¿Cómo se volvió inmortal Orunmilá?
Orunmilá estaba queriendo arreglar morada en la tierra de la muerte y de la enfermedad, pero como era sabedor de que nadie podía vivir allá, resolvió consultar el oráculo para saber lo que debería de hacer, para que esa tierra fuese buena para él.
Los Dioses le dijeron que él debería realizar una determinada ofrenda y le dijeron cómo debería proceder él delante de Ikú (muerte) y Arun (enfermedad). Orunmilá hizo conforme la recomendación de los Dioses.
Cuando él llegó a tierra, era la casa de la muerte, la casa de la enfermedad, y de los 16 males. Así que él encendió el fuego para poder preparar la comida. Ikú miró hacia él. Ikú se preguntó: “¿quién es ese que va a vivir aquí en nuestra tierra?” Arun dijo: “usted es Ikú, debe ir allá a saber y matarlo, esta es nuestra tierra”. Ikú tomó su Opaxorô y fue a donde estaba Orunmilá. Cuando allá llegó, Orunmilá dijo: “venga, siéntese y coma de mi comida”. La muerte comió y bebió, pero la comida y bebida estaban preparadas por Orunmilá. Después de satisfecha Ikú resolvió irse. Orunmilá le dijo: “lleva ésta gallina para usted y para sus amigos”.
Cuando Ikú volvió él dijo: “amigos, debemos tener más calma y no matar al forastero ahora”. Enfermedad respondió: “¿calma? ¿usted Ikú nos pide tener calma en llevarnos a alguien?”
Enfermedad resolvió entonces ir a ver a Orunmilá. Cuando allá llegó Orunmilá le dio comida y bebida. Enfermedad le preguntó: “las personas ya deben haber hablado sobre nosotros, sobre quiénes somos y sobre cómo somos, ¿correcto?” Orunmilá respondió: “no, nadie me contó nada sobre ustedes”. Enfermedad indagó nuevamente: “entonces, ¿por qué usted está haciendo esto con nosotros? Orunmilá respondió: “estoy haciendo lo que siempre hice con todos los que conozco”. La enfermedad entonces dijo: “yo soy la enfermedad, aquel que vino antes de mí es la muerte, en esta tierra vive la discordia, la lucha, la pelea, los 16 males, pero nosotros lo dejaremos en paz, no vamos a meternos con usted y los suyos”.
Todos los que pasaban por dificultad, que estaban enfermos, a la orilla de la muerte iban a pedir ayuda a Orunmilá. Orunmilá tras verificar si la persona era merecedora de su benevolencia decía a la enfermedad y la muerte para pedir que la dejase en paz. De esta forma Orunmilá se volvió inmortal y consiguió cada vez más seguidores de prestigio.
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«Aparte del Espíritu protector ¿está unido un mal Espíritu a cada individuo, con miras a incitarlo al mal y darle ocasión de luchar entre el bien y el mal?
- "Unido" no es la palabra exacta. Bien es verdad que los malos Espíritus tratan de desviar del camino recto al hombre cuando se les presenta la oportunidad: pero si uno de ellos se apega a un individuo, lo hace por determinación propia, porque espera que el hombre le haga caso. Entonces se desarrolla una lucha entre el bueno y el malo, y la victoria corresponderá a aquel cuyo dominio el individuo entregue»
Libro de los Espíritus, cuestión 511.