No te preocupes por juicios en relación a tu persona, lo que te sucede es perfectamente normal. Toma en cuenta como lección de aprendizaje que muchas de las ideas, emociones y deseos que tienes no te pertenecen a ti sino que son la expresión de algo que te transmite un ser incorpóreo al acercarse a ti. De esta manera puedes llegar a sentir ansiedad por beber, fumar, comer, tener relaciones sexuales y en el extremo insano, cometer actos que atentan contra tu integridad o la de alguien más y por eso hay que ser muy observador de sí mismo y echar mano de la razón para separarse como individuo de las influencias de las que pudieras no tener conciencia. Te lo advierto porque siempre estoy observando cómo las personas se convierten en títeres que satisfacen el ocio y vicio de criaturas que ni sabemos si honran a Dios o traen buena intención, pero que son bien responsables indirectos de las malas conductas en las que caen por impulso las personas que no han desarrollado una disciplina de auto-control. ¿Quieres mi experiencia? Sin ser bebedor ni fumador he sentido ansiedad fuerte por hacerlo, pero como no me gusta nunca ha pasado de ahí, e incluso cuando sufrí vampirismo a través de mis genitales experimenté muchísima ansiedad sexual lo cual me llevó a ciertas compulsiones que me llevó mucho trabajo poder controlar, porque tener sensaciones orgásmicas mientras intentas evitar estimularte de cualquier manera porque entiendes que te están drenando tu vitalidad se hace bastante duro para un ser humano. Así que... ¡Mucho cuidado! Préstale mucha atención y analiza, y por el amor de Dios, evita ceder para que no te juzguen ser un títere a través del cual cualquier ente de aquel lado poder expresarse de este lado de la realidad. Si eres un individuo, hazte respetar en tu autonomía.
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«Aparte del Espíritu protector ¿está unido un mal Espíritu a cada individuo, con miras a incitarlo al mal y darle ocasión de luchar entre el bien y el mal?
- "Unido" no es la palabra exacta. Bien es verdad que los malos Espíritus tratan de desviar del camino recto al hombre cuando se les presenta la oportunidad: pero si uno de ellos se apega a un individuo, lo hace por determinación propia, porque espera que el hombre le haga caso. Entonces se desarrolla una lucha entre el bueno y el malo, y la victoria corresponderá a aquel cuyo dominio el individuo entregue»
Libro de los Espíritus, cuestión 511.