Para entender la relatividad del espíritu se debe entender la relatividad de Einstein, así como el principio de la vibración y suficientes nociones sobre magnetismo, campo magnético, ondas y electromagnetismo. Veamos entonces que nos dicen primeramente los estudiosos de la física al respecto. Una consecuencia importante de la relatividad de Einstein es la comprensión del hecho de que la materia y energía son intercambiables. La masa no es más que una masa de energía. La materia es simplemente energía que ha perdido velocidad o se ha cristalizado. Nuestros cuerpos son energía. El espíritu es energía. Todo, esta en movimiento. Todo vibra. El cosmos vibra, el Universo vibra, la tierra vibra, la energía vibra, el ser vibra. En el Universo todo Vibra, porque Vibración es la Esencia Espiritual de todo lo que existe. Este es el principio de vibración expuesto primeramente por el tres veces grande. “Nada descansa; todo se mueve; todo vibra.”. En el Kybalión, el principio de vibración incorpora la verdad de que la moción está manifiesta en toda cosa en el universo: que nada está en reposo, que todo se mueve, vibra y gira. Las enseñanzas herméticas son que no sólo está toda cosa en movimiento y vibración constantes, sino que las “diferencias” entre las diversas manifestaciones del poder universal son debidas enteramente al grado y modo variables de las vibraciones. Incluso EL TODO, en sí mismo, manifiesta una vibración constante de un grado infinito de intensidad y rápida moción tal que puede ser prácticamente considerado en reposo. El éter universal, cuya existencia postula la ciencia sin comprender claramente su naturaleza, ya había sido explicado por los herméticos, quienes aseguraban que era una manifestación superior de lo que erróneamente se llamaba materia; es decir, que el éter era materia en un grado de vibración superior. El nombre que le daban era el de Substancia Etérea, y decían que esta sustancia era de tenuidad y elasticidad extremas, llenando el espacio universal, sirviendo como médium de transmisión para las ondas de energía vibratoria como el calor, la luz, la electricidad, el magnetismo, etc. La substancia etérea es el eslabón de unión entre la modalidad de energía vibratoria que conocemos como materia por un lado y la que conocemos como energía o fuerza, por el otro, manifestando además un grado de vibración, en intensidad y modo, completamente propio. Cada pensamiento, emoción o estado mental tiene en su correspondiente intensidad y modalidad vibratoria. La Energía Espiritual es la Vida misma y, por lo tanto, LA VIDA ES VIBRACIÓN, que adopta los infinitos aspectos, diferentes de Manifestación para conformar absolutamente todo lo que existe en el UNIVERSO. Cada color, sonido, fragancia, palabra, pensamiento o en general cada energía, tiene su propia energía vibratoria. El pulso cósmico es el nombre que le damos al pulso o rango vibratorio del aura. El pulso del aura también tiene una velocidad o un rango. Esa velocidad puede ser considerada como lenta o rápida o alta o baja. Si un espíritu desea ser visto, sencillamente hace descender su nivel vibratorio produciendo un tipo de imagen parecido a una estela de humo. El espacio etéreo o espacio vibratorio en expansión es el que contiene, transporta y da fuerza a las partículas. Todo es energía en movimiento, que la realidad observable está compuesta de flujos y reflujos de energías, radiaciones y campos pulsantes que mueven la vida y posibilitan desde la cristalización de los minerales a la generación de los pensamientos; que todo lo manifiesto, incluidas las personas, es energía en movimiento y transformación constantes. Como lo dijo un científico cuántico: “La energía es y está en todo. Sin energía nada podría subsistir. Como seres conscientes y espirituales somos una realización complejísima, sutil y extremadamente interactiva de energía. Las vibraciones tienen dos polaridades, negativa y positiva. Esto significa que así como los medios físicos pueden cambiar el tipo de energía que se transmite a través de un transductor, nosotros podemos cambiar la polaridad de la vibración a través de la utilización que le demos, es decir la intención con que la utilicemos. Solo puede cambiarse la fuerza de acción de la vibración, nunca la esencia que es divina y perfecta. De esta manera cambiar la polaridad de la acción de la vibración, es transformarla de positivo a negativo y de negativo a positivo. Al cambiar de polaridad cambia su posición ante la ley: la polaridad es la posición de la vibración acorde o no con la ley, la transformación es el cambio. La vida es espíritu, en esencia, y se manifiesta a nuestro alrededor de muy distintas maneras como las que constituyen los reinos de la naturaleza y el reino humano. Distintas calidades vibratorias y distintas frecuencias. Las piedras, las plantas, los animales, los