Por José González Muñoz
1.La Rueda Visual es el centro del poder mental. Así como el desarrollo positivo de este centro da iluminación mental al ser, su acción negativa se transforma en verdadero azote y tortura.
2.Los ejercicios que llevarán al dominio de la mente, aunque no a su liberación, son los siguientes:
3.1° Con el cuerpo extendido en el suelo y la cabeza ligeramente levantada, las manos colocadas debajo de los testículos o sobre el pubis, respirando rítmicamente, fijará el estudiante sus ojos, sin pestañear, sobre el ombligo.
4.2° Sentado cómodamente, con las manos sobre las rodillas, los pulgares unidos con los índices, fijará la vista sobre un tablero negro, en el cual hay un círculo de diversos colores, que forman espiraloides.
5.3° En la misma postura del 2° ejercicio, pero con los ojos cerrados, el estudiante se forjará las imágenes de las distintas Ruedas Etéreas y procurará que el pensamiento permanezca fijo, durante una hora, sobre la imagen formada, sobre la flor elegida. Luego pasará a otra.
6.4° Se practicará exactamente como el tercer ejercicio, con la diferencia que se permanecerá con los ojos abiertos, observando la imagen de una de las flores etéreas, dibujada sobre un cartón blanco.
7.5° En una postura elegida por el estudiante para su comodidad, bien cerrados los ojos, procurará ver una luminosidad con la mente, hasta tal punto de sugestión, que se sienta absorbido y abismado en ella.
8.6° Se practicará como el ejercicio 5°, pero imaginando en lugar de la luminosidad, la oscuridad más profunda y completa, y se pronunciará repetidamente las sílabas Ha y Ksha.
1.La Rueda Visual es el centro del poder mental. Así como el desarrollo positivo de este centro da iluminación mental al ser, su acción negativa se transforma en verdadero azote y tortura.
2.Los ejercicios que llevarán al dominio de la mente, aunque no a su liberación, son los siguientes:
3.1° Con el cuerpo extendido en el suelo y la cabeza ligeramente levantada, las manos colocadas debajo de los testículos o sobre el pubis, respirando rítmicamente, fijará el estudiante sus ojos, sin pestañear, sobre el ombligo.
4.2° Sentado cómodamente, con las manos sobre las rodillas, los pulgares unidos con los índices, fijará la vista sobre un tablero negro, en el cual hay un círculo de diversos colores, que forman espiraloides.
5.3° En la misma postura del 2° ejercicio, pero con los ojos cerrados, el estudiante se forjará las imágenes de las distintas Ruedas Etéreas y procurará que el pensamiento permanezca fijo, durante una hora, sobre la imagen formada, sobre la flor elegida. Luego pasará a otra.
6.4° Se practicará exactamente como el tercer ejercicio, con la diferencia que se permanecerá con los ojos abiertos, observando la imagen de una de las flores etéreas, dibujada sobre un cartón blanco.
7.5° En una postura elegida por el estudiante para su comodidad, bien cerrados los ojos, procurará ver una luminosidad con la mente, hasta tal punto de sugestión, que se sienta absorbido y abismado en ella.
8.6° Se practicará como el ejercicio 5°, pero imaginando en lugar de la luminosidad, la oscuridad más profunda y completa, y se pronunciará repetidamente las sílabas Ha y Ksha.