(LA SIKANEKUE -NASAKO-) ORIGEN DEL CULTO A EKUE EN LA SOCIEDAD ABAKUÁ
Por: Lydia cabrera “LA SOCIEDAD SECRETA ABAKUÁ”
¿Enéwe afokánko Ndibó Múna Ekue?
¿Quién dio poder al cuero para atraer al Espíritu?
Otan burámba Ekue amanayin Nasakó Umpábio.
Nasakó con el poder de su brujería y su talismán.
La figura más importante de la Sociedad Abakuá, quien le da el ser, su creador, es sin asomo de duda la de Nangobié Nasakó, Nasakó a secas, el Adivino, el Brujo, como le llaman los faramán Ekue, los hombres de Ekue.
“Porque aquel era el brujo más poderoso de Etié Poripó Korombán”.[1]
Son muchos sus apelativos. En cada uno de los acontecimientos esenciales de esta historia de los orígenes abakuá, recibe un título que alude a su actuación, “a lo que estaba haciendo entonces”.
Nangobié de Efor es el primero de los Nasakó. El arquetipo. Todas las demás agrupaciones que participaron del Secreto, es decir, que se unieron por la iniciación a los Efor, tenían sus Nasakó, sus propios hechiceros. Pero todos recibieron sus instrucciones, en lo que se refiere a los misterios abakuás.
Nangobié organizó la liturgia de esta sociedad que fue obra suya: “vio hasta lo más mínimo que iba a suceder cuando nada había sucedido”.
Sikán permanecía prisionera en Eriongo,[2] en la selva, severamente guardada por Nasakó. Pero Sikán, espiada, incomunicada siente un terror profundo en el escondite del brujo. A veces alcanza a ver los rostros graves de los hombres más venerables de la tribu que van a reunirse con Nasakó. Otras, le llegan de un sordo murmullo, fragmentos de palabras, y sabe, su corazón le dice que aquellos largos parlamentos a media voz, se refieren a ella, a lo que le ocurrió en el río, al misterioso bramido, a su Güira, que Nasakó tomó en sus manos con tanta reverencia. Y un día Sikán, que permanece muda, conminada a no hablar, detentora de un secreto inexplicado, rompe el silencio y grita:
«—”¡La voluntad de Abasí me dio lo que me han quitado! Eso es mío…”
El Pescado vivió algún tiempo —Tánze subusu— callado en la güira siempre cubierta por nandibá fisi,[3] negándose a tomar el alimento que le ofrecía Nasakó.[4]
Cuando Iya Asísírán,[5] cuando murió el pez, que no podía permanece cautivo, murió materialmente —nkanúfe—[6] cuando su cuerpo dejó de moverse y quedó inerte en el fondo de amalogró;[7] cuando sus grandes agallas no se abrían y cerraban respirando, y su Espíritu, (el de Obón Tánze) por una perla de agua subió y escapó al aire libre, Nasakó consultó a Mañongo Mpabío que confirmó la muerte. Entonces, el Adivino pensó en hacer el Objeto sagrado, el Fundamento, donde el Espíritu volviera a fijarse y resonara su Voz.
Nasakó llamó a sus siete kunansa, ayudantes, los “limpió”, purificó —Berúma—[8] con sus siete yerbas profilácticas, cuatro de las cuales, las más sagradas son “las yerbas blancas”, —cogollo de Ceiba— úkano— espiga de Palma, bunéku, u otandikué, alba-haca blanca— brandi— y escoba amarga —ifan—. Con un manojo compuesto con estas siete yerbas, (“Sángabarán Ekue Nasakó nawenbán”)[9] los asperjó con las Aguas benditas —de río y de coco— que contenían sus fuerzas y las de otros tantos árboles sagrados, —anamabó, anamabó—[10] los sahumó con el humo santo del incienso de costa quemado, —sáumio[11] —lúbrica menanko
mbara kaume[12] y por último, con un gallo, nkiko ndina [13] que apoyó en sus cabezas describió una cruz y los “despojó” pasándoles el ave por todo el cuerpo, comenzando desde los hombros. —¡Sapará panyógo![14] (“¡que se vaya lo malo!”) Limpios, llevaron el cuerpo del Pez al río, al elemento que engendró su forma. Allí le quitaron el cuero y Nasakó lo extendió sobre Oroña Kamba,[15] una piedra plana que halló en la orilla. Oroña Kamba Iyá Kondondó:[16] “tendido el cuero de Tánze sobre la piedra, secó al sol”.
ijeyeí! Munandibó[17] ijeyeí! Munandibó, ohl munandibó,
Jeyei mbario,[18] Eforisisi Iya Eribé maka tereré
Sanga baroko mo famba…[19]
Otro kunánsa quemaba la yerba mágica depurante, y otro tocaba el Ekón…
Continuara…
[1] “De la tierra africana”. Etié: tierra. Poripó: “se le dice a Africa”. Korombán: costa. (“Etie poripó mbo mipó, significa tierra de blancos”).
