El “Cuchillo mágico de poder”, posee una antigua historia. No es utilizado simplemente como instrumento de corte, tiene la facultad de direccionar la energía generada durante los ritos, sacrificios y encantamientos. Raramente es utilizado para invocar o llamar a las deidades, pues es un instrumento de mando y manipulación de “fuerzas”.
Todas las hojas de metal que se utilizan en la magia, simbolizan la parte masculina del universo, su opuesto es el caldero o copa, encarnando el complemento del universo masculino-femenino, como una metáfora simbólica de la reproducción, asociando el cuchillo al falo y la copa o el caldero a la matriz.
Un cuchillo es una herramienta de ceremonia en los rituales de ocultismo. El principal uso del cuchillo del mago, es para abrir y cerrar el círculo de protección dentro del cual se realiza el propio ritual o hechizo.
El cuchillo ritual del sacerdote o mago, está asociado al elemento Aire y también al Fuego en donde se ha forjado. Por el mismo material del que está fabricado, es además símbolo de la fuerza, la persistencia y la inflexibilidad. Su forma remite al principio masculino activo de transformación.
Personifica el cuchillo la fuerza, el poder, la luz y orgullo; asociado a la parte masculina del universo y a los elementos aire y fuego, en donde dirige y canaliza, además de trazar la forma del conjuro o rito.
Todas las hojas de metal que se utilizan en la magia, simbolizan la parte masculina del universo, su opuesto es el caldero o copa, encarnando el complemento del universo masculino-femenino, como una metáfora simbólica de la reproducción, asociando el cuchillo al falo y la copa o el caldero a la matriz.
Un cuchillo es una herramienta de ceremonia en los rituales de ocultismo. El principal uso del cuchillo del mago, es para abrir y cerrar el círculo de protección dentro del cual se realiza el propio ritual o hechizo.
El cuchillo ritual del sacerdote o mago, está asociado al elemento Aire y también al Fuego en donde se ha forjado. Por el mismo material del que está fabricado, es además símbolo de la fuerza, la persistencia y la inflexibilidad. Su forma remite al principio masculino activo de transformación.
Personifica el cuchillo la fuerza, el poder, la luz y orgullo; asociado a la parte masculina del universo y a los elementos aire y fuego, en donde dirige y canaliza, además de trazar la forma del conjuro o rito.