El baño de descarga según el espíritu abuela María Conga
Los baños de descarga tienen por fin eliminar cargas negativas, fluidos deletéreos, morbos psíquicos y las más variadas formas pensamiento que quedan impregnadas en las auras de los hijos, cual limadura de hierro en gran imán. Los Pensamientos y sentimientos derivados del egoísmo, odio, celos, vanidad, lujuria, envidia, crean intenso magnetismo que atrae todo lo que es ruin en el Astral. Aliado a los casos en que la sintonía mediúmnica se hace presente, las más variadas entidades, enfermas, sufridoras, a veces malhechoras y violentas “se gradúan” en los campos vibratorios de los hijos y, con sus fluidos densos y enfermizos, agravan enormemente esos desequilibrios, ocasionando las más diversas enfermedades en el organismo por un mecanismo de repercusión vibratoria. Los hijos acaban siendo extractores de esos desequilibrados del más allá, que se complacen en estar imantados como garrapatas.
Según el espíritu abuela María Conga, ¿qué se hace necesario para que el baño de descarga alcance el efecto deseado?
El baño de descarga disloca esas cargas negativas, esas formas pensamientos y la influencia de estos hermanos enfermizos. Con la liberación de esos bloqueos, se restablece el flujo energético entre los cuerpos sutiles, regularizándose la función vibratoria de los chacras y sobreviene la armonía mental y física. Si no hubiera un cambio en la conducta de los hijos aturdidos por tales males, luego volverá todo. Ahí adviene la importancia de la elevación moral y siembra de pensamientos positivos diariamente. Es fundamental mantener la mente limpia y bien iluminada, como si fuese casa bien cuidada. La escoba que la mantiene limpia debe ser confeccionada de vigilancia, voluntad inquebrantable y confianza en la propia consciencia, ya que a todos es dada la libertad de trazar el propio rumbo, si en camino pedregoso o asfaltado; la responsabilidad cabe solamente a los hijos.