CRECER EN LA LUZ:

Significa esforzarse espiritualmente, dar el mando de la Divina Presencia para manifestar lo perfecto.

Para crecer en la Luz, no hay que estancarse en al pasado ni empeñarse en repetir constantemente lo que atrás quedó, la ya conocido, porque es preciso actualizarse, ampliar el nivel de conciencia cada vez más, aceptar la renovación cuando llegue a su debido tiempo.

Quienes creen en la Luz, han logrado gran fuerza de voluntad, disciplina, orden en su vida y tienen una mente flexible, amplia. No aceptan nada retardatario.

A medida que las personas crecen en la Luz, su Divina Presencia les va dando ciertas motivaciones que los hacen sentirse bien, los impulsa a alcanzar superiores metas. Entre esas motivaciones, están algunas facultades que se despiertan como compensación a los propios esfuerzos y merecimientos: Clarividencia, por ejemplo. Bendigan y canalicen bien los logros alcanzados, no se sientan superiores ni privilegiados porque, entonces la Luz se apaga para dejar de crecer las malas hierbas que son consecuencias de la importancia personal y el orgullo espiritual.

Nadie crece internamente si no se adentra en su interior y no realiza la Contemplación ni la meditación. Quienes se creen muy sabios y superados con su parte humana, con su intelecto crecido, están perdiendo el tiempo. Aquellas personas que no practican la enseñanza que han recibido y la toman como una teoría más se quedan enanos internamente, porque no crecieron nada. Intelectualizar la enseñanza es perder el tiempo. Las personas que no practican la enseñanza recibida, la toman como una teoría más se quedan enana internamente, porque no crecieron nada. Intelectualizar la enseñanza es perder el tiempo, dar poder a la parte humana.

Saludos.

AE/pch