Comprender y aceptar las realidades de la vida:

También deben comprender que, aunque exista el Poder Interno del corazón y esto sea verdad, hay que tener en cuenta las realidades de la vida que, desde el momento del nacimiento, deben ser aceptadas. Por ello, nadie puede librarse, por ejemplo, de la vejez y la muerte que son leyes de este plano y llegan inevitablemente. Protestar, reclamar y negarlas, hacer tratamientos para que se vayan, no sirve de nada.

Igualmente, hay condiciones ineludibles en las propias vidas que no se pueden evitar como los karmas personales, consecuencias de los propios actos en ésta o en otras encarnaciones anteriores, las enfermedades resultantes del propio y errado proceder, porque uno mismo se las crea. Cuando llegan, no se empeñen en negarlas, polarizar en positivo, hacer decretos y tratamientos, ya que eso no servirá y sólo causará mayor tristeza, prolongará más el sufrimiento. Tener clara comprensión es la clave para poder discernir, en unos y otros casos, como proceder sin llegar a equivocarse.

Les doy una afirmación sencilla: Acepto esta situación como una realidad de la vida, sin temor ni resignación. No pongo resistencia alguna, reclamo ni protesto; pero sí la voy a mejorar en lo posible. Invoco el Gran Poder de Dios, la luz de mi corazón y que se cumpla la Voluntad Divina.

Maestra Reina de la Luz/AE/pch