[2] Lugar escondido,’ oscuro. “Eriongo, el lugar donde escondieron el Pez”, y donde estuvo Sikán bajo la vigilancia de Nasakó. De ahí que se llame Irión, eriongo, al ángulo en el fambá en que se oculta a Ekue.
[3] Abrojo de la orilla. (Nandibá: orilla. Fisí: abrojo).
[4] “Lo quería alimentar con majúas. Pero Tánze no comía”.
[5] “Morir Tánze”, “al morir el Pez”.
[6] Morir. Se murió. “Unos dicen que Nasakó mató a Tánze para arrancarle el cuero y hacer la Brujería —Otan Efó— pero Tánze murió de muerte natural, o por su voluntad, y en su elemento.”
[7] La calabaza o güiro.
[8] Beruma: purificación, “limpieza”. Ya se nos explicará detalladamente el rito de la purificación de los objetos sagrados que practica el Nasakó. Y de los neófitos.
[9] Nasakó purificando.
[10] Es la frase que repite el Nasakó cuando asperja, “limpia”, a los que van a ser iniciados.
[11] Nombre que se da al incienso y a la mirra.
[12] Que disipa toda influencia nociva. “Nubiká menanko beruma sese: tiene el poder de llevarse lo malo, de despojar de todo mal”.
[13] Purificación, despojo que se practica con un gallo, el cual absorbe las máculas que pueden quedar en un individuo anteriormente purificado por las yerbas.
[14] Literalmente: vaya al Diablo: Diablo: Nyogoro.
[15] “Oroña Okambo: la piedra vieja”. Simbólicamente, y en memoria de los orígenes del Abakuá, una piedra figura en todos los Famba de las Potencias de ñañigos.
[16] “Sobre una piedra tendieron el cuero del Pez”.
[17] lAtencion! Cuero divino.
[18] Idem.
[19] Eforisisi: brujería. Iya. pez, Eribe: sagrado. Maka tereré: poderoso. Sanga baroko: llevarlo a la ceremonia. Mofamba: el cuarto secreto.
Por: Lydia cabrera “LA SOCIEDAD SECRETA ABAKUÁ”
¿Enéwe afokánko Ndibó Múna Ekue?
¿Quién dio poder al cuero para atraer al Espíritu?
Otan burámba Ekue amanayin Nasakó Umpábio.
Nasakó con el poder de su brujería y su talismán.
La figura más importante de la Sociedad Abakuá, quien le da el ser, su creador, es sin asomo de duda la de Nangobié Nasakó, Nasakó a secas, el Adivino, el Brujo, como le llaman los faramán Ekue, los hombres de Ekue.
“Porque aquel era el brujo más poderoso de Etié Poripó Korombán”.[1]
Son muchos sus apelativos. En cada uno de los acontecimientos esenciales de esta historia de los orígenes abakuá, recibe un título que alude a su actuación, “a lo que estaba haciendo entonces”.
Nangobié de Efor es el primero de los Nasakó. El arquetipo. Todas las demás agrupaciones que participaron del Secreto, es decir, que se unieron por la iniciación a los Efor, tenían sus Nasakó, sus propios hechiceros. Pero todos recibieron sus instrucciones, en lo que se refiere a los misterios abakuás.
Nangobié organizó la liturgia de esta sociedad que fue obra suya: “vio hasta lo más mínimo que iba a suceder cuando nada había sucedido”.
Sikán permanecía prisionera en Eriongo,[2] en la selva, severamente guardada por Nasakó. Pero Sikán, espiada, incomunicada siente un terror profundo en el escondite del brujo. A veces alcanza a ver los rostros graves de los hombres más venerables de la tribu que van a reunirse con Nasakó. Otras, le llegan de un sordo murmullo, fragmentos de palabras, y sabe, su corazón le dice que aquellos largos parlamentos a media voz, se refieren a ella, a lo que le ocurrió en el río, al misterioso bramido, a su Güira, que Nasakó tomó en sus manos con tanta reverencia. Y un día Sikán, que permanece muda, conminada a no hablar, detentora de un secreto inexplicado, rompe el silencio y grita:
«—”¡La voluntad de Abasí me dio lo que me han quitado! Eso es mío…”
El Pescado vivió algún tiempo —Tánze subusu— callado en la güira siempre cubierta por nandibá fisi,[3] negándose a tomar el alimento que le ofrecía Nasakó.[4]
Cuando Iya Asísírán,[5] cuando murió el pez, que no podía permanece cautivo, murió materialmente —nkanúfe—[6] cuando su cuerpo dejó de moverse y quedó inerte en el fondo de amalogró;[7] cuando sus grandes agallas no se abrían y cerraban respirando, y su Espíritu, (el de Obón Tánze) por una perla de agua subió y escapó al aire libre, Nasakó consultó a Mañongo Mpabío que confirmó la muerte. Entonces, el Adivino pensó en hacer el Objeto sagrado, el Fundamento, donde el Espíritu volviera a fijarse y resonara su Voz.
