El magnetismo del baño – por André Luiz
El poder del agua
El poder del agua
El contacto del agua en el cuerpo provoca un estímulo magnético que recurre todo el organismo, dejándolo calmado, y preparándolo para el sueño reparador o para las luchas de cada día.
El baño diario, cuando encuentra en la mente apoyo, se vuelve un pase.
Más allá de las virtudes curativas del agua, injertarse fluidos magnéticos, de acuerdo con la irradiación del alma.
La disciplina de los pensamientos es una fuente de bienestar en la hora de la higiene del instrumento carnal.
En el instante del baño es preciso que se entienda la necesidad de la alegría, que nuestro pensamiento sustente el amor, hasta un sentimiento de gratitud al agua que nos sirve de higiene. Visualícela, más allá del agua que cae en profusión, cómo fluidos espirituales bañando todo su ser.
El impulso de esta energía destapa en nuestro íntimo el recuerdo de la fe, de la esperanza, de la solidaridad, del contentamiento y del trabajo.
Por este motivo, baño y pase, conjugados, son una magia divina al alcance de nuestras manos.
La ducha sería como un médium del agua y esta el fluido que vivifica el cuerpo.
Se podría vincular el baño al pase, y él podrá ser una transfusión de energías electromagnéticas, dependiendo del modo por el cual nosotros pensamos mientras nos bañamos.
Una mente ordenada en la alta disciplina y por la concentración, en segundos, seleccionará en su alrededor, gran cantidad de magnetismo espiritual y los adicionará, por la voluntad, en el agua que le sirve de vehículo de limpieza física, pasando a ser útil en la higiene psíquica.
¡Observen que, al tomar baño, nos sentimos conmovidos, al punto de volvernos cantores!
Y la alegría deriva de la esperanza en la llegada del agua, que es portadora de los fluidos espirituales que les son ajustados por bendición del amor.
El hogar es nuestro nido acogedor, y en él existen espíritus de gran elevación, cuya dedicación y cariño con la familia nos mostrará como Dios es bueno.
Esa asistencia alcanza, igualmente, las cosas materiales, desde la armonización hasta la preparación de las aguas que nos sirven.
¿Cuántas enfermedades surgen y desaparecen sin que la propia familia se concientice de eso?
Y la misericordia del Señor por los emisarios de Jesús, operando en la dimensión oculta para los hombres, y encargados de asistir el hogar.
Ellos colocan fluidos apropiados en las aguas para el baño, y en las que bebemos.
Y, cuando ellos encuentran disposiciones mentales favorables, se alegran por la gran eficiencia del trabajo.
En la hora de las comidas, es sagrado y conveniente que las conversaciones sean agradables y positivas.
En el momento del baño, es preciso que ayudemos con pensamientos nobles y oraciones para que tengamos manos más eficientes operando en nuestro favor.
Si quisiéramos cantidad mayor de oxigeno nitrogenado, basta pensar firmemente que estamos recibiendo estos elementos, y la naturaleza nos dará esto, con abundancia.
Es el “pedid y se os dará”, del Cristo.
Y, con el tiempo, estaremos maestros en esta operación que puede ser considerada una alquimia.
La alegría tiene también bases físicas.
Un cuerpo sano nos proporcionará facilidades para expresar el amor.
Cuando toma su café por la mañana, tome convencido (a) de que está absorbiendo, juntamente con los ingredientes materiales, la porción de fluidos curativos, de modo a desembarazar todo el miasma pesado que impide el flujo de la fuerza vital en su cuerpo y salga de la mesa dispuesto (a) para el trabajo, como también para la vida.
Despídase de su familia con cariño y atención, y deje que vean el brillo optimista en sus ojos, de manera a alegrar a todos que lo aman; así, ellos le transmitirán las emociones que usted mismo despertó en ellos y esto le hará mucho bien.
Acuérdese de que un vaso con agua que tome, donde quiera que sea, puede ser tomado y sentido como un baño y pase internos.
No se olvide de beberlo con alegría y amor, recordando con gratitud de quién le dio esa agua tan necesaria, pues si ella viene rica de dones espirituales, aumentará su conexión con el divino poder interno.
Es muy bueno estar consciente a cada cosa que nos ocurre y estar agradecido, sintiéndose bendecido (a) y lleno (a) de amor.
La consciencia, la gratitud y el amor son dos caminos paralelos, que la felicidad recorre con alegría.
André Luiz
El baño diario, cuando encuentra en la mente apoyo, se vuelve un pase.
Más allá de las virtudes curativas del agua, injertarse fluidos magnéticos, de acuerdo con la irradiación del alma.
