REGLAS PARA LA MAGIA
Por el Maestro Tibetano Djwhal Khul
REGLA UNO
El Ángel Solar se recoge en sí mismo, no disipa su fuerza, sino que en profunda meditación se comunica con su reflejo.
REGLA DOS
Cuando la sombra ha respondido, el trabajo prosigue en profunda meditación. La luz inferior es proyectada hacia arriba; la luz superior ilumina a los tres, y el trabajo de los cuatro prosigue.
REGLA TRES
La Energía circula. El punto de luz, producto de la labor de los cuatro, crece y aumenta. Miríadas se reúnen en torno de su calor resplandeciente, hasta que merma su luz y su fuego disminuye. Después será emitido el segundo sonido.
REGLA CUATRO
El sonido, la luz, la vibración y la forma se entremezclan y fusio¬nan, y así el trabajo es uno. Prosigue de acuerdo a la ley, y nada puede impedir que avance el trabajo. El hombre respira profundamente. Concentra sus fuerzas y arroja de sí la forma mental.
REGLA CINCO
Tres cosas preocupan al Ángel Solar antes de que la envoltura creada descienda; la condición de las aguas, la seguridad de aquél que así crea y la constante contemplación. De ese modo están aliados para el triple servicio, el corazón, la garganta y el ojo.
REGLA SEIS
Cuando el ojo se abre, los devas de los cuatro inferiores sienten la fuerza, son expulsados y pierden a su amo.
REGLA SIETE
Las fuerzas duales son vistas en el plano donde debe descubrirse el poder vital; los dos senderos enfrentan al Ángel Solar; los polos vibran. Aquél que medita debe hacer una elección.
REGLA OCHO
Los Agnisurias responden al sonido. El flujo y el reflujo de las aguas. Que el mago cuide de no ahogarse en el punto donde la tierra y el agua se unen. El punto medio, que no es seco ni húmedo, debe proporcionar el lugar donde él asiente sus pies. Donde se unen el agua, la tierra y el aire, ése es el lugar en que debe hacerse el trabajo mágico.
REGLA NUEVE
Después sobreviene la condensación. El fuego y las aguas se en¬cuentran; la forma se dilata y crece. Que el mago ubique su forma en el sendero apropiado.
REGLA DIEZ
A medida que las aguas bañan la forma creada, éstas son absorbidas y utilizadas. La forma acrecienta su fuerza; que el mago continúe hasta que su trabajo sea suficiente. Que los constructores ex¬ternos cesen su trabajo y los constructores internos inicien su ciclo.
REGLA ONCE
Aquel que trabaja con la ley, tiene ahora que llevar a cabo tres cosas: Primeramente, descubrir la fórmula que confine las vidas dentro de la muralla esferoidal; luego, pronunciar las palabras que le expresen a esas vidas qué deben hacer y dónde llevar lo que ha sido hecho; finalmente, pronunciar la frase mística que lo salvaguardará de su trabajo.
REGLA DOCE
La trama palpita. Se contrae y dilata. Que el mago se apodere del punto medio a fin de liberar a esos "prisioneros del planeta" cuya nota está correcta y exactamente afinada con aquello que debe ser hecho.
REGLA TRECE
El mago debe reconocer a los cuatro; observar en su trabajo el tono violeta que evidencian, y así construir la sombra. Cuando esto ocurre, la sombra se reviste a sí misma y los cuatro se convierten en siete.
REGLA CATORCE
El sonido aumenta. Se acerca la hora del peligro para el alma valerosa. Las aguas no han dañado al creador blanco y nada puede ahogarlo ni mojarlo. Ahora amenaza el peligro del fuego y de las llamas, sin embargo se observa tenuemente el humo que se eleva. Que él, después del ciclo de paz, acuda nuevamente al Ángel Solar.
Por el Maestro Tibetano Djwhal Khul
REGLA UNO
El Ángel Solar se recoge en sí mismo, no disipa su fuerza, sino que en profunda meditación se comunica con su reflejo.
REGLA DOS
Cuando la sombra ha respondido, el trabajo prosigue en profunda meditación. La luz inferior es proyectada hacia arriba; la luz superior ilumina a los tres, y el trabajo de los cuatro prosigue.
REGLA TRES
La Energía circula. El punto de luz, producto de la labor de los cuatro, crece y aumenta. Miríadas se reúnen en torno de su calor resplandeciente, hasta que merma su luz y su fuego disminuye. Después será emitido el segundo sonido.
REGLA CUATRO
El sonido, la luz, la vibración y la forma se entremezclan y fusio¬nan, y así el trabajo es uno. Prosigue de acuerdo a la ley, y nada puede impedir que avance el trabajo. El hombre respira profundamente. Concentra sus fuerzas y arroja de sí la forma mental.
REGLA CINCO
Tres cosas preocupan al Ángel Solar antes de que la envoltura creada descienda; la condición de las aguas, la seguridad de aquél que así crea y la constante contemplación. De ese modo están aliados para el triple servicio, el corazón, la garganta y el ojo.
REGLA SEIS
Cuando el ojo se abre, los devas de los cuatro inferiores sienten la fuerza, son expulsados y pierden a su amo.
REGLA SIETE
Las fuerzas duales son vistas en el plano donde debe descubrirse el poder vital; los dos senderos enfrentan al Ángel Solar; los polos vibran. Aquél que medita debe hacer una elección.
REGLA OCHO
Los Agnisurias responden al sonido. El flujo y el reflujo de las aguas. Que el mago cuide de no ahogarse en el punto donde la tierra y el agua se unen. El punto medio, que no es seco ni húmedo, debe proporcionar el lugar donde él asiente sus pies. Donde se unen el agua, la tierra y el aire, ése es el lugar en que debe hacerse el trabajo mágico.
REGLA NUEVE
Después sobreviene la condensación. El fuego y las aguas se en¬cuentran; la forma se dilata y crece. Que el mago ubique su forma en el sendero apropiado.
REGLA DIEZ
A medida que las aguas bañan la forma creada, éstas son absorbidas y utilizadas. La forma acrecienta su fuerza; que el mago continúe hasta que su trabajo sea suficiente. Que los constructores ex¬ternos cesen su trabajo y los constructores internos inicien su ciclo.
REGLA ONCE
Aquel que trabaja con la ley, tiene ahora que llevar a cabo tres cosas: Primeramente, descubrir la fórmula que confine las vidas dentro de la muralla esferoidal; luego, pronunciar las palabras que le expresen a esas vidas qué deben hacer y dónde llevar lo que ha sido hecho; finalmente, pronunciar la frase mística que lo salvaguardará de su trabajo.
REGLA DOCE
La trama palpita. Se contrae y dilata. Que el mago se apodere del punto medio a fin de liberar a esos "prisioneros del planeta" cuya nota está correcta y exactamente afinada con aquello que debe ser hecho.
REGLA TRECE
El mago debe reconocer a los cuatro; observar en su trabajo el tono violeta que evidencian, y así construir la sombra. Cuando esto ocurre, la sombra se reviste a sí misma y los cuatro se convierten en siete.
REGLA CATORCE
El sonido aumenta. Se acerca la hora del peligro para el alma valerosa. Las aguas no han dañado al creador blanco y nada puede ahogarlo ni mojarlo. Ahora amenaza el peligro del fuego y de las llamas, sin embargo se observa tenuemente el humo que se eleva. Que él, después del ciclo de paz, acuda nuevamente al Ángel Solar.
Última edición por MAGOESOTÉRICO el Dom Ago 12, 2012 5:35 pm, editado 1 vez