astros, la luna y todo cuanto perciben nuestros sentidos son vida manifestada con una forma determinada, pero vida al fin, espiritual y eterna, pues las vibraciones son eternas, pueden cambiar de estado pero siempre son. Ya hemos visto las distintas transformaciones de las vibraciones. ¿Porque? R= Porque es vida espiritual nacida de la divinidad tomando forma física para poder ser utilizada en mundos como el nuestro compuesto por todo lo que percibimos con nuestros sentidos. Aun aquello que es invisible pero que podemos reconocer como lo son nuestros pensamientos, nuestras ideas, nuestras reacciones, nuestros sentimientos, son hoy investigados en el ámbito científico, psicológico y médico. Hay una dimensión eléctrica y vibracional en nuestra biología fundamental. La tierra, nuestro ambiente natural, es una enorme caja de resonancias, y nuestros cerebros están “sintonizados” en la misma frecuencia. Dentro de la filosofía oculta se empieza a discutir por tanto, sobre la posibilidad de considerar la energía espiritual desde el punto de vista de la energía cuántica. Un filósofo, más religioso afirma, que “Para Einstein, la Relatividad, era todo lo asociado, a la velocidad fantasmal, máxima, de la luz. la verdadera contracción del Cosmos, y la verdadera dilatación temporal de la dimensión temporal, es decir, la Relatividad, no está asociada, de ningún modo, a una aproximación a la velocidad fantasmal, máxima de la luz (Aproximación al fuego de las estrellas, en combustión), sino que está asociado, por el contrario, a la solidificación extrema de la materia, A cada clase de materia, cabría asociarle, una función de ondas, y por tanto, cabría asociarle, también, la excentricidad de una elipse." Ahora bien, todas las personas, estamos hechas, de Relatividad verdadera (Excentricidad de la elipse, muy cercana a cero), y de Física cuántica (Excentricidad de la elipse, muy cercana a la unidad), es decir, todas las personas, estamos hechas, de Espíritu ó sueño eterno (Relatividad) (Materia extremadamente sólida), y de Genes (Física cuántica) (Materia blanda), y por tanto, mientras el sueño eterno, de la persona, posee una dimensión temporal, enorme: [Dimensión temporal del Espíritu humano] = [1 / {Excentricidad de la elipse de su función de ondas ⇒ 0}] ⇒ Eterno. Los Genes (Materia blanda) de esa persona, poseen una dimensión temporal, muy pequeña: [Dimensión temporal de los Genes] = [1 / {Excentricidad de la elipse de su función de ondas ⇒ 1}] ⇒ Muy pequeña. Y por tanto, el Espíritu de una persona, posee una duración temporal, eterna, mientras sus Genes, poseen una duración temporal, muy pequeña, y por tanto, mientras el Espíritu ó Relatividad, que posee una persona, es inmortal ó imperecedero, los Genes de esa persona, se pueden convertir, en un cadáver humano, es decir, se pueden morir, potencialmente, al poseer, unas dimensiones temporales, muy pequeñas. ¿Y que es pues, la muerte de una persona? La separación de su inmortalidad, Espíritu ó Relatividad, de su Física cuántica, ó Genes, convertidos en un cadáver humano.”. Ahora bien, ya entendido esto, nos falta por llevarlo al campo de la energía espiritual; es decir, de los espíritus en si. Atendiendo a los principios Herméticos y de la física de Einstein y la cuántica, podemos concluir que el espíritu es energía pura en movimiento, energía que vibra en consonancia con el cosmos, pero que vibra; y al estar en movimiento constante no puede ser energía estática, en reposo o neutra; debe ser energía en total movimiento vibratorio que produce ondas magnéticas. Pero, al poder nosotros cambiar la polaridad de la vibración de la energía o la fuerza de acción de la vibración energética, podemos canalizarla hacia donde nosotros queramos, de positiva a negativa o viceversa; esto hace que tal energía sea relativa y no estable, estática, neutra o en reposo; y, los espíritus no escapan a tal poder, pueden ser canalizados hacia donde se quiera, pues se trata de energía igualmente universal y se le aplican por tanto los mismos principios. Por ello, los espíritus en niveles que nos alcance nuestra comprensión y conocimiento, pueden ser manipulados hasta donde lo permita nuestra energía, nuestro pulso vital que se encuentra en perfecta armonía con el universal. En conclusión, los espíritus por ser energía mantienen una polaridad vibratoria positiva o negativa; es decir, buena o mala, pero nunca neutra, la neutralidad en ella es solo momentánea al momento o instante o tiempo en que dure el cambio de polaridad, a esto se le llama equilibrio; en magia solo se puede equilibrar momentáneamente, toda vez que incluso el mismo factor tiempo hace que el “estar” de algo ya no lo sea; pues todo es un constante movimiento, todo es un devenir; eso se explica con lo siguiente: “Lo que es en este momento, ya no lo es, dejó de ser, está siendo continuamente”.