¡Hola Hermanito @Congo Nfinda! Creo que no hay mucho para agregar si @Espiritista hizo una síntesis impecable al respecto. Por criterio personal mi posición es a favor del propio libre albedrío, dentro del cual, indiferente de donde provenga el señalamiento es mal recibido; no obstante, todo lo que se dice merece un análisis crítico a fin de separar el trigo de la cizaña y no concluir en base a supuestos.
A mí también me pareció muy extraño ese tipo de conducta, sin embargo, logré entrever jocosidad y el típico estilo de cualquier venezolano de afirmar cosas en un contexto amenazador, ejemplo: es típico del venezolano decir que si vuelves a hacer determinada cosa le va a dar una paliza que va a dejar consecuencias del tipo 'quedar irreconocible, en coma, amnesia (no te vas a acordar de quién eres), etcétera'; y luego escucho a un chamarrero (y de hecho lo escuché) diciendo que cuando fulana de tal esté maldiciendo la va a hacer caerse y darse su buen coñazo con la finalidad de que deje de maldecir, sin embargo, aunque amenazador y en un contexto rígido que evalúa la moral uno podrá decir "este entonces no es bueno si hace eso", y sucede que fue más una afirmación que un hecho ya que nunca sucedió tal agresión física sino que parece haber sido un decir jocoso de quien intentaba afirmar que el hábito de maldecir era nocivo en esta persona pero que no me preocupe por ello.
Cosa distinta es la amenaza en sentido literal que procede de Espíritus dominadores de los cuales podemos cuestionar su veracidad. Solamente expondré 2 casos: 1, Muchacho que decide tomarse un descanso y le dicen que si los abandona le van a destruir la vida; 2, un Espíritu incorporado, comprobado, que solamente le faltó caerle a puñetazos a una persona porque esta se encontraba estancada en su desarrollo y en medio de una crisis en todos los campos de su vida, siendo parte de la corte que le representa, viene a suceder que lejos de recibir consuelo fue a recibir insultos y agresiones directas y no para ahí sino que además impuso que se le fuesen a comprar caprichos haciendo uso de un dinero que además de que era necesario, no le había pedido permiso a nadie, pues, era el dinero de la materia donde estaba incorporada pero como en primera instancia no se entendió cuando afirmó que la materia tenía dinero, tuvimos que nosotros hacer ese gasto para entender luego que se refirió al dinero de la materia en la que se encontraba, el cual estaba económicamente peor.
::☩☨☦✞†:: פרנסיסקו חאווייר ::†✞☦☨☩:: הלורד, ישו ומריה, המלאכים הם איתי.
Lo escrito aquí persigue un propósito ecuménico y fraterno, acatando el deber que con la difusión escrita tengo con el Bien Común, expresa en la siguiente cita:¿El escritor de determinada obra será juzgado por los efectos producidos por su labor intelectual en la Tierra?
El libro es igualmente como la siembra. El escritor correcto, sincero y bien intencionado es el labrador precavido que alcanzará la cosecha abundante y la elevada retribución de las leyes divinas a su actividad. El literato fútil, amigo de la insignificancia y de la vanidad, es como aquel trabajador ocioso y nulo que “siembra vientos para recoger tempestades”. Y el hombre de inteligencia que vende su pluma, su opinión y su pensamiento, en el mercado de la calumnia, del interés, de la ambición y de la maldad, es el agricultor criminal que humilla las posibilidades generosas de la Tierra, que roba a los vecinos, que no planta y no permite el desarrollo de la siembra ajena, cultivando espinos y agravando responsabilidades por las cuales responderá un día, cuando hubiera despedido la indumentaria del mundo, para comparecer ante las verdades del Infinito.
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«Aparte del Espíritu protector ¿está unido un mal Espíritu a cada individuo, con miras a incitarlo al mal y darle ocasión de luchar entre el bien y el mal?
- "Unido" no es la palabra exacta. Bien es verdad que los malos Espíritus tratan de desviar del camino recto al hombre cuando se les presenta la oportunidad: pero si uno de ellos se apega a un individuo, lo hace por determinación propia, porque espera que el hombre le haga caso. Entonces se desarrolla una lucha entre el bueno y el malo, y la victoria corresponderá a aquel cuyo dominio el individuo entregue»
Libro de los Espíritus, cuestión 511.