Espiritismo y Catolicismo: "yugos desiguales" 1zw0v2s
 
Pese a la polémica existente hoy día en el seno espirita con relación al florecimiento de un espiritismo más orientado hacia la religión y el servicio al prójimo de lo que volcado al estudio empírico del fenómeno, me atrevo a colocar a continuación, la opinión (podría decir esclarecimiento) de Ramatís con respecto al interrogatorio que se le hizo con respecto a la finalidad y misión que tiene el espiritismo (doctrina kardeciana) desde su aparición y sincretización interreligiosa.
 
Aclaración: lo que leerá a continuación no es un determinante de directriz para la doctrina espirita (aclaratoria que hago a los espiritas ortodoxos decantados por la pureza doctrinaria) y puede tomarse como una opinión. No se admiten en el presente tema conductas proselitistas y sectarias orientadas a la difamación de este u otro autor de libros espiritas ni agresiones ideológicas dirigidas hacia adeptos de otras ideologías.

ESPIRITISMO Y CATOLICISMO
“YUGOS DESIGUALES”
 
Pregunta: ¿Qué posición debe tomar el joven o la joven espirita, que no admite la ceremonia religiosa, pero que su futuro cónyuge es católico y desea casarse por la iglesia?
Ramatís: Sin lugar a dudas, que es una magnífica opor­tunidad, para que el creyente espiritista demuestre su elevado grado de tolerancia y comprensión de su doctrina, cediendo en favor de su compañero o compañera, cuya vocación es casarse bajo los auspicios de su querida religión.
 
El espirita no pierde absolutamente nada en ese acto de tolerancia fraterna, pues concordar en casarse por la iglesia, no es admitir sus postulados, pero sí un gesto de respetarlos por la alegría que manifiesta otro. La tolerancia es una cualidad superior del alma; es pa­trimonio del espíritu evolucionado, que camina hacia el altruis­mo. No son tolerantes los espíritus que tienen un desenvolvi­miento rudimentario, que son incapaces de comprender que es un deber y excelente cualidad espiritual, respetar las opiniones y procedimientos ajenos.
 
Pregunta: Pero, ¿por qué debe ceder el joven espirita y no lo hace el católico, si ambos deben sustentar los mismos prin­cipios, de respeto mutuo?
Ramatís: Si cediera el católico ante la incomprensión del espirita, eso demostraría, que el más capacitado es el católico. Además, el casamiento por la Iglesia Católica, no altera abso­lutamente su convicción. Se trata de un acto con finalidad espiritual; es un compromiso íntimo y moral de la unión que los cónyuges hacen delante de Dios a través de la ceremonia religiosa. Mientras que la Ley oficial apenas los compromete sobre el vínculo carnal. La religión advierte sobre la respon­sabilidad que ambos asumen, para respetarse, comprenderse y amarse hasta el fin de la vida.
 
Pregunta: Perdonad nuestra insistencia, pero el casamiento por la iglesia, ¿no es un desmentido a las convicciones de los espiritistas?
Ramatís: Espiritismo es doctrina y espiritualidad de grado evolutivo. No se conquista el corazón ajeno, despreciándole sus simpatías religiosas, y principalmente, cuando se trata de la futura o futuro esposo. No es conveniente comenzar el largo camino conyugal, perturbando la paz y la armonía, que pro­viene, justamente, desde el comienzo de la hora del esponsalicio. Ese acto de tolerancia por parte de cualquiera de los citados, gana un mayor aprecio de la familia del cónyuge, por demos­trar el respeto a sus convicciones religiosas.
 
Pregunta: Es muy posible, que muchos espíritus se extra­ñen ante vuestras conclusiones, respecto al asunto tratado. ¿Qué opináis?
Ramatís: La verdad, es que no existe otra alternativa; al­guno de los dos deberá ceder, sea el espirita o el católico. Y, ¿por qué no ha de ser el espirita, que siempre se juzga más comprensivo y esclarecido, que el católico? Además, eso nos hace recordar los viejos proverbios indochinos, que dicen así: "El más sabio y el mejor, que se contente con lo peor".
 
