Sobre todo la adulación, he visto personas con tan baja autoestima que tienen que hacer uso de la adulación a cada rato y a cada momento para conseguir cualquier cosa; pero bueno, eso está en la personalidad de cada quien; pero habrá que tratar de ayudarles. No obstante, les diré que tales personas van por muy mal camino y nunca pero nunca dejarás de ser quienes son, por mucho que traten de aparentar otra cosa.
Mire les diré algo sobre tales actuaciones:
La murmuración no edifica nada: lo que hace es destruir. Murmurar es propio de la gente impía; si murmuramos estamos alterando la paz; la murmuración nos aleja de Dios bastante; la murmuración proviene enteramente de Satanás; Satanás se regocija cuando estamos murmurando.
En la exageración hay mentira porque no se está diciendo la verdad tal como es exactamente, sino que se le agrega o se le quita. La exageración conviene a los negros intereses de Satanás, le cae muy bien; No se agrada Dios con la exageración porque no se dice la verdad tal como debe ser.
El rey Salomón habla mucho de los habladores de tonterías y necios; es mucho el daño que hacen los charlatanes con su lengua; el charlatán “presta” su lengua para que el diablo la use de mil maneras; el charlatán ocupa todo el día hablando sus necedades; Dios está al lado de los que hablan discretamente y evitan a todo costo la charlatanería; como dice la Biblia: En la mucha palabra no falta pecado, y así es la charlatanería.
La calumnia por su parte, es un pecado tan grande, que deja consecuencias duraderas; la calumnia se puede perdonar, pero no se puede borrar nunca lo calumniado; la calumnia es propia de un corazón altamente depravado; la calumnia la empleó Satanás desde el principio de su rebelión; la calumnia la emplea Satanás contra Dios continuamente; la calumnia es típica de Satanás y el que se acostumbra a ello, está muy de acuerdo con el diablo.
Es bien sabido, que la maledicencia tiene su móvil en la envidia contra alguien. Si alabamos sin fingimiento las virtudes de alguien, combatiremos firmemente el pecado de maledicencia. El cristiano genuino no la lleva con la maledicencia, antes, por el contrario, la rechaza. Los cristianos no podemos tolerar ni un segundo el pecado de maledicencia. A Satanás le viene como anillo al dedo, la persona que practica la maledicencia. Satanás pone en juego la maledicencia para provocar el pleito entre la gente. En cuanto tengamos oportunidad, reprendamos severamente a quien practica la maledicencia.
Por otro lado la Ira es la pasión que mueve a indignación, enojo e insolencias. Satanás manifiesta su ira través de la persona iracunda. El iracundo descarga su ira contra alguien sin motivo alguno.
La Mordacidad en cambio es la crítica llena de malignidad. La mordacidad nunca puede ser una crítica constructiva, sino una critica llena de maldad. Todos lo que siguen la mordacidad, están haciendo la obra de Satanás. La persona que se acostumbra a la mordacidad, hace mucho daño en el mundo. Con palabras mordaces se destruye mucho bien. Satanás está encima de su gente, atizándolas a que digan palabras mordaces. Una sola palabra malintencionada, ya está llena de mordacidad. Son malvados, los que se entregan a la mordacidad. Solamente Dios le puede poner freno a la mordacidad.
Pero la Adulación es la alabanza con fin interesado. La adulación es una alabanza falsa con la que se pretende conseguir falsamente algunos bienes, premios o favores. No tengas confianza en el adulador, sus palabras son vanas y engañosas. La adulación es un pecado muy común entre la gente, no te fíes del adulador. El adulador, al punto, da a conocer sus intenciones. El adulador, después que consigue lo que le interesa, ya no vuelve más. En manos de Satanás, el adulador tiene un empleo específico muy bueno en los trabajos del diablo. No es raro, que el adulador sea también un gran mentiroso.
La Intriga es el manejo secreto para obtener algún fin, ya sea chismeando, ya sea embrollando. En la intriga no hay ningún escrúpulo para cometer pecados. Detrás de la intriga, está Satanás, atizando y atizando. Por supuesto, que en la intriga hay chismes, envidia, calumnias, odio, líos, egoísmo, avaricia. Es bien sabido que el intrigante maquina sus planes hasta conseguir lo que desea. La intriga es el método que utiliza Satanás para promover el pleito y fomentar la guerra. Seamos muy conformes con lo que tenemos, y así evitaremos la intriga.
De manera que es recomendable ir por la cera del frente sin tanto tapujos, cuando varios se agrupen para enfrentar lo que solos no pueden, pecan de inmadurez, falta de seriedad y debilidad espiritual, solo daría pie para demostrar lo insignificantes que son, los temerosos y desvalidos espiritualmente, aún cuando aparenten ser algo más; ya que la gente sabe, la gente no es tonta, la genta sabe lo que pasa en el actuar de cada quien; que presionan y manipulan a quien se deje manipular para lograr un resultado, es otra cosa; cavan mas su propia tumba. Por tanto, es mejor quitarse la máscara y decir cuál es el problema espiritual que le aflige, de repente se les puede ayudar, a menos que su arrogancia tampoco se los permita.
Por otra parte les digo, no se escondan y por ningún motivo se les ocurra enviar pregoneros o mandaderos, se debe dar la cara siempre y decir lo que se siente; qué es lo que preocupa; hay que dejar de ser farsantes y no aparentar lo que no se es, a la final todo se sabe y todos se darán cuenta de las intenciones; se sabrá quienes son, pero sobre todo quién es; pues siempre se trata de un principal con todos esos vicios y debilidades que manipula mentes débiles para lograr sus objetivos y toma a otros como fieles mandaderos para lograr su cometido.
Por ello, aún cuando cometamos algunos de estos pecados, podemos corregirlos y así nos sentiremos mucho mejor con nosotros mismos y dejaremos de ser esclavos de la mente perniciosa del demonio que tratará cada vez más de manipularnos. Por eso Hermanos y Hermanas, es bueno sentirse bien con uno mismo, la oración será más plena y certera y sabremos que Dios nos escucha porque no está bravo o molesto con nosotros por incurrir en algunos o varios de esos pecados.