Hola nestor herrera, esto recuerda al hábito que tenía Francisco Cándido Xavier cada noche cuando se iba a su cama y hacía recopilación de todo lo que había ocurrido durante el día observando aquello que había hecho bien, aquello que había hecho mal y aquello que de bien o de mal, dejó de hacer procurando al siguiente día, formando un hábito, ir a corregir cada error, maximizar el aprovechamiento de cada oportunidad y nunca dejar escapar toda circunstancia especial para actuar y ejercitarse desde el Espíritu. También trae a mi cabeza la anécdota de una mujer con una tremenda mediumnidad de incorporación inconsciente sin control alguno que ni cuenta se da del momento en que pasa de la vigilia a la inconsciencia y que acudió a los medios artificiales para controlar su mediumnidad mediante un cruzamiento pero una noche en pleno sueño, una voz, proveniente de alguien cuyo rostro no alcanzó a ver le decía «(nombre)... ¿Qué vas a hacer con tu vida?» con un tono amable y nostálgico como aquel padre que observa a un hijo mal encaminado que pese a todos los esfuerzos, sacrificios, buenos consejos y dedicación no endereza sus riendas; acto seguido, deshizo el cruzamiento que impedía que su mediumnidad estuviese fuera de control por su increíble sensibilidad. La mujer despertó creyendo que era un sueño pero observó el cruce que lo tenía desecho y entonces reinició la época de posesiones por Espíritus embusteros que escondían tijeras y enloquecían a la totalidad de sus familiares sin que nunca la mujer haya procurado cambiar ella y hacer cesar todo ese desastre. A la fecha la mujer sigue en el mismo rumbo que dio a su vida, sigue haciendo sufrir a todos y los Espíritus la siguen persiguiendo y atormentando por creer que no hay una causa mayor detrás de los eventos de la vida y que a menudo la paliza asociada a la mediumnidad es un látigo que obliga a Espíritus flojos y de mala voluntad a procurar cambiar, sea que comprenda con rapidez que si no lo hace seguirá sufriendo o cuando se agote de sufrir y no haya combustible a su rebeldía y entonces emprenda un camino mejor, especialmente mejor para su Espíritu.
¿Cuántas personas invierten el día y sus esfuerzos en el melodrama del victimismo afirmando que han sido las victimas del mismo Universo frente a todo lo que le ocurre? ¿Cuántas en oposición han invertido el 10% en intentar comprender lo ocurrido a lo largo de ese día para darse cuenta que su propia negligencia ha creado todo ese cúmulo de inutilidad mientras el tiempo se acaba y que pueden emprender un mejor viaje a partir de una consciencia y compromiso mayor, a través de un cambio de visión, de filosofía, de actitud frente a la adversidad y la vida? Esto es particular al hecho de que el negocio y profesión más grande y destructivo está asociado al egoísmo reproduciéndose y dejando hijos bastardos improductivos como son el oportunismo, la estafa, la viveza, el facilismo, entre otros. Si sólo entendieran que la existencia humana constituye un periodo de estudio semejante al jardín de niños, el colegio, liceo y universidad en sus distintas etapas y que ese lapso de tiempo está delimitado, que nuestro aprendizaje y actos buenos y malos al final serán la ganancia real que sintetiza y justifica la existencia humana, entenderían que los minutos desperdiciados pesan en el alma, así como la omisión, la pereza, la postergación entre otros hábitos que sólo nos hacen perder el tiempo y nos mantiene entretenidos mientras el reloj de arena que ya empezó a acabarse en el instante del nacimiento, sigue pasando grano tras grano a una velocidad que desconocemos.
Yo no voy a responder estas preguntas, sólo hago este comentario a reflexión. Como no soy acogido como espiritista marialionzero por no subordinarme a un sistema popularizado y aceptado por la mayoría, prescindiré. Pero afirmo que más allá de las luces, el asunto gira en torno a: ¿qué estamos haciendo con nuestra existencia? A sabiendas de que quien nada hace, nada tiene cuando se muere y muchos incluso mucho deben por buscar las facilidades donde sea que las hubiese, incluso robando, incluso profanando a los Espíritus, incluso renunciando a su propio destino de progreso espiritual. El tiempo que pasa un hombre vendiendo caramelos subiéndose en los buses de Maracaibo para llevarle un pan a sus hijos en casa es un tiempo indigno a los ojos de esta cultura de la flojera y el ego, pero a nivel espiritual ese hombre está trabajando, desarrollando su sentido de responsabilidad, sacrificando el tiempo que podría dedicar a la pereza y comodidad y todo en pro de atender a una labor que tiene encomendada como hombre, es decir, ese hombre está progresando, el que está en casa acostado todo el día, teniendo dinero en su cuenta bancaria pero en vez de hacer se dedica a ver televisión, pasear, comer, dormir, imitando a los parásitos de la naturaleza, sólo están desperdiciando una existencia, quizá impulsado por los propios Espíritus, que gozosos de ver a un Espíritu propenso arquitecto de su propio fracaso, ni se molestan en molestarlo, al contrario, le facilitan más la vida para que persista perdiendo el tiempo en la zona de confort. Reitero la pregunta que hizo aquella voz a aquella mujer que conocí y me fue confirmación de lo que ya sabía por el Espiritismo: ¿qué están haciendo con sus vidas?
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«Aparte del Espíritu protector ¿está unido un mal Espíritu a cada individuo, con miras a incitarlo al mal y darle ocasión de luchar entre el bien y el mal?
- "Unido" no es la palabra exacta. Bien es verdad que los malos Espíritus tratan de desviar del camino recto al hombre cuando se les presenta la oportunidad: pero si uno de ellos se apega a un individuo, lo hace por determinación propia, porque espera que el hombre le haga caso. Entonces se desarrolla una lucha entre el bueno y el malo, y la victoria corresponderá a aquel cuyo dominio el individuo entregue»
Libro de los Espíritus, cuestión 511.