Escrito por el periodista y escritor venezolano Ralph Alpizar.
Desde México me escribe José García con la siguiente pregunta:
Tengo un 7 Rayo desde hace diez años y siempre me ha caminado bien, es pequeño y quien me lo “fundamento” no le puso 21 palos, ni herraduras, ni clavos de línea y ni siguiera tierras de muchos sitios porque decida que no lo llevaba. El otro día le di un toque de cajón y un tata que participo lo vio y me dijo que no estaba completo porque le faltaban muchas cosas, yo respeto la opinión del tata, pero también a mi padrino y me ha surgido una duda ¿Cómo saber si mi nganga está bien fundamentada?
Estimado lector,
Su pregunta es algo compleja de responder, aun así le daré algunas ideas que quizás le ayuden a comprender mejor el universo de la nganga y la relación con su eficacia o inutilidad en su uso.
Una nganga es principalmente un entorno propicio para un “espíritu” que por ella “vibra”, por ese motivo no todas las nganga se “fundamenta” de igual forma ni poseen los mismos ingredientes aunque estén asociadas a un mismo “mpungu”. No existen en la Regla de Palo Monte formulas únicas sobre cómo debe “fundamentarse” una nganga, ni cuáles deben ser sus componentes más allá de algunos elementos que les son comunes a todas las nganga dedicada a un mismo “mpungu”. Esto es porque los ingredientes principales de una nganga se derivan varios factores. El primero e ineludible es la propia indicación del “espíritu” que por ella “vibrara” él cual puede imponer para su acomodo elementos que incluso pueden ser no tan ortodoxos pero que de alguna forma “vibran” con él y le hacen más propicio. Y por supuesto los elementos relacionados con el “pacto-mágico” que le da autoridad al tata-nganga sobre ese “espíritu-sirviente”.
Otro es la experiencia del tata-nganga que “fundamenta” la nganga. Y también los “tratados secretos” de cada linaje o muna-nso que hacen de sus nganga y “misterios” muy especiales según sea su tradición y no necesariamente idénticos a otros del mismo genero de “mpungu”. Basados en estos criterios, no se puede saber si una nganga está bien o mal “fundamentada” por el simple hecho de que no tenga, el palo tal, o mas cual elemento, una nganga puede ser una piedra sin más “carga” que la energía que de ella emana o como la famosa nganga de Ta Marcelino (conocido como Marcelino el de la finca) era una tinaja de 5cm de alto completamente vacía y él aseguraba que en ella vivía un “espíritu” al cual cuando lo invocaba se le oía bramar desde dentro de la tinaja, esto no me lo conto nadie lo presencie yo y doy fe de ello.
El razonamiento del ngangulero sigue criterios diferentes, ejemplo de estos es una vivencia personal que le cuento a modo de explicarle cuan compleja puede ser la respuesta a su pregunta. Conocí en Matadi (población fronteriza entre Angola y la Republica del Congo) a un nganga nkisi que tenía un collar al cual atribuía mucho poder que está compuesto con tapas de botellas de whisky ante mi curiosidad por no ser un collar convencional, con dientes de animales, semillas o cuentas de colores que es lo más habitual, le pregunte qué significaba ello y de donde provenía ese supuesto poder que él le atribuía su respuesta fue desconcertante, pero muy apegada a lo que es el razonamiento del bakongo. […“el whisky, es bebida de ricos de los que tiene poder por lo que está en contacto con aquellos que tiene dinero y fortuna porque aquí (se refiere a su probado de Matadi) es muy, pero que muy caro, usted ve todas estas tapas, son botellas de whisky que me he bebido traídas por “pacientes” a los que he curado y muestran cuan rico soy, no encontrara a nadie con un collar así, por eso tiene mucho poder, así mismo como causo curiosidad en usted, lo hace en todas las personas que lo ven, ¡ves como tiene poder de influir en tu mente! y hasta de hablar contigo y preguntarte que significa”…].
No se deje guiar por quienes en su ignorancia de los cultos afrocubanos de origen bakongo buscan sentenciar que una unganga está bien o mal “fundamentada” por su apariencia o siguiendo estereotipos absurdos que no se apegan a la praxis de la religión.
