Algunos muertos más venerados por los venezolanos en los cementerios.
Mucha gente en Venezuela cree que la santidad no sólo la otorga la Iglesia ni se la merecen solo aquellos que tuvieron una vida sin manchas.
También considera que los milagros son más que la curación de enfermedades terribles y que conseguir marido o tener un buen hurto pueden estar en su rosario de peticiones.
Ellos piensan que a punta de fe y ofrendas lograrán lo que quieren de personas que, hace no mucho tiempo, murieron trágicamente.
Una de esas creyentes es María Custodia Guerrero, colombiana con más de 20 años en Venezuela, quien pasa todos los días a rezarle a su paisana Anunciación Orduz de Ochoa, una de las muertas milagrosas más famosas del país, en el cementerio municipal de San Cristóbal.
A Anunciación, una obrera que ayudaba a pobres y enfermos, María Custodia le debe haber conseguido trabajo en los baños del cementerio (para limpiarlos y colocar el papel), justo cuando empezaba a tener que pedir limosna.
Aunque Anunciación es su ánima favorita, en su recorrido por el cementerio aprovecha para rezarle también a Luis Alberto Méndez, quien en vida fue un malandro apodado 'Cabeza de Hacha' y a Francisco Carrero, el 'soldado caído'.
Los fieles de estas ánimas especiales les rinden culto, les construyen capillas, les llevan flores y placas de aluminio. Dependiendo del milagro, los agradecimientos se concretan en medallas, diplomas, casitas de madera y hasta velos de novia. Al momento de pedir, la ofrenda es más bien para agradarlos: les dejan agua, cigarrillos, cerveza o solo flores y velas.
Tanto regalo perfuma las tumbas con el olor dulzón del crisantemo que les llevan los creyentes, que sin falta deben también rezar tres padrenuestros y tres avemarías. Si necesitan 'acelerar' el milagro, les mandan a hacer misa.
La creencia de los venezolanos en los muertos milagrosos ha sido estudiada. La historiadora Francisca Rangel, de la Universidad de Los Andes, hizo un recorrido por el país y consiguió 14, dos de ellos nacidos en Colombia.
Todos, sin excepción, tuvieron muertes trágicas. Anunciación Orduz fue acribillada por su esposo a puñaladas en 1944 y Miguel Antonio Palencia, quien en vida fue alcohólico y buen vallenatero, fue arrollado por un camión.
"Esas muertes horribles tocan la fibra espiritual de las personas -explica Rangel-. Eso hace que, inconscientemente, busquen retribuir al personaje en algo, rescatarlo de esa muerte o de la mala vida que llevó. La sociedad reconoce que el hombre es un ser dual: está poseído por el bien y por el mal. Pero una vez traspasado el umbral de la muerte, se consagra".
Ese rescate basado en la oración puede o no ser retribuido por el ánima aludida, pero el sólo acto de rezar genera en las personas una familiaridad con el milagroso, que las hace sentirse protegidas.
Ana Mary Gómez, otra colombiana, ve a Anunciación como su mamá. "Converso con ella como si estuviera aquí conmigo -dice-. Uno le cuenta la historia y como que lo escucha a uno, alivia dolores y preocupaciones".
Para Rangel, esta es la explicación clásica de por qué surgen estas figuras: las personas excluidas (los más pobres y marginados) son las que de alguna manera canonizan a estos muertos: "No encuentran en los espacios formales las mejores condiciones para vivir, y eso hace que empiecen a crear mitos y lleguen a reestructurar sus creencias".
Sin embargo, hay muertos milagrosos que han conseguido fieles entre personas de clase media y alta.
La diferencia entre los milagrosos y otras figuras de culto como María Lionza -quien, por cierto, tiene dos cortes de colombianos en Venezuela- es que ésta es objeto de rituales de santería, invocaciones con médium y ritos como lectura de caracoles o tabacos.
Los milagrosos son objeto de cultos menos complicados. A ellos solo se les hacen misas y ofrendas en los viejos cementerios, plagados de efigies y esculturas que les dan a sus muertos un aire que parece permitir los milagros.