Nasakó llamó a sus siete kunansa, ayudantes, los “limpió”, purificó —Berúma—[8] con sus siete yerbas profilácticas, cuatro de las cuales, las más sagradas son “las yerbas blancas”, —cogollo de Ceiba— úkano— espiga de Palma, bunéku, u otandikué, alba-haca blanca— brandi— y escoba amarga —ifan—. Con un manojo compuesto con estas siete yerbas, (“Sángabarán Ekue Nasakó nawenbán”)[9] los asperjó con las Aguas benditas —de río y de coco— que contenían sus fuerzas y las de otros tantos árboles sagrados, —anamabó, anamabó—[10] los sahumó con el humo santo del incienso de costa quemado, —sáumio[11] —lúbrica menanko
mbara kaume[12] y por último, con un gallo, nkiko ndina [13] que apoyó en sus cabezas describió una cruz y los “despojó” pasándoles el ave por todo el cuerpo, comenzando desde los hombros. —¡Sapará panyógo![14] (“¡que se vaya lo malo!”) Limpios, llevaron el cuerpo del Pez al río, al elemento que engendró su forma. Allí le quitaron el cuero y Nasakó lo extendió sobre Oroña Kamba,[15] una piedra plana que halló en la orilla. Oroña Kamba Iyá Kondondó:[16] “tendido el cuero de Tánze sobre la piedra, secó al sol”.
ijeyeí! Munandibó[17] ijeyeí! Munandibó, ohl munandibó,
Jeyei mbario,[18] Eforisisi Iya Eribé maka tereré
Sanga baroko mo famba…[19]
Otro kunánsa quemaba la yerba mágica depurante, y otro tocaba el Ekón…
Continuara…
[1] “De la tierra africana”. Etié: tierra. Poripó: “se le dice a Africa”. Korombán: costa. (“Etie poripó mbo mipó, significa tierra de blancos”).
[2] Lugar escondido,’ oscuro. “Eriongo, el lugar donde escondieron el Pez”, y donde estuvo Sikán bajo la vigilancia de Nasakó. De ahí que se llame Irión, eriongo, al ángulo en el fambá en que se oculta a Ekue.
[3] Abrojo de la orilla. (Nandibá: orilla. Fisí: abrojo).
[4] “Lo quería alimentar con majúas. Pero Tánze no comía”.
[5] “Morir Tánze”, “al morir el Pez”.
[6] Morir. Se murió. “Unos dicen que Nasakó mató a Tánze para arrancarle el cuero y hacer la Brujería —Otan Efó— pero Tánze murió de muerte natural, o por su voluntad, y en su elemento.”
[7] La calabaza o güiro.
[8] Beruma: purificación, “limpieza”. Ya se nos explicará detalladamente el rito de la purificación de los objetos sagrados que practica el Nasakó. Y de los neófitos.
[9] Nasakó purificando.
[10] Es la frase que repite el Nasakó cuando asperja, “limpia”, a los que van a ser iniciados.
[11] Nombre que se da al incienso y a la mirra.
[12] Que disipa toda influencia nociva. “Nubiká menanko beruma sese: tiene el poder de llevarse lo malo, de despojar de todo mal”.
[13] Purificación, despojo que se practica con un gallo, el cual absorbe las máculas que pueden quedar en un individuo anteriormente purificado por las yerbas.
[14] Literalmente: vaya al Diablo: Diablo: Nyogoro.
[15] “Oroña Okambo: la piedra vieja”. Simbólicamente, y en memoria de los orígenes del Abakuá, una piedra figura en todos los Famba de las Potencias de ñañigos.
[16] “Sobre una piedra tendieron el cuero del Pez”.
[17] lAtencion! Cuero divino.
[18] Idem.
[19] Eforisisi: brujería. Iya. pez, Eribe: sagrado. Maka tereré: poderoso. Sanga baroko: llevarlo a la ceremonia. Mofamba: el cuarto secreto.