Hola Donell Méndez, ¡lamentable su perdida, suplicio con el que me identifico recientemente! creo que la respuesta de Espiritista ha sido muy adecuada según la situación expuesta por usted; yo simplemente puedo referir que, la perdida de un ser querido viene a ser una prueba muy dolorosa, donde es necesario invertir todos los esfuerzos que sean necesarios en salir adelante recordando que la vida continúa, y que como ya se dijo, enfocar esa atención desmedida sobre el que se fue genera una perturbación que muchas veces llega a obstaculizar el desprendimiento de esa alma del mundo físico, lo cual representa un resultado negativo considerando que, luego de quedarse atado al plano físico se pierde entre las tinieblas del astral vinculado a la esfera física que conocemos como bajo umbral o astral. A veces la Providencia dispone que la muerte de un ser querido ocurra en desconocimiento de los que lo quieren, distanciados del cuerpo para así permitir que pase un tiempo suficiente para desprender el espíritu de ese cuerpo que le sirvió durante la vida, siendo así que, la nostalgia no se convirtiera en motivo de turbación y pudieran retirarlo de la esfera física mucho antes de sufrir el golpe de las emociones desequilibradas humanas; hay que considerar que, el espíritu es más sensible a los aspectos sutiles de la vida, con ello, ese llanto derivado de la perdida se convierte en tormento que no consigue evitar. En base a ello, por caridad a su ser amado, y por deber dentro de su propia prueba debe invertir todo recurso para poderse levantar, dejar de atender aquellas actividades que le hagan decaer, y más allá de eso, aprender que se recuerda al ser amado con sonrisas y alegrías, con fe y firmeza entendiendo que el compañero camina junto a nosotros, pero en una dimensión diferente y por ello, sufre por nuestras aflicciones; la oración es buen aliado en éste proceso y el auxilio psicológico debe ser considerado ya que por el tiempo que se ha prolongado lo suyo cae dentro del "duelo patológico". Yo no le recomiendo continuar con la búsqueda de conversar con él, porque si bien Dios puede permitirlo, podría ocurrir que termine siendo engañado lo cual lejos de ayudarlo lo va a hundir mucho más, usted ni se imagina cómo gente inescrupulosa e incluso espíritus embusteros aprovechan estas oportunidades para reírse de la buena fe del que busca aliviar sus penas; si ya usted lo vio en sueños tenga entonces certeza de su presencia, y si se manifiesta alguna vez en una sesión espiritista, dé gracias a Dios por la concesión, mas, no se encapriche con lo que debe llegar fruto de un gesto divino. Yo perdí un ser querido a principio de año cuya ausencia aún no me creo, su muerte fue conocida ya cuando su cuerpo estaba desecho a los pocos días, su cuerpo nunca recibió el rito fúnebre ni su familia tuvo la oportunidad de llorar cerca de sus restos; envuelto en el dilema de por qué persona tan buena tuvo esa muerte en esas condiciones me trajo a colación la intuición de que, habiendo sido tan bueno, llegó su momento de morir (el cual había sido anunciado) y ¿qué merecimiento tenía esa persona de sufrir los tormentos de la gente que dejó aquí? considerando los días que pasaron antes de enterarnos de la noticia, muy probablemente ya él estaba bastante lejos de nosotros por el mérito que acumuló teniendo una vida tan ejemplar.
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«Aparte del Espíritu protector ¿está unido un mal Espíritu a cada individuo, con miras a incitarlo al mal y darle ocasión de luchar entre el bien y el mal?
- "Unido" no es la palabra exacta. Bien es verdad que los malos Espíritus tratan de desviar del camino recto al hombre cuando se les presenta la oportunidad: pero si uno de ellos se apega a un individuo, lo hace por determinación propia, porque espera que el hombre le haga caso. Entonces se desarrolla una lucha entre el bueno y el malo, y la victoria corresponderá a aquel cuyo dominio el individuo entregue»
Libro de los Espíritus, cuestión 511.