'Machera', el malandro bueno para todo
Luis Enrique Cerrada Molina, alias 'Machera', es el milagroso más famoso de Venezuela. Fue un reconocido malandro comparado con Robin Hood, asesinado por la policía de 78 balazos cuando tenía 21 años (en 1977) en el estado Mérida.
Su tumba es un verdadero depósito de centenares de placas de agradecimiento, que su madre, Rosa Molina, cuida celosamente todas las tardes, mientras fuma su tabaco y recibe la interminable fila de personas que van a rezarle a su hijo.
El culto a 'Machera' es tal que hasta se venden pequeños bustos de cerámica con su figura (cuestan 50 mil bolívares, unos 23 dólares) y estampitas con el ritual de rezo que se debe seguir para conseguir el milagro.
Alba -no quiso decir su apellido- lo cumplió al pie de la letra y, según dice, se ganó un triple de lotería cuya ganancia compartió con la mamá de 'Machera', porque esa fue su promesa.
Dicen que 'Machera' es "bueno para todo", pero es visitado especialmente por estudiantes y, cuando no hay mucha gente, por ladrones que piden la salida de sus amigos de la cárcel o tener un "buen hurto".
Otros famosos
Victoriano Ponce. Venezolano. Es "el santo de las casitas" porque ayuda a conseguir vivienda.
María Francia. Venezolana. Como murió mordida por una culebra que le regaló una rival el día de su boda, quienes más le rezan son las mujeres que quieren conseguir esposo o resolver problemas conyugales. Reposa en Caracas.
Miguel Antonio Palencia. Colombiano. Murió atropellado. Como le gustaba beber, le dejan botellas de cerveza. "Es bueno para todo lo bueno", dice Ángel Fuente, enterrador del cementerio de El Vigía, Mérida.
Luis Alberto Méndez, alias 'Cabeza de Hacha'. Venezolano. Era delincuente y fue acribillado a balazos. Le piden mucho los malandros y otras personas para que los proteja de ellos. Reposa en San Cristóbal.
Mucha gente en Venezuela cree que la santidad no sólo la otorga la Iglesia ni se la merecen solo aquellos que tuvieron una vida sin manchas.
También considera que los milagros son más que la curación de enfermedades terribles y que conseguir marido o tener un buen hurto pueden estar en su rosario de peticiones.
Ellos piensan que a punta de fe y ofrendas lograrán lo que quieren de personas que, hace no mucho tiempo, murieron trágicamente.
Una de esas creyentes es María Custodia Guerrero, colombiana con más de 20 años en Venezuela, quien pasa todos los días a rezarle a su paisana Anunciación Orduz de Ochoa, una de las muertas milagrosas más famosas del país, en el cementerio municipal de San Cristóbal.
A Anunciación, una obrera que ayudaba a pobres y enfermos, María Custodia le debe haber conseguido trabajo en los baños del cementerio (para limpiarlos y colocar el papel), justo cuando empezaba a tener que pedir limosna.
Aunque Anunciación es su ánima favorita, en su recorrido por el cementerio aprovecha para rezarle también a Luis Alberto Méndez, quien en vida fue un malandro apodado 'Cabeza de Hacha' y a Francisco Carrero, el 'soldado caído'.
Los fieles de estas ánimas especiales les rinden culto, les construyen capillas, les llevan flores y placas de aluminio. Dependiendo del milagro, los agradecimientos se concretan en medallas, diplomas, casitas de madera y hasta velos de novia. Al momento de pedir, la ofrenda es más bien para agradarlos: les dejan agua, cigarrillos, cerveza o solo flores y velas.
Tanto regalo perfuma las tumbas con el olor dulzón del crisantemo que les llevan los creyentes, que sin falta deben también rezar tres padrenuestros y tres avemarías. Si necesitan 'acelerar' el milagro, les mandan a hacer misa.
La creencia de los venezolanos en los muertos milagrosos ha sido estudiada. La historiadora Francisca Rangel, de la Universidad de Los Andes, hizo un recorrido por el país y consiguió 14, dos de ellos nacidos en Colombia.
