DR. JOSÉ GREGORIO HERNÁNDEZ
Este famoso médico ocupa un puesto muy importante en la religiosidad popular. Para muchos venezolanos es "su" santo de devoción especial, protector de su casa y de su familia. Es el único muerto milagroso reconocido por la Iglesia Católica, porque desde hace muchos años se está haciendo un esfuerzo para lograr la canonización de este personaje.
Aunque su imagen no se encuentra todavía en los templos católicos al lado de los otros santos, la estatua de José Gregorio Hernández fué colocada en la entrada de la iglesia parroquial en Isnotú, pueblo natal del médico. Este templo fué construido con las ofrendas de los numerosos peregrinos que diariamente visitan esta aldea trujillana en los andes venezolanos, La tumba del doctor se encuentra en la actualidad en la iglesia de la Plaza Candelaria de Caracas, donde fue trasladado el ataúd hace algunos años desde el Cementerio Principal del Sur.
Cierto es, que hoy en día el médico es el "santo" más venerado de los pobres y ricos en todo el territorio nacional. Su culto se desarrollo como los cultos a otras ÁNIMAS, a nivel local, inmediatamente después de su muerte, que ocurrió trágicamente en 1918, convirtiéndose pronto en fenómeno nacional e internacional. Hernández era un hombre muy devoto y humilde, hijo de un farmacéutico andino, que practicaba medicina en los pueblos aislados de los andes. Con muchos sacrificios estudió medicina en la Universidad de Caracas y más tarde en París, con una beca del gobierno venezolano. Dos veces Hernández trato de entrar en un convento y hacerse sacerdote, pero sus colegas de la universidad le llamaron para seguir con sus labores científicas. Nunca se casó. Su fama como científico aumentó, trabajó en las clínicas y aulas de la universidad. Al mismo tiempo mantuvo por su propia cuenta un dispensario para los pobres de Caracas, donde no cobraba por la atención médica prestada. Murió, atropellado por un automóvil.
Inmediatamente después de su fallecimiento, los fieles pacientes empezaron a visitar su tumba, para pedir curaciones milagrosas. La leyenda cuenta de muchos milagros ocurridos, sin embargo, la Iglesia no reconoció estos milagros como auténticos.
Los enfermos que visitaban la tumba, tocaron la piedra con los remedios comprados en la farmacia o preparados en la casa, para que las fuerzas curativas del médico penetraran en el brebaje. Los adeptos cuentan que Hernández se les aparece en sueños para dar consejos con respecto a la salud, para diagnosticar y recetar. A menudo los que curan "milagrosamente" hacen peregrinaciones a Isnotú, donde dejan ofrendas, colocan placas y toman un baño en una laguna cercana. Para pagar promesas, ofrecen velas y flores en su tumba, pagan para misas y publican un aviso de agradecimiento en los periódicos.
Desde hace diez años la tumba se encuentra en el atrio de la iglesia de La Candelaria detrás de unas fuertes rejas. Los fieles dejan cartas, flores y velas. Otros van al Cementerio del Sur para rezar en el lugar donde Hernández estaba enterrado anteriormente; dicen que la tierra está todavía llena de su fuerza en este lugar.
Hace más de veinte años empezó el proceso para lograr la beatificación del médico milagroso. Obtuvo el título "Siervo de Dios" y recientemente es considerado "Venerable". Hoy en día la Iglesia Católica no reconoce la autenticidad de cualquier "milagro" atribuido a un "santo popular" y así el proceso de canonización es muy largo y se lleva a cabo sólo después de escrutinio muy cuidadoso.
Sin embargo, para el pueblo venezolano José Gregorio es un verdadero santo ya desde hace muchos años. Muchas farmacias, tiendas y dispensarios llevan su nombre. Su estatua nunca falta en los altares de los campesinos. Los conductores de vehículos llevan su imagen en el carro o autobús para protegerse contra accidentes de tránsito. En las "perfumerías" (tiendas que venden toda clase de objetos usados en ritos mágicos y de curación) se venden oraciones impresas, carnets de protección con su imagen, velones especiales, "milagritos" (ex-votos) y estatuas. El "santo" lleva un traje oscuro y un sombrero negro, a veces una bata de médico.
Muchos buenos católicos consideran a José Gregorio santo auténtico. A veces un sacerdote católico o un grupo de damas de una parroquia organizan una peregrinación a Isnotú. En el viaje visitan también el santuario de la Virgen de Coromoto en Guanare. El cura que acompaña a los peregrinos suele celebrar una misa en la hermosa iglesia de Isnotú, construida con las contribuciones de los fieles. A menudo los enfermos que participan en estos viajes se sienten mejor, pero la Iglesia no acepta cualquier curación espontánea como auténtico milagro.
