Es la reina del culto de la hechicería. Sus seguidores son los brujos y brujas, los cuales pueden ser blancos, rojos y negros, que pueden ser buenos, malos o regulares.
Todos ellos conforman el culto de la brujería y son conocidos como Ajogún o Ajonjún, Dignatarios de la noches, Ancianos de la noche. Se les nombra también Aje Awon Iyami (mis madres) o Eniyan o Eyele, cuando aparecen en forma de pájaros.
En la región de Benin se les conoce a Iyámi Oshorongá como Oghhudian ni yason o Iquenromo.
Iyamí Oshorongá es llamada "la madre ancestral", es la misma Yeyé Mowó, esposa de Obàtàlá, es Odù, la gran madre que tiene en su calabaza todas las esencias de la creación.
Junto con Obàtàlá conforma la Ìgbà Odu. Esta Ìgbà místicamente esta cortada en dos porciones; una superior y la otra inferior. La superior pertenece a Obàtàlá y la inferior a Yeyé Mowó.
Juntas componen el mundo en que vivimos, partiéndolo también en dos submundos: el mundo invisible y el mundo visible.
Iyamí Oshoronga (gran madre bruja), Eleye (dueña de los pájaros), Iyamí(madre mía), aje, son los nombres conque se conoce a esta entidad, que en realidad son varias deidades agrupadas bajo un mismo termino. Ella es la encargada de establecer el control y el equilibrio de la naturaleza estableciendo la armonía y el orden de toda la creación, valiéndose para ello de los llamados Osobu o Ayeo; Ikú (muerte), Arun (enfermedad), Ofo (perdida), Edyó (tragedia), etc. y contando siempre con la ayuda de eshu.
Es amante del aceite de palma, del polvo de Osun con el cual se pinta, del eje y de los Iñales, los Eyín, dueña de todos los pájaros que son sus hijos y hechiceros, es sorda y ciega lo que justifica su falta de misericordia y su actitud eternamente agresiva y desafiante y al igual que en el caso de Eshu, no se obtiene nada de ellas si no se le ofrecen sacrificios, los cuales son hechos bajo rituales rigurosos y dirigidos por los Bàbàláwòs.
En sus sacrificios que son realizados bajo la noche, siempre se utiliza la luz de las lámparas de aceite o velas para que vean el ofrecimiento y el toque de campanas de bronce o hierro para que escuchen la petición y conceda su misericordia y perdón, tornándose en este caso en su otra fase de bondad y amor. Se dice que para ejecutar sus funciones se transforman en pájaros y van a los más recónditos lugares para hacerlo.
Una leyenda de Osa Meji refiere que cuando todas las criaturas y deidades hicieron su descenso a la tierra, Iyamí no pudo hacerlo pues estaba completamente desnuda. Pidió ayuda a todos, pero nadie la escuchaba, hasta que vio a Òrúnmìlà y conociendo su carácter benevolente pidió que la ayudara a bajar a la tierra. Òrúnmìlà le pregunto: y como bajarás asi desnuda?.
Ella le respondió, será fácil, pues si me lo permites entraré a tu interior y nadie me verá. Òrúnmìlà accedió y cuando llegaron a tierra firme, Òrúnmìlà le pidió que saliera, pero ella se negó a salir.
Òrúnmìlà le dijo: Ah, te morirás de hambre y ella le contesto, ¡Sabes que no, aquí tengo algo que me gusta!!!, Pues te comeré por dentro y le dió una mordida en el hígado.
Òrúnmìlà asustado se hizo Osodifa y viéndose este Odùn, hizo los sacrificios necesarios y le hizo el ofrecimiento a Iyamí para que saliera y esta al sentir el olor del sacrificio salió pero Òrúnmìlà había puesto una estera con donde mezcló algunas hierbas haciendo un tipo de pegamento especial y mientras entretenida comía, Òrúnmìlà le dijo: - A partir de este momento tendrás que respetar a los Bàbàláwòs y echó a correr escapando del lugar, quedando entonces establecido el poder de Iyamí en la tierra
Fuente: Nuevo Manuel del Obá