Todos, sin excepción, tuvieron muertes trágicas. Anunciación Orduz fue acribillada por su esposo a puñaladas en 1944 y Miguel Antonio Palencia, quien en vida fue alcohólico y buen vallenatero, fue arrollado por un camión.
"Esas muertes horribles tocan la fibra espiritual de las personas -explica Rangel-. Eso hace que, inconscientemente, busquen retribuir al personaje en algo, rescatarlo de esa muerte o de la mala vida que llevó. La sociedad reconoce que el hombre es un ser dual: está poseído por el bien y por el mal. Pero una vez traspasado el umbral de la muerte, se consagra".
Ese rescate basado en la oración puede o no ser retribuido por el ánima aludida, pero el sólo acto de rezar genera en las personas una familiaridad con el milagroso, que las hace sentirse protegidas.
Ana Mary Gómez, otra colombiana, ve a Anunciación como su mamá. "Converso con ella como si estuviera aquí conmigo -dice-. Uno le cuenta la historia y como que lo escucha a uno, alivia dolores y preocupaciones".
Para Rangel, esta es la explicación clásica de por qué surgen estas figuras: las personas excluidas (los más pobres y marginados) son las que de alguna manera canonizan a estos muertos: "No encuentran en los espacios formales las mejores condiciones para vivir, y eso hace que empiecen a crear mitos y lleguen a reestructurar sus creencias".
Sin embargo, hay muertos milagrosos que han conseguido fieles entre personas de clase media y alta.
La diferencia entre los milagrosos y otras figuras de culto como María Lionza -quien, por cierto, tiene dos cortes de colombianos en Venezuela- es que ésta es objeto de rituales de santería, invocaciones con médium y ritos como lectura de caracoles o tabacos.
Los milagrosos son objeto de cultos menos complicados. A ellos solo se les hacen misas y ofrendas en los viejos cementerios, plagados de efigies y esculturas que les dan a sus muertos un aire que parece permitir los milagros.
'Machera', el malandro bueno para todo
Luis Enrique Cerrada Molina, alias 'Machera', es el milagroso más famoso de Venezuela. Fue un reconocido malandro comparado con Robin Hood, asesinado por la policía de 78 balazos cuando tenía 21 años (en 1977) en el estado Mérida.
Su tumba es un verdadero depósito de centenares de placas de agradecimiento, que su madre, Rosa Molina, cuida celosamente todas las tardes, mientras fuma su tabaco y recibe la interminable fila de personas que van a rezarle a su hijo.
El culto a 'Machera' es tal que hasta se venden pequeños bustos de cerámica con su figura (cuestan 50 mil bolívares, unos 23 dólares) y estampitas con el ritual de rezo que se debe seguir para conseguir el milagro.
Alba -no quiso decir su apellido- lo cumplió al pie de la letra y, según dice, se ganó un triple de lotería cuya ganancia compartió con la mamá de 'Machera', porque esa fue su promesa.
Dicen que 'Machera' es "bueno para todo", pero es visitado especialmente por estudiantes y, cuando no hay mucha gente, por ladrones que piden la salida de sus amigos de la cárcel o tener un "buen hurto".
Otros famosos
Victoriano Ponce. Venezolano. Es "el santo de las casitas" porque ayuda a conseguir vivienda.
María Francia. Venezolana. Como murió mordida por una culebra que le regaló una rival el día de su boda, quienes más le rezan son las mujeres que quieren conseguir esposo o resolver problemas conyugales. Reposa en Caracas.
Miguel Antonio Palencia. Colombiano. Murió atropellado. Como le gustaba beber, le dejan botellas de cerveza. "Es bueno para todo lo bueno", dice Ángel Fuente, enterrador del cementerio de El Vigía, Mérida.
Luis Alberto Méndez, alias 'Cabeza de Hacha'. Venezolano. Era delincuente y fue acribillado a balazos. Le piden mucho los malandros y otras personas para que los proteja de ellos. Reposa en San Cristóbal.