Pregunta: Pero, también debemos pensar, que la parte católica, que exige casarse por la iglesia, lo haga movido por la repercusión de la ceremonia, antes que por sus convicciones, ¿no es verdad?
Ramatís: El ceremonial del esponsalicio religioso en la Igle­sia Católica, que simboliza la "unión espiritual", entre dos seres en la tierra, es de gran importancia entre las jóvenes casaderas, porque les deja un grato recuerdo para el futuro. Además, el casamiento religioso es uno de los más importantes rumbos en la vida del joven católico, sin llegar a ser una manifestación de vanidad, pero sí un sentimiento tierno y hasta infantil. Existen personas que sienten un vacío y hasta desconfianza, cuando los principales acontecimientos de su vida, no están remarcados por un acto público o ceremonial, que satisfaga sus sentidos físicos.
 
Por eso, el casamiento civil les parece no tener significado alguno, cuando se realiza sin el amparo ritual, consagrado por la iglesia, con sus vestidos nupciales apropiados a las fórmulas convencionales del mundo.
 
Pregunta: Considerando, que la novia o el novio católico, exigen su casamiento en la Iglesia, impulsados por su "amor propio" u obstinación religiosa, ¿aun así, debe ceder el espirita?
Ramatís: Sin dudas, ese amor propio puede ser tan obsti­nado en los jóvenes católicos, que "exigen" casarse por la Igle­sia, cuando los espiritas se "niegan", conforme a su convicción espiritista. En ambos casos puede predominar el amor propio; pero el rechazo siempre ha de ser indecoroso para el espirita, porque se sobreentiende que es el más esclarecido espiritualmente. Al ceder en favor del casamiento religioso con la per­sona que escogió para la ventura de su hogar, tal vez le está dando realidad a un largo y dorado sueño, alimentado desde su juventud, en la vivencia mental y prematura del ceremonial festivo en la Iglesia. La nave iluminada, las imágenes adornadas de flores en medio de sirios, los vestidos sacerdotales, la "Mar­cha Nupcial" tocada por el órgano acompañando el coro de las voces humanas, no sólo fascinan a las jóvenes católicas, sino, a muchas jóvenes espiritas.
 
Pregunta: ¿No es censurable, que los padres espiritas per­mitan a sus hijos casarse en la Iglesia Católica o en Templo Protestante, dado que no admiten ceremoniales religiosos en el seno del Espiritismo?
Ramatís: La obstinación de los progenitores espiritas, pro­hibiendo a sus hijos casarse por la iglesia, puede causarles frus­traciones indeseables, que perduran por mucho tiempo. El ca­samiento civil, por su sencillez y brevedad, bajo el formalismo rígido de la Ley, puede convencer a la pareja sobre la legalidad del acto pero de forma alguna complementa con el ceremonial esperado ante la Iglesia. La joven, frustrada en sueño de casarse bajo la brillantísima ceremonia religiosa, ha de incidir en su dolor, cada vez que debe asistir a un acontecimiento igual, sintiéndose humillada, por haberle sido negado lo que otras jó­venes alcanzaron en un acto de tan alta significación. No debéis olvidar, que mentalmente se vienen preparando para tales he­chos, que por otro lado y bien mirado, ponen todas sus ansias de vivir.
 
Pregunta: Los padres espiritas, esclarecidos por ese Es­piritismo liberador de las fórmulas transitorias del mundo, ¿no llegaron a probar a sus hijos, de la inutilidad de ese casamiento religioso? ¿Por qué persistir en un acontecimiento que fue su­perado por el esclarecimiento superior?
Ramatís: El casamiento religioso en la historia de la hu­manidad, antecedió al casamiento civil, por eso, en lo recóndito del alma del hombre, permanece el yugo secular de la ceremonia religiosa del esponsalicio en la Iglesia. Los espiritas de hoy, ¿cuántas veces pudieron haberse casado en el seno de la Iglesia Católica, en vidas anteriores? Además, ¿la mayoría de los es­piritas, acaso no provienen del Catolicismo, en donde comul­garon con su ritual religioso?
 
