enfermos y la entidad, posiblemente el "Orixá Mallet", incorporado en Zélio, indicaba a los que efectivamente eran portadores de perturbaciones psíquicas y aquellos que eran calificados como obsesados por los maleficios de la baja magia, teniendo la posibilidad de cura inmediata, a través de los procedimientos ritualísticos preconizados por el Caboclo de las 7 Encrucijadas: "a estos, yo los puedo curar, pueden dirigirse a la residencia de mi aparato (caballo o médium). Los otros son realmente enfermos mentales, entonces la cura compete a la medicina vigente".
El Orixá Mallet, fue un importante Espíritu que descendió en tierra por la Umbanda en 1913, a través de Zélio de Moraes, cinco años después que el Caboclo de las 7 Encrucijadas haberse manifestado. Con el surgimiento del Espíritu Orixá Mallet, rápidamente él alcanzó lugar destacado en el panteón de la Umbanda, pasando a trabajar en los trabajos de desmanche (corte de brujería) y magia, y siendo respetado por las otras entidades del Sr. Zélio, el Pai Antonio y el propio Caboclo de las 7 Encrucijadas.
Trabaja con animales en sus trabajos, pero los mantenía vivos. De un temperamento fuerte, tanto podía promover materializaciones de mariposas, proteger palomas, como lanzar piedras en médiums, y cargar por medio kilómetro al Sr. Benjamim Figueiredo, que después de eso abrió la Tienda Mirim. Leal de Souza, en su libro, relata que en una reunión cerrada, con cerca de 20 personas, el Espíritu Orixá Mallet comenzó a trazar puntos en el suelo, y llevó la mano de él hasta ellos, y de allí se materializaron dos mariposas amarillas, en seguida tocó la mano del propio Leal de Souza depositando allí la tercera mariposa, diciendo que él vería la mariposa al llegar a su casa, y también en su trabajo. Y así fue, llegando tarde en la noche de los trabajos mediúmnicos, encontró la mariposa amarilla al llegar en casa, y en el día siguiente, dentro del local donde trabajaba, sus colegas, sorprendidos, constataron que una mariposa amarilla posaba sobre su cabeza.
En otra ocasión, a los márgenes del Río Macacú, fueron llevadas 2 palomas blancas, que las colocó el Orixá, como si las sujetara sobre un punto trazado en la arena, donde ellas se quedaron quietas, y comenzó a operar con fluidos eléctricos, para hacer llover. En medio de la tarea dijo: “las palomas no resisten a este trabajo. Vamos a pasarnos a otro rincón del río”. Las tomó, las encostó a las fuentes del médium, y alcanzándolas después, las soltó. Los 2 pájaros, en un vuelo blanquecino, se transpusieron al caudal, y cerraron las alas en el mismo árbol, poniéndose de lado a lado, en la misma rama. Pasada la lluvia que provocara, dijo: “vamos a buscar las palomas”. Llegando a la orilla del río, el Orixá con las manos levantadas, chocó las palmas y las 2 palomas recruzando las aguas, volvieron al punto trazado en la arena.
Sobre el episodio de la piedra, Juan Severino Ramos, dirigente de la Tienda San Jorge, una tienda más fundadas por el Caboclo de las 7 Encrucijadas, al hacer su primera visita a Zélio en Cachoeiras de Macacú, se mostraba escéptico e incrédulo, pidiendo pruebas para creer. El Orixá Mallet (de la vibración de Ogum) tomó una piedra a la orilla del río y acertó bien en el medio de la frente de Severino que cayó dentro de las aguas. La entidad prohibió a los amigos socorrerlo y pidió que esperasen. Minutos después Severino atravesó los márgenes del Río Macacú ya incorporado de Ogum Timbiri, con quien trabajaría en la tienda citada.