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Desde México me escribe José García con la siguiente pregunta:
Tengo un 7 Rayo desde hace diez años y siempre me ha caminado bien, es pequeño y quien me lo “fundamento” no le puso 21 palos, ni herraduras, ni clavos de línea y ni siguiera tierras de muchos sitios porque decida que no lo llevaba. El otro día le di un toque de cajón y un tata que participo lo vio y me dijo que no estaba completo porque le faltaban muchas cosas, yo respeto la opinión del tata, pero también a mi padrino y me ha surgido una duda ¿Cómo saber si mi nganga está bien fundamentada?
Estimado lector,
Su pregunta es algo compleja de responder, aun así le daré algunas ideas que quizás le ayuden a comprender mejor el universo de la nganga y la relación con su eficacia o inutilidad en su uso.
Una nganga es principalmente un entorno propicio para un “espíritu” que por ella “vibra”, por ese motivo no todas las nganga se “fundamenta” de igual forma ni poseen los mismos ingredientes aunque estén asociadas a un mismo “mpungu”. No existen en la Regla de Palo Monte formulas únicas sobre cómo debe “fundamentarse” una nganga, ni cuáles deben ser sus componentes más allá de algunos elementos que les son comunes a todas las nganga dedicada a un mismo “mpungu”. Esto es porque los ingredientes principales de una nganga se derivan varios factores. El primero e ineludible es la propia indicación del “espíritu” que por ella “vibrara” él cual puede imponer para su acomodo elementos que incluso pueden ser no tan ortodoxos pero que de alguna forma “vibran” con él y le hacen más propicio. Y por supuesto los elementos relacionados con el “pacto-mágico” que le da autoridad al tata-nganga sobre ese “espíritu-sirviente”.
Otro es la experiencia del tata-nganga que “fundamenta” la nganga. Y también los “tratados secretos” de cada linaje o muna-nso que hacen de sus nganga y “misterios” muy especiales según sea su tradición y no necesariamente idénticos a otros del mismo genero de “mpungu”. Basados en estos criterios, no se puede saber si una nganga está bien o mal “fundamentada” por el simple hecho de que no tenga, el palo tal, o mas cual elemento, una nganga puede ser una piedra sin más “carga” que la energía que de ella emana o como la famosa nganga de Ta Marcelino (conocido como Marcelino el de la finca) era una tinaja de 5cm de alto completamente vacía y él aseguraba que en ella vivía un “espíritu” al cual cuando lo invocaba se le oía bramar desde dentro de la tinaja, esto no me lo conto nadie lo presencie yo y doy fe de ello.
El razonamiento del ngangulero sigue criterios diferentes, ejemplo de estos es una vivencia personal que le cuento a modo de explicarle cuan compleja puede ser la respuesta a su pregunta. Conocí en Matadi (población fronteriza entre Angola y la Republica del Congo) a un nganga nkisi que tenía un collar al cual atribuía mucho poder que está compuesto con tapas de botellas de whisky ante mi curiosidad por no ser un collar convencional, con dientes de animales, semillas o cuentas de colores que es lo más habitual, le pregunte qué significaba ello y de donde provenía ese supuesto poder que él le atribuía su respuesta fue desconcertante, pero muy apegada a lo que es el razonamiento del bakongo. […“el whisky, es bebida de ricos de los que tiene poder por lo que está en contacto con aquellos que tiene dinero y fortuna porque aquí (se refiere a su probado de Matadi) es muy, pero que muy caro, usted ve todas estas tapas, son botellas de whisky que me he bebido traídas por “pacientes” a los que he curado y muestran cuan rico soy, no encontrara a nadie con un collar así, por eso tiene mucho poder, así mismo como causo curiosidad en usted, lo hace en todas las personas que lo ven, ¡ves como tiene poder de influir en tu mente! y hasta de hablar contigo y preguntarte que significa”…].
No se deje guiar por quienes en su ignorancia de los cultos afrocubanos de origen bakongo buscan sentenciar que una unganga está bien o mal “fundamentada” por su apariencia o siguiendo estereotipos absurdos que no se apegan a la praxis de la religión.
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Yo vengo de todas partes,
Y hacia todas partes voy:
Arte soy entre las artes,
En los montes, monte soy.
Yo sé los nombres extraños
De las yerbas y las flores,
Y de mortales engaños,
Y de sublimes dolores.
(José Martí, 1891, Cuba)
Y hacia todas partes voy:
Arte soy entre las artes,
En los montes, monte soy.
Yo sé los nombres extraños
De las yerbas y las flores,
Y de mortales engaños,
Y de sublimes dolores.
(José Martí, 1891, Cuba)