El juzgar como satisfactoria la causa nuestra, no es motivo para imponernos sobre las opiniones ajenas, sean parientes, ami­gos o hijos adultos. Los padres espiritas deben orientar y con­vencer a los hijos respecto a los principios superiores y libera­dores de la doctrina Espirita, pero no tiene el derecho de imponerlas ante cualquier exigencia, que no les son simpáticas. Eso ha de ser intolerancia y flagrante desmentido a los sanos postulados espiritas. Donde comienza la prohibición termina la espontaneidad, y en cuestión religiosa, cada persona tiene el derecho de escoger el camino que mejor condice a su índole, simpatía y comprensión.
 
Pregunta: ¿Los padres espiritas, no deben orientar a sus hijos en la creencia propia, que tanto les beneficia?
Ramatís: Orientar no es imponer. Los espiritas deben saber que el conjunto o agrupación familiar, está formado por espiritas de la más variada gama de sentimientos, moral y capacidad intelectiva. Es inútil obligar al culto espirita a los hijos que se manifiestan contrarios, más cuando se da el caso, que en otras encarnaciones han sido sacerdotes, monjas o devotos fanáticos, fuertemente condicionados al ámbito secular de la Iglesia Católica.
 
La creencia religiosa, es el fruto de la elección, y no de la imposición. Más vale un buen católico, que un mal espirita, lo que sería perjudicial para el Espiritismo. La tolerancia siem­bra venturas en el prójimo y la obstinación personal, que im­pone convicciones personales, produce amarguras inolvidables.
 
Pregunta: Si ambos novios son espiritas, ¿no es censurable que se casen por la Iglesia Católica?
Ramatís: Si los novios que citáis, se casan por la iglesia, no son espiritas, sólo están comprendidos en el concepto de "simpatizantes" del Espiritismo. Los espiritas conscientes y con­vencidos de su doctrina, no necesitan del casamiento religioso, ni tampoco de su centro espirita, porque la ceremonia pertenece a los atractivos del mundo material y no condice con los sen­cillos postulados del Espiritismo.
 
Pregunta: Sin embargo, hemos comprobado el casamiento religioso de algunos respetables trabajadores de la siembra es­pirita, inclusive, de algunos médiums de gran actividad pública. ¿Qué opináis al respecto?
Ramatís: Kardec dijo algo muy claro y preciso y os recor­damos, una vez más; "se conoce al espirita por su constante transformación moral", pero no se refirió a la mayor convicción sobre la creencia. En base a que el Espiritismo rechaza tabúes y dogmas religiosos, como así también las prohibiciones sagradas, no es posible que el Espiritismo determine si debe o no hacer "prohibiciones" para que los espiritas se casen o no religiosamente. Como se trata de una cuestión íntima del alma y no pudiendo tasarse en el reino oculto de la mente del adepto, o simpatizante, cuál es su grado exacto de comprensión espiri­tual, ninguno ha de poder prever, cómo ha de reaccionar ante la hora de aprobar los principios espiritistas. La verdad es, que los espíritus conscientes de su doctrina no se casan religiosa­mente, no por desprecio a la iglesia, sino, porque se ha superado de las fórmulas y convicciones del mundo terreno.

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«Aparte del Espíritu protector ¿está unido un mal Espíritu a cada individuo, con miras a incitarlo al mal y darle ocasión de luchar entre el bien y el mal? 
- "Unido" no es la palabra exacta. Bien es verdad que los malos Espíritus tratan de desviar del camino recto al hombre cuando se les presenta la oportunidad: pero si uno de ellos se apega a un individuo, lo hace por determinación propia, porque espera que el hombre le haga caso. Entonces se desarrolla una lucha entre el bueno y el malo, y la victoria corresponderá a aquel cuyo dominio el individuo entregue»
Libro de los Espíritus, cuestión 511.