Claudio Zeus, explica en un estudio de la época, los hechos del Espíritu Orixá Mallet, que se consideraba un Orixá, una entidad de jerarquía superior y que representaba, en misiones especiales, de plazo variable, el alto jefe de su línea. Zeus relata todavía que en la línea de pensamiento de esta Umbanda original, los Orixás eran Espíritus humanos con ciertas peculiaridades en esencia, y no elementos o elementales de la Naturaleza, y siquiera ancestrales divinizados. La historia no registra cuando estos Espíritus que tanto actuaron en los principios de la Umbanda descendieron en tierra por última vez. Se sabe que el Espíritu Orixá Mallet era un Espíritu que agotaba las fuerzas del endeble cuerpo de su médium. Hablaba poco, casi solamente por gestos, o era el Pai Antonio quien traía sus órdenes y enseñanzas en los trabajos de demanda y establecimiento de disciplina. Fue la última entidad a manifestarse, y la primera en parar, a través del Sr. Zélio. Fue el Orixá Mallet quien trajo del astral la simbología de los puntos riscados en la Umbanda como magia, y, posteriormente como identificación de las entidades que se manifestaban, más allá de los punteros de acción para firmar los puntos de magia que eran riscados a través de la pemba.
Teniendo conocimientos de las fuerzas de la naturaleza, es responsable por introducir al culto de Umbanda las ofrendas para los Orixás, él también utilizaba estas comidas para desmanchar los trabajos de los que buscaban ayuda en la Tienda, más allá de algunos animales, siempre utilizados vivos en sus rituales, destruyendo energías maléficas de los que le procuraban.
El Orixá Mallet también era el responsable por la sesión de descarga de la Tienda Nuestra Señora de la Piedad, donde realizaba la limpieza de fluidos del espacio y de sus médiums. Esas sesiones ocurrían siempre a la víspera de la sesión del Caboclo de las 7 Encrucijadas donde venía a dar su doctrina.
Bajo la irradiación de Ogum, con la actuación e influencia del Espíritu Orixá Mallet, también se manifestó el Sr. Marabó, Exú de la corona del Sr. Zélio, que era cuidado por doña Zilca, hermana del Sr. Zélio. De ahí en adelante la línea de trabajo de los Exus se hizo efectiva de manera discreta en las Tiendas, y a lo poco fueron manifestándose más entidades de esta línea llamada de izquierda. Diferente de lo que muchos hablan, en la tienda fundada por el Sr. Zélio existen giras de Exus, pero estas son cerradas al público.
Orixá Mallet en su encarnación asiática
Orixá Mallet, representación como un Ogum
Comentarios finales
Es común en la Umbanda el trabajo dinámico con los elementos de la naturaleza no movidos por una tradición exclusiva sino por la diversidad de conocimientos y sus fundamentos traídos por las líneas de trabajo, especialmente las que conciernen a cada uno. Para los que no han participado de una gira o han visto la forma de actuar y trabajar las entidades la Umbanda es incomprensible porque en ella no se registran sensaciones parecidas a las registradas en otros cultos (amerindios y afrodescendientes). Ellos hablan con propiedad cuando están autentificados sino se trata de impostores ligados a individuos que nunca reunieron los requisitos meritorios para oficiar al frente de una labor umbandista.
Cuando yo participaba era muy común ver animales exóticos y domésticos a cada rincón que iba. Salía de la casa y de pronto un gato amarillo dorado como el mismo oro caminando por la caza; llegaba a cierto lugar y un lobo merodeaba y en las zonas de vegetación se veía inclusive lo que no he podido hasta ahora describir, quizá se traten de especies extintas. Pude ser participe del rito llevado a cabo por un Espíritu Orixá llamado Gagá, africano, donde los elementos se encarnaban a deseo de los médiums y revelaban cosas intimas del propio Espíritu donde pude encarnar un montón de animales. También es común visualizar Espíritus no humanizados, es decir, con apariencia natural muy parecidas al señor de los anillos. En la siguiente producción, la recreación del Orixá Ossanha fue lo que alcanzamos a ver varias personas (apariencia de roca y maderas con vegetación creciendo sobre él; media alrededor de 2 metros de altura por lo menos).
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«Aparte del Espíritu protector ¿está unido un mal Espíritu a cada individuo, con miras a incitarlo al mal y darle ocasión de luchar entre el bien y el mal?
- "Unido" no es la palabra exacta. Bien es verdad que los malos Espíritus tratan de desviar del camino recto al hombre cuando se les presenta la oportunidad: pero si uno de ellos se apega a un individuo, lo hace por determinación propia, porque espera que el hombre le haga caso. Entonces se desarrolla una lucha entre el bueno y el malo, y la victoria corresponderá a aquel cuyo dominio el individuo entregue»
Libro de los Espíritus, cuestión 511.