La disciplina de los pensamientos es una fuente de bienestar en la hora de la higiene del instrumento carnal.
En el instante del baño es preciso que se entienda la necesidad de la alegría, que nuestro pensamiento sustente el amor, hasta un sentimiento de gratitud al agua que nos sirve de higiene. Visualícela, más allá del agua que cae en profusión, cómo fluidos espirituales bañando todo su ser.
El impulso de esta energía destapa en nuestro íntimo el recuerdo de la fe, de la esperanza, de la solidaridad, del contentamiento y del trabajo.
Por este motivo, baño y pase, conjugados, son una magia divina al alcance de nuestras manos.
La ducha sería como un médium del agua y esta el fluido que vivifica el cuerpo.
Se podría vincular el baño al pase, y él podrá ser una transfusión de energías electromagnéticas, dependiendo del modo por el cual nosotros pensamos mientras nos bañamos.
Una mente ordenada en la alta disciplina y por la concentración, en segundos, seleccionará en su alrededor, gran cantidad de magnetismo espiritual y los adicionará, por la voluntad, en el agua que le sirve de vehículo de limpieza física, pasando a ser útil en la higiene psíquica.
¡Observen que, al tomar baño, nos sentimos conmovidos, al punto de volvernos cantores!
Y la alegría deriva de la esperanza en la llegada del agua, que es portadora de los fluidos espirituales que les son ajustados por bendición del amor.
El hogar es nuestro nido acogedor, y en él existen espíritus de gran elevación, cuya dedicación y cariño con la familia nos mostrará como Dios es bueno.
Esa asistencia alcanza, igualmente, las cosas materiales, desde la armonización hasta la preparación de las aguas que nos sirven.
¿Cuántas enfermedades surgen y desaparecen sin que la propia familia se concientice de eso?
Y la misericordia del Señor por los emisarios de Jesús, operando en la dimensión oculta para los hombres, y encargados de asistir el hogar.
Ellos colocan fluidos apropiados en las aguas para el baño, y en las que bebemos.
Y, cuando ellos encuentran disposiciones mentales favorables, se alegran por la gran eficiencia del trabajo.
En la hora de las comidas, es sagrado y conveniente que las conversaciones sean agradables y positivas.
En el momento del baño, es preciso que ayudemos con pensamientos nobles y oraciones para que tengamos manos más eficientes operando en nuestro favor.
Si quisiéramos cantidad mayor de oxigeno nitrogenado, basta pensar firmemente que estamos recibiendo estos elementos, y la naturaleza nos dará esto, con abundancia.
Es el “pedid y se os dará”, del Cristo.
Y, con el tiempo, estaremos maestros en esta operación que puede ser considerada una alquimia.
La alegría tiene también bases físicas.
Un cuerpo sano nos proporcionará facilidades para expresar el amor.
Cuando toma su café por la mañana, tome convencido (a) de que está absorbiendo, juntamente con los ingredientes materiales, la porción de fluidos curativos, de modo a desembarazar todo el miasma pesado que impide el flujo de la fuerza vital en su cuerpo y salga de la mesa dispuesto (a) para el trabajo, como también para la vida.
Despídase de su familia con cariño y atención, y deje que vean el brillo optimista en sus ojos, de manera a alegrar a todos que lo aman; así, ellos le transmitirán las emociones que usted mismo despertó en ellos y esto le hará mucho bien.
Acuérdese de que un vaso con agua que tome, donde quiera que sea, puede ser tomado y sentido como un baño y pase internos.
No se olvide de beberlo con alegría y amor, recordando con gratitud de quién le dio esa agua tan necesaria, pues si ella viene rica de dones espirituales, aumentará su conexión con el divino poder interno.
Es muy bueno estar consciente a cada cosa que nos ocurre y estar agradecido, sintiéndose bendecido (a) y lleno (a) de amor.
La consciencia, la gratitud y el amor son dos caminos paralelos, que la felicidad recorre con alegría.
André Luiz
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«Aparte del Espíritu protector ¿está unido un mal Espíritu a cada individuo, con miras a incitarlo al mal y darle ocasión de luchar entre el bien y el mal?
- "Unido" no es la palabra exacta. Bien es verdad que los malos Espíritus tratan de desviar del camino recto al hombre cuando se les presenta la oportunidad: pero si uno de ellos se apega a un individuo, lo hace por determinación propia, porque espera que el hombre le haga caso. Entonces se desarrolla una lucha entre el bueno y el malo, y la victoria corresponderá a aquel cuyo dominio el individuo entregue»
Libro de los Espíritus, cuestión 511.