La teoría afirma que el trabajo con los "muertos" es una misión de suma relevancia puesto que postula a los individuos para que promuevan la evolución y disciplina a los espíritus menos evolucionados. Hoy en día, al igual que en tiempos muy remotos se hace muy común la deidificación de los espíritus incluso que carezcan de evolución alguna, eso no favorece la tarea de enseñarles la disciplina necesaria para promover su propio equilibrio y evolución espiritual por lo que con el tiempo la persona y el "muerto" pasan a unirse demasiado, el desencarnado emana sus fluidos enfermizos que se van ligando a la persona oscureciendo su aura por completo, con el tiempo surgen por afinidad situaciones afines a ese tipo de atmósfera como son las carencias económicas, problemas afectivos, enfermedades, etc., que son naturales cuando se tiene una capsula de energías densas que impiden que la persona esté en contacto con la luz y energías más sutiles que mejoren su vida en todos los aspectos, encarnado y desencarnado no evolucionan y mientras el panorama es así el "muerto" exige su manutención lo cual le fortalece su magnetismo y lo aísla de las situaciones humillantes pero puesto que lidiar con "muertos" no es un juego al desencarnar el individuo se encuentra cara a cara con aquel que tenía que salir del agujero pero apenas se dedicó a cubrir los caprichos de una persona que por no haber aprendido nada, nada le pudo enseñar. Es lo común; ahora que estoy en el Centro Espirita donde el ambiente se llena de este tipo de espíritus es que comprendo por experiencia directa cuanto pueden modificar la vida de una persona cuando no se les lleva con disciplina por el camino deseado; muchos autores han hablado sobre eso, entre ellos Ramatís en el libro Magia de Redención en el capitulo Los Males del Vampirismo y André Luiz en toda su serie de libros que narran sus experiencias con los equipos espirituales, Angelo Ignacio por medio de Robson Pinheiro en Aruanda describe más específicamente su experiencia en el bajo astral con los equipos espirituales de la Umbanda y las consecuencias de los errores cometidos por personas que aceptaron el compromiso de promover la evolución de los "muertos" mientras evolucionaban ellos a su vez ayudando a otros pero hicieron lo que generalmente hacen todos, adorar a los "muertos".
Los "muertos" son muy astutos, lidiar con ellos es sumamente complicado desde que son traicioneros y tienen malos hábitos, generan malas energías por lo que se requiere de una mayor capacidad para moverse en este ambiente de lo que se exige para moverse en otros más sutiles, en otras palabras, este es el ambiente para aquellos que conocen y se han especializado en la corrección de los espíritus de poca evolución. Cuando la persona los quiere malcriar ellos no dicen que no; vanidosos, orgullosos, rebeldes... están dispuestos a convertirse en reyes puesto que es lo que su concepto de ellos mismos les dice es lo correcto y cuando la persona se lo dice a diario por medio de la alabanza se convierte en un vicio que le trae grandes perjuicios a la persona y al "muerto" puesto que ese concepto lo hará querer imponerse a los demás.
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«Aparte del Espíritu protector ¿está unido un mal Espíritu a cada individuo, con miras a incitarlo al mal y darle ocasión de luchar entre el bien y el mal?
- "Unido" no es la palabra exacta. Bien es verdad que los malos Espíritus tratan de desviar del camino recto al hombre cuando se les presenta la oportunidad: pero si uno de ellos se apega a un individuo, lo hace por determinación propia, porque espera que el hombre le haga caso. Entonces se desarrolla una lucha entre el bueno y el malo, y la victoria corresponderá a aquel cuyo dominio el individuo entregue»
Libro de los Espíritus, cuestión 511.