José Gregorio Hernández fue incorporado también en el panteón del culto espiritista de María Lionza. Se manifiesta en los médiums para diagnosticar una enfermedad y para curar a los creyentes, aunque en el curso de los dos últimos años, desde que el doctor es considerado "Venerable" ya no suele manifestarse con gran frecuencia, puesto que su espíritu ya es "muy elevado". Manda más bien los espíritus de otros médicos, sus asistentes, para llevar a cabo operaciones espirituales y para recetar y diagnosticar. Se nota la distinción que hace el mismo pueblo entre "ÁNIMAS" y "auténticos santos": Las ÁNIMAS pueden manifestarse en médiums en forma de espíritus, pero los santos nunca toman posesión de una persona en trance.
Algunos curanderos trabajan exclusivamente con Hernández: dicen que reciben mensajes mentales del médico o tienen visiones. Sin embargo, la imagen de José Gregorio nunca falta en los altares de los cultistas, ocupando una posición central en la mesa.
Recientemente los indios pemones de la Gran Sabana incorporaron al médico en un culto sincrético de origen chamánico llamado "Aleluya". Los adeptos piden su ayuda en los ritos de curación. En los templos la imagen del Dr. Hernández ocupa un puesto especial.
En el curso de los últimos años el culto a José Gregorio se extendió hacia Colombia, la República Dominicana, las Antillas Holandesas y Guyana. En Bonaire hay un importante santuario a donde acuden creyentes enfermos en pos de salud. En Colombia el médico es invocado por espiritistas y curanderos. En los taxis de Bogotá nunca falta su imagen. Se encuentran estatuas de José Gregorio en tiendas especiales en Panamá, Miami y Puerto Rico.
El Dr. Hernández es un ejemplo de la transformación de un "ánima" en un santo auténtico, según el patrón medieval.
Oración al Dr. José Gregorio Hernández Cisneros:
Oh Dios misericordioso que te has dignado escoger a Venezuela para ser la patria de tu siervo José Gregorio, quien prevenido por tu gracia practicó desde niño las más heroicas virtudes, en especial una fe ardiente, una pureza angelical y una caridad encendida, siendo esta la escala cuando recibiste el holocausto de su vida. Concédenos que brille pronto sobre tu frente la aureola de los santos, si es para tu mayor gloria y honor de la Santa Iglesia. Te lo pedimos por los méritos de Cristo Nuestro Señor.
Amén. (Pídase aquí la gracia que se desea obtener)
Errores?
Por favor pido ser corregido
Que el ciervo de Dios me les bendiga
Este famoso médico ocupa un puesto muy importante en la religiosidad popular. Para muchos venezolanos es "su" santo de devoción especial, protector de su casa y de su familia. Es el único muerto milagroso reconocido por la Iglesia Católica, porque desde hace muchos años se está haciendo un esfuerzo para lograr la canonización de este personaje.
Aunque su imagen no se encuentra todavía en los templos católicos al lado de los otros santos, la estatua de José Gregorio Hernández fué colocada en la entrada de la iglesia parroquial en Isnotú, pueblo natal del médico. Este templo fué construido con las ofrendas de los numerosos peregrinos que diariamente visitan esta aldea trujillana en los andes venezolanos, La tumba del doctor se encuentra en la actualidad en la iglesia de la Plaza Candelaria de Caracas, donde fue trasladado el ataúd hace algunos años desde el Cementerio Principal del Sur.
Cierto es, que hoy en día el médico es el "santo" más venerado de los pobres y ricos en todo el territorio nacional. Su culto se desarrollo como los cultos a otras ÁNIMAS, a nivel local, inmediatamente después de su muerte, que ocurrió trágicamente en 1918, convirtiéndose pronto en fenómeno nacional e internacional. Hernández era un hombre muy devoto y humilde, hijo de un farmacéutico andino, que practicaba medicina en los pueblos aislados de los andes. Con muchos sacrificios estudió medicina en la Universidad de Caracas y más tarde en París, con una beca del gobierno venezolano. Dos veces Hernández trato de entrar en un convento y hacerse sacerdote, pero sus colegas de la universidad le llamaron para seguir con sus labores científicas. Nunca se casó. Su fama como científico aumentó, trabajó en las clínicas y aulas de la universidad. Al mismo tiempo mantuvo por su propia cuenta un dispensario para los pobres de Caracas, donde no cobraba por la atención médica prestada. Murió, atropellado por un automóvil.
Inmediatamente después de su fallecimiento, los fieles pacientes empezaron a visitar su tumba, para pedir curaciones milagrosas. La leyenda cuenta de muchos milagros ocurridos, sin embargo, la Iglesia no reconoció estos milagros como auténticos.
Los enfermos que visitaban la tumba, tocaron la piedra con los remedios comprados en la farmacia o preparados en la casa, para que las fuerzas curativas del médico penetraran en el brebaje. Los adeptos cuentan que Hernández se les aparece en sueños para dar consejos con respecto a la salud, para diagnosticar y recetar. A menudo los que curan "milagrosamente" hacen peregrinaciones a Isnotú, donde dejan ofrendas, colocan placas y toman un baño en una laguna cercana. Para pagar promesas, ofrecen velas y flores en su tumba, pagan para misas y publican un aviso de agradecimiento en los periódicos.
Desde hace diez años la tumba se encuentra en el atrio de la iglesia de La Candelaria detrás de unas fuertes rejas. Los fieles dejan cartas, flores y velas. Otros van al Cementerio del Sur para rezar en el lugar donde Hernández estaba enterrado anteriormente; dicen que la tierra está todavía llena de su fuerza en este lugar.
Hace más de veinte años empezó el proceso para lograr la beatificación del médico milagroso. Obtuvo el título "Siervo de Dios" y recientemente es considerado "Venerable". Hoy en día la Iglesia Católica no reconoce la autenticidad de cualquier "milagro" atribuido a un "santo popular" y así el proceso de canonización es muy largo y se lleva a cabo sólo después de escrutinio muy cuidadoso.
Sin embargo, para el pueblo venezolano José Gregorio es un verdadero santo ya desde hace muchos años. Muchas farmacias, tiendas y dispensarios llevan su nombre. Su estatua nunca falta en los altares de los campesinos. Los conductores de vehículos llevan su imagen en el carro o autobús para protegerse contra accidentes de tránsito. En las "perfumerías" (tiendas que venden toda clase de objetos usados en ritos mágicos y de curación) se venden oraciones impresas, carnets de protección con su imagen, velones especiales, "milagritos" (ex-votos) y estatuas. El "santo" lleva un traje oscuro y un sombrero negro, a veces una bata de médico.
Muchos buenos católicos consideran a José Gregorio santo auténtico. A veces un sacerdote católico o un grupo de damas de una parroquia organizan una peregrinación a Isnotú. En el viaje visitan también el santuario de la Virgen de Coromoto en Guanare. El cura que acompaña a los peregrinos suele celebrar una misa en la hermosa iglesia de Isnotú, construida con las contribuciones de los fieles. A menudo los enfermos que participan en estos viajes se sienten mejor, pero la Iglesia no acepta cualquier curación espontánea como auténtico milagro.
José Gregorio Hernández fue incorporado también en el panteón del culto espiritista de María Lionza. Se manifiesta en los médiums para diagnosticar una enfermedad y para curar a los creyentes, aunque en el curso de los dos últimos años, desde que el doctor es considerado "Venerable" ya no suele manifestarse con gran frecuencia, puesto que su espíritu ya es "muy elevado". Manda más bien los espíritus de otros médicos, sus asistentes, para llevar a cabo operaciones espirituales y para recetar y diagnosticar. Se nota la distinción que hace el mismo pueblo entre "ÁNIMAS" y "auténticos santos": Las ÁNIMAS pueden manifestarse en médiums en forma de espíritus, pero los santos nunca toman posesión de una persona en trance.
Algunos curanderos trabajan exclusivamente con Hernández: dicen que reciben mensajes mentales del médico o tienen visiones. Sin embargo, la imagen de José Gregorio nunca falta en los altares de los cultistas, ocupando una posición central en la mesa.
Recientemente los indios pemones de la Gran Sabana incorporaron al médico en un culto sincrético de origen chamánico llamado "Aleluya". Los adeptos piden su ayuda en los ritos de curación. En los templos la imagen del Dr. Hernández ocupa un puesto especial.
En el curso de los últimos años el culto a José Gregorio se extendió hacia Colombia, la República Dominicana, las Antillas Holandesas y Guyana. En Bonaire hay un importante santuario a donde acuden creyentes enfermos en pos de salud. En Colombia el médico es invocado por espiritistas y curanderos. En los taxis de Bogotá nunca falta su imagen. Se encuentran estatuas de José Gregorio en tiendas especiales en Panamá, Miami y Puerto Rico.
El Dr. Hernández es un ejemplo de la transformación de un "ánima" en un santo auténtico, según el patrón medieval.
Oración al Dr. José Gregorio Hernández Cisneros:
Oh Dios misericordioso que te has dignado escoger a Venezuela para ser la patria de tu siervo José Gregorio, quien prevenido por tu gracia practicó desde niño las más heroicas virtudes, en especial una fe ardiente, una pureza angelical y una caridad encendida, siendo esta la escala cuando recibiste el holocausto de su vida. Concédenos que brille pronto sobre tu frente la aureola de los santos, si es para tu mayor gloria y honor de la Santa Iglesia. Te lo pedimos por los méritos de Cristo Nuestro Señor.
Amén. (Pídase aquí la gracia que se desea obtener)
Errores?
Por favor pido ser corregido
Que el ciervo de